Wavegarden
El milagro de Wavegarden: surfear en una ciudad sin playa
Cuando una pasión se convierte en un negocio: Wavegarden empezó en 2005 como una loca idea de unos amantes del surf y ahora trabaja en todo el mundo. La empresa se encarga de construir lagunas con olas artificiales donde los surfistas puedan practicar este deporte en cualquier momento del año.
16 Octubre 2019
|A todos los amantes del surf les encantaría poder vivir en Hawaii, California y Australia. O ir al menos una vez al año. Bueno, o ir al menos una vez en su vida. Pero, siendo realistas no es un plan apto para todos los bolsillos. Ni siquiera el de poder ir todas las veces que uno quisiera a un sitio costero y con tradición surfera de tu propio país.
Por suerte, existe una solución para pasar el 'mono'. Y es que Josema Odriozola y Karin Frisch han hecho posible que coger las mejores olas del mundo esté al alcance de cualquiera, aunque no viva cerca de la costa. Y todo gracias a Wavegarden, la empresa que nos trae unas olas dignas del Pacífico a la puerta de casa (o casi).
En 2005 nació este atrevido proyecto, fruto de su pasión por el surf. Después de años y años de pruebas, en 2010 generaron su primera ola artificial surfeable en sus oficinas situadas en el País Vasco, testada por los mejores profesionales del mundo.
Proyectos internacionales alrededor del mundo
Desde ahí su tecnología no ha hecho más que mejorar. El trabajo dio sus frutos, y en 2015 abrió sus puertas en el norte de Gales 'Surf Snowdonia'. Durante el primer año, el centro dedicado al surf, pero con otras muchas actividades e incluso una zona para alojarse, recibió un total de 150.000 visitantes, además de albergar el primer evento internacional de surf en una laguna, el 'Red Bull Unleashed'. Este primer proyecto es el producto de lo que ellos han denominado 'Lagoon', perfecto para lugares con grandes extensiones de terreno en el que pueden surfear entre 45-140 surfistas dependiendo de las dimensiones. La laguna se divide en dos zonas:
- 'Reef': destinada para los surfistas más expertos, donde encuentras olas de entre 1,2 y 2,2 metros de altura y con una duración de 15 a 35 segundos cada ola.
- 'Inside' y 'Bay': destinado a principiantes y surfistas de nivel medio, en el las olas son suaves y duraderas pensadas para aquellos que quieren empezar a introducirse en el mundo del surf.
En 2016 se abrió un segundo centro como el de Gales, esta vez al otro lado del océano, en Austin (Texas). Allí probaron otro prototipo como 'Lagoon' denominado 'Cove', pensado para lugares que incluso pueden ser inferiores a una hectárea. Un modelo compacto para ubicar cerca de grandes ciudades o núcleos residenciales. Aun así puede llegar a generar 1.000 olas por hora, unas olas controladas a través de un software que permite, pulsando un solo botón, cambiar de olas suaves y tranquilas para principiantes a olas de hasta 2,4 metros de altura para los más expertos. Además, estas olas son sucesivas, imitando a la perfección a la de los océanos, con una frecuencia que puede alcanzar las dos olas cada 8 segundos. Al igual que 'Lagoon' este producto también tiene dos zonas:
- 'Reef', para nivel medio/experto.
- 'Bay', para debutantes o medios.
En la actualidad, cuentan con diferentes proyectos alrededor de todo el mundo, incluido en España, donde también han querido realizar estos lugares de culto al surf. En total, son tres los proyectos diferentes alrededor de toda la geografía del país, además del que ya hay abierto en País Vasco: Montgat (Cataluña), Málaga, que se espera para el 2020; y Madrid, cuyo proyecto se esperaba para 2016 en la zona de Valdebebas, pero que finalmente se abrirá en 2020 en El Cañaveral (Vicálvaro).
Lo más visto
Seguridad para los que nunca han surfeado
Estos sistemas están diseñados acorde a unas directrices de seguridad europeas, y otras normas de seguridad a nivel mundial. Además, cuenta con una ventaja sobre los océanos abiertos, y es que pueden controlar a la perfección la profundidad, el tamaño y la frecuencia de las olas, y no tienen que hacer frente a las peligrosas corrientes marinas. A esto hay que añadirle un personal perfectamente cualificado para reaccionar en caso de que hubiese algún fallo en esta seguridad. Esto te permite que no sea necesario saber surfear, y se convierte en el lugar perfecto para aquellos que quieren comenzar a practicar un deporte que está cada vez mas en auge.
La sostenibilidad del proyecto también es fundamental. Por ello, la construcción se adapta al lugar donde se realiza para reducir al máximo el impacto visual y sonoro en el entorno. El equipo de I+D con el que cuentan trabaja continuamente para mejorar y poder ser lo más natural posible. Las lagunas se llenan con el agua de la lluvia, mientras que se intenta en la medida de lo posible que las construcciones se realicen en zonas que, por diferentes causas, tenían el terreno destruido o en malas condiciones. El mejor ejemplo es el Wavegarden de Gales, donde se construyó sobre una antigua fábrica de aluminio abandonada. No solo restauraron el terreno, sino que lo convirtieron en un lugar limpio en el que poder realizar diferentes actividades además de surf.