Lo de Will Smith es masculinidad tóxica, por mucho que os moleste

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Sí, amigos, lo de Will Smith es masculinidad tóxica (y decir que vosotros haríais lo mismo también lo es)

Agredir a una persona por un mal chiste (del que tú te estabas riendo hasta que viste la reacción de tu pareja) no es amor, es toxicidad.

Por Guille Galindo  |  28 Marzo 2022

Todas las previas apuntaban a una de las galas de los Oscar con menos miga de los últimos años. No había grandes películas que fueran a pasar a la historia, ni grandes sorpresas esperadas. Lo único (que no es poco) por lo que llamaba la atención es por la diversidad que prometía y que terminó cumpliendo. Qué pena que quienes han estado siempre en un segundo plano hayan vuelto a estarlo una vez más el día en el que iban a dejar de estarlo. Y, una vez más, por culpa de hombres demostrando su rebosante testosterona.

Las previas acertaron en la diversidad, se equivocaron en lo de que no tendría miga. Aunque, viendo el bochornoso espectáculo, casi mejor que el evento hubiera pasado desapercibido.

Por si hay algún despistado, contemos lo sucedido. Chris Rock realizaba un discurso sin demasiada gracia, como a los que nos tiene acostumbrados desde hace más de una década, en el que iba soltando pullas a los nominados. A Bardem le dijo que ni se le ocurriera ganar para no enfadar a Penélope si ella no se hacía con el premio (oc), cuando, acto seguido, se dirigió a otra pareja de actores, Will Smith y Jada Pinkett.

El momento que cambió para siempre la historia de los Oscar llegó tras esta frase de Chris Rock:

Jada, te amo, 'G.I. Jane 2'. No puedo esperar para verla

'G.I. Jane' es una película de 1997 protagonizada por Demi Moore en el papel de la teniente Jordan O'Neil, que lleva la cabeza rapada por haberse alistado en el ejército. La broma, por tanto, hace mención a la cabeza rapada de Jada por sus problemas de alopecia, algo que no sentó bien a la actriz y que desembocó en el tortazo de su marido al humorista en pleno show, para más tarde exigir a gritos que dejara de hablar de ella.

El estupor general del momento ha dado paso a un debate lleno de justificaciones (la primera, la del propio Will) por parte de los que consideran sin pudor que un guantazo sirve para aplicar justicia ante una broma más o menos pesada sobre su mujer, más aún teniendo en cuenta una serie de cuestiones sobre el suceso de las que hablaremos más adelante. Lo que sí os develamos ya, queridos amigos, es que el de Will Smith es uno de los casos de masculinidad tóxica más flagrantes de los últimos tiempos. Y si vosotros decís que habríais hecho lo mismo o peor para defender a la 'damisela en apuros', también sufrís el mismo problema.

De reírse a abofetear a un tío para exculparse: la reacción de Will Smith a la broma

El mundo de la masculinidad tóxica es como el mito de la caverna de Platón. Hay quien se encuentra en las sombras, y se vanagloria de su mente cerrada, y quien, pese a plantearse las cosas y avanzar mínimamente hacia la luz, todavía la ve como una amenaza que va a trastocar radicalmente su forma de pensar y actuar. Aquellos hombres (y mujeres, desgraciadamente) en ese paso intermedio hoy consideran lícito que un hombre salga así en defensa de su esposa, porque es lo que nos han enseñado que deben hacer los hombres.

Sin embargo, ¿alguna de esas personas se ha preguntado qué es lo que quería hacer Jada, y sobre todo, qué es lo que quería Jada que hiciera Will ante un chiste que le afectaba a ella? ¿A alguno le ha dado por pensar que ella podía defenderse sola, y que de hecho ya lo hizo con la cara de asco que puso al chiste? ¿Alguno ha recabado en la idea de que esa respuesta podría haber surtido más efecto que el arrebato violento de su esposo?

