HBO, Marvel, GTRES
El fin de semana en el que libramos la misma batalla tres veces
La casualidad quiso que, en 48 horas, España se enfrentara a Thanos, al Rey de la Noche y al fascismo. Tres amenazas destructivas que en realidad son la misma.
03 Mayo 2019
|[Este artículo contiene spoilers de 'Vengadores: Endgame', del 8x03 de 'Juego de Tronos' y de las elecciones españolas del 28A]
Cuando Cristina Cifuentes se presentó en la Asamblea de Madrid con una camiseta que decía "no soy una princesa, soy una khaleesi" instauró una obsesión de la política española con 'Juego de Tronos'. Desde entonces, Íñigo Errejón ha comentado la octava temporada con El Español; Izquierda Unida apostó toda su campaña electoral de 2015 a compartir memes de Juego de Tronos en Twitter; Unidas Podemos ha publicado un vídeo en el que compara aquella escena de Hodor sujetando el portón con la promesa del partido de Pablo Iglesias, quien se dice que se identifica mucho con Tyrion Lannister, de bloquear las puertas giratorias en la política; e Inés Arrimadas ha posado para un fotomontaje que la reivindica como la verdadera khaleesi de la Comunidad de Madrid. Al fin y al cabo, todos los títulos de Daenerys Targaryen se los ha ido poniendo ella misma así que Arrimadas puede ser khaleesi si a ella le apetece.
La analogía con la serie más famosa de la década parece irresistible para cualquier político, porque vincularse a un personaje con el que el público está muy familiarizado es más eficaz que horas de discursos y páginas de programas electorales. Y porque de paso demuestran que ellos son como tú: seriéfilos, espontáneos, amigos de sus amigos. Pero esta es una estrategia calculada. Los guionistas de 'Juego de Tronos' y de Marvel han tenido una década para construir sendos finales, pero ni el mejor guionista podría haber planeado lo que ocurrió el pasado fin de semana, cuando en 48 horas el público español presenció la misma batalla tres veces: la sociedad española vivió pendiente de tres eventos (el estreno de 'Vengadores: Endgame', la emisión del 8x03 de 'Juego de Tronos' y las elecciones generales) que en realidad libraban diferentes versiones de la misma lucha. Thanos, el Rey de la Noche y la extrema derecha son el mismo villano.
La primera vez que vimos a Thanos en 2012 (en la escena postcréditos de 'Los Vengadores'), nadie siquiera sabía quién era, ni qué quería, ni por qué estaba tan enfadado. Así que todo el mundo optó por ignorarle. La primera vez que vimos a los caminantes blancos (en la escena inicial del piloto de 'Juego de Tronos') tampoco entendimos a qué venían, así que preferimos dejarnos distraer por las luchas de poder entre los personajes que sí conocíamos: los Lannister, los Stark, los Targaryen y los Baratheon (que cada uno distribuya los respectivos cuatro partidos españoles como considere) nos podían caer bien, mal o regular, pero al menos comprendíamos sus motivaciones. Actuaban dentro del sistema.
Pero la amenaza fue creciendo y, mientras tanto los Vengadores como los habitantes de Poniente estaban a lo suyo, empezó a verse más claro que al final la cosa se iba a liar. ¿Pero quiénes eran los aliados del Rey de la Noche? Al principio parecían criaturas anónimas, siniestras, ajenas a nuestro mundo. Pero con el paso de las temporadas, su ejército crecía nutriéndose de los humanos caídos: sus seguidores eran tus vecinos, tus hermanos, tus amigos.
Resulta que el plan del Rey de la Noche era borrar la memoria. Fulminar todo el progreso que la humanidad había necesitado décadas para levantar. Y no hay nada que le convenga más al fascismo que borrar la memoria, aunque como decía Sam Tarly, reproduciendo las palabras de su archimaestro Ebrose, "si olvidamos dónde hemos estado y lo que hemos hecho ya no seremos hombres". La memoria es la columna vertebral narrativa de 'Juego de Tronos': el Norte recuerda, Daenerys recuerda (al menos, los cuentos que le contaba su hermano para dormir) y Bran no hace otra cosa que recordar y mirar con cara de "yo valgo más por lo que callo que por lo que hablo". Quien no tiene tanta memoria, por lo visto, es el pueblo, que estaba convencido de que los caminantes blancos no existían. Que son una exageración. Que no hay que ser tan alarmistas.
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El plan de Thanos era mucho más aleatorