El riesgo del like, o cómo perder la vida por un reto extremo
Son muchos los youtubers o tiktokers que se lanzan a realizar desafíos con un alto riesgo con el objetivo de obtener visitas o clics. Pero no son pocos los retos que han terminado en tragedia y que olvidamos rápidamente, dándole follow al siguiente. ¿Todo vale?
14 Diciembre 2021
|Es habitual que cualquier creador de contenido de los nuevos soportes digitales se centre en las visitas o likes que tiene su vídeo. Da igual del tema que se trate, su viabilidad dependerá de la repercusión que obtenga. Es ahí cuando cada creador tratará de buscar a su manera esa mayor repercusión, y es ahí cuando esa búsqueda de la repercusión lleva a muchos a cruzar la peligrosa línea de ofrecer riesgo a la audiencia a cambio de visualizaciones y reacciones.
Los contenidos extremos, por lo general, funcionan muy bien entre el público, y esta demanda es cubierta por quien no tiene miedo a ofrecer ese tipo de vídeo. La tiranía del clic y del like se agudiza cuando el morbo, el riesgo y las facilidades de enganchar a la audiencia a través de desafíos extremos aparecen. Una especie de bola de nieve que cada vez va a más, y que, si nadie para, puede desembocar en una tragedia. Es el caso de varios creadores, que tratando de ofrecer el contenido que su audiencia pide, han terminado perdiendo la vida. Repasamos algunos casos, aunque por supuesto no incluimos imágenes demasiado sensibles.
Apetor
Uno de los últimos casos trágicos es el de Tor Eckhoff, un youtuber noruego conocido como Apetor que se dedicaba a grabar vídeos relacionados con las temperaturas gélidas. Solía patinar sobre lagos helados o se zambullía a aguas heladas, todo ello utilizando siempre un humor característico. De hecho, aparecía desnudo y probando diferentes bebidas alcohólicas, y fue en una de sus últimas grabaciones donde Tor falleció tras caer en un lago congelado.
Kubra Dagon
Subirse a sitios peligrosos para realizar retos o bailar es otra de las ideas que surgen en el afán por conseguir más visitas. La tiktoker turca Kubra Dagon se subió a la azotea de un edificio buscando la mejor luz del atardecer para realizar el último baile del momento. La idea de conseguir la mejor de las escenas le llevó a estar en una zona poca segura. Finalmente se cayó, rompiendo una de las estructuras de plástico y precipitándose en un abismo de 50 metros que provocaría su muerte.
Stanislav Reshétnikov
Si en los casos anteriores los protagonistas se ponían en peligro a ellos mismos, el streamer ruso Stanislav Reshétnikov realizaba retos extremos con su novia. Motivo de risa para todos sus seguidores, las ¿bromas pesadas? que le hacía a su novia terminaron de la peor manera. Tras rociarle gas pimienta a petición de un fan, Stanislav la desnudó y la sacó al balcón a raíz de que otro seguidor ofreciese mil dólares para que lo hiciese. En pleno invierno en Moscú, la novia comenzó a golpear la puerta para que le dejase entrar, pero Stanislav hizo caso omiso. Al final, los golpes cesaron, y cuando el streamer se preocupó por ver qué había ocurrido, la novia había muerto congelada. La crueldad de este reto ha desembocado en una pena de cárcel de 6 años para Stanislav Reshétnikov.
Sun
La variedad de desafíos extraños y peligrosos no tiene límites, y otra de las desgracias que tenemos que lamentar se debe a la ingesta de insectos. Sun transmitía en la red social china 'DouYu', y se dedicaba a jugar con una ruleta que decidía si comía insectos, lagartijas venenosas, alcohol o vinagre. Llegaba a comer todo tipo de insectos y gusanos, y en el año 2019 falleció fruto de un insecto y el alcohol consumido en plena transmisión.
Lo más visto
Wu Yongning
Uno de los retos más impactantes en cuanto a su peligrosidad es el rooftopping, que consiste en escalar por edificios muy altos sin ningún tipo de agarre o seguridad. Varios creadores de contenido se han hecho famosos gracias a esto, como es el caso de Wu Yongning. Este youtuber grababa para la red social Weibo, donde mostraba en vídeos cortos cómo escalaba a altos edificios sin ninguna medida de seguridad, generando una gran repercusión En uno de sus intentos. Wu trató de realizarse un selfie en una posición de riesgo extrema, subiéndose al piso 62 de un rascacielos, pero falló en el intento.
Sofía Cheung
Algo parecido le pasó a Sofía Cheung, quien se dedicaba a sacarse fotos en posiciones de riesgo. Si bien no era una influencer que basara todo su contenido en los desafíos peligrosos, tratar de sorprender a sus seguidores con selfies llamativos fue el motivo de su grave accidente. La bloguera e instagramer de Hong Kong trató de sacarse una foto en el borde de la cascada Pineapple Mountain, y tras resbalarse y realizar una mala maniobra, la chica se cayó al vacío, falleciendo poco después.
Joshua Haileyesus
La viralidad de lo extremo tristemente se agrava cuando el que lo protagoniza es un niño. Estamos acostumbrados a que algunos creadores realicen locuras por conseguir unos likes más, y los menores de edad actúan en consecuencia de lo que ven en la sociedad. La viralidad de los retos extremos, pues, ha llegado hasta ellos, y en TikTok hay multitud de vídeos de este tipo, como el 'Blackout Challenge'. Este desafío consistía en ahogarse hasta perder el conocimiento, y sí, niños y niñas lo realizaban en las redes sociales. Uno de ellos fue Joshua Haileyesus, un menor de 12 años que fue encontrado sin aliento por su hermano. Tras 19 días hospitalizado, terminó falleciendo.
El click puede con todo, y hay que pararlo
Estos siete casos son solo un ejemplo, y es que hay muchas historias dramáticas más, como la mujer que asesinó a su novio probando si una enciclopedia paraba una bala, o el hombre que se estrelló cuando trataba de conducir una moto con los pies a 100 kilómetros por hora. La capacidad de hacer lo que sea con tal de conseguir unos likes o unas visitas más puede con todo, y las desgracias ocurridas no son una simple excepción. Muchas veces son accidentes inevitables, de alguien que no busca el riesgo de forma constante, pero el problema viene cuando es ese riesgo o ese morbo el que produce interés. Por una parte, la audiencia lo disfruta y estimula a que lo siga haciendo, y por otra, el creador entra en una bola de nieve donde el límite cada vez es más alto, hasta que termina pasando lo que parecía un desastre inevitable. Pero muchas veces, ese drama puede evitarse, y la audiencia debería parar los pies de quien ha llegado demasiado lejos.