Por supuesto, ninguno lo ha pensado. Tampoco Will, que incluso se ríe con la broma al principio, mientras ella hace esa mueca. Solo cuando él la ve y se da cuenta de la cagada le entra la indignación impostada de macho protector, culminada en violencia. Pero, amigos, eso no es proteger a tu mujer, eso es querer quedar bien delante de ella y limpiar tus pecados de forma arcaica.

La justificación de Will Smith minutos después, cuando recibe el premio, es todavía más grave. Porque todos podemos perder los papeles en un momento puntual si tocan a nuestra familia, pero si ya en frío lo justificas alegando que "el amor hace cometer locuras", es que tienes un problema de fábrica a la hora de entender lo que es el amor. El amor no es violento, y esa frase es una red flag de manual. Mujeres, hombres y demás identidades: no aceptéis nunca este argumento como válido o como una muestra de amor. No lo es.

Ante el revuelo generado y, especialmente, ante la investigación que ha abierto la Academia sobre lo sucedido y que podría arrebatarle la estatuilla al actor, Will Smith ha realizado un comunicado, ahora sí arrepentido de sus hechos y sus palabras en la ceremonia. Nos quedamos con una de sus frases, que da validez a todo lo comentado hasta ahora: "Mis acciones no fueron indicativas del hombre que quiero ser". Nada más que añadir.

"Recuerden, son solo bromas"

Lo más curioso de todo es que Chris Rock produjo y protagonizó un documental en 2009 llamado 'Good Hair', sobre la presión que sufren las mujeres negras con la pérdida de pelo, con el objetivo de que su hija lo viera y estuviera prevenida ante dicha presión. Vamos, que sabe de lo que habla.

¿Le da eso derecho a burlarse de Jada? No. ¿Está feo meterse con una mujer (y con un hombre) por su físico? Sí. ¿Es humor, y ahí debe quedarse? También. El chiste, aunque sea de mal gusto, es bastante naïf, no ha roto ninguna barrera ni sobrepasado ningún límite. Que es alopecia, no cáncer terminal. Y aun así, seguiría siendo humor. Jada está en su derecho de tomárselo como quiera, pero ya está.

En esto consisten los stand up, y los actores están más que acostumbrados a esto. Si el humor se acoplara a las sensibilidades, gustos y límites de los 2.000 invitados, ¿de qué se podría bromear? ¿Qué sería entonces de Ricky Gervais, cuyos monólogos han tocado temas mucho más peliagudos, incluido la pedofilia en la Iglesia o la conexión de Hollywood con Jeffrey Epstein?

Hay quien dice en redes que la diferencia entre Gervais y Chris Rock es que el primero nunca se metería con alguien de manera personal en sus stand up. Se nota que le han visto mucho, sí. Buscad algunas de sus bromas ácidas a Tom Hanks, Tim Allen o Mel Gibson. O las veces con las que el británico ha bromeado sobre asuntos delicados de salud como el alcoholismo y la obesidad. Como él mismo dijo en su monólogo inicial de presentación de los 77º Globos de Oro: "recuerden, son solo bromas. Todos vamos a morir pronto, y no hay una secuela". Sobre los límites del humor y la indignación de la gente también se despachó en su cuenta de Twitter.

"Por favor, dejad de decir 'no puedes bromear sobre nada'. Puedes. Puedes bromear sobre lo que te dé la gana. A algunas personas no les gustará y te dirán que no les gusta. Luego ya depende de ti si te importa una mierda o no. Y así. Es un buen sistema". Palabra de Ricky Gervais.

Así que no, Gervais no estaría en contra de la broma de Chris Rock. Cero sorpresas al respecto, como que todos aquellos que se rasgan las vestiduras con un chiste malo sean los mismos que acusan a medio mundo de formar parte de una "generación de ofendiditos". Cuando tocan el orgullo de macho herido, qué rápido pasamos a ofendernos por todo. La masculinidad tóxica es esto.

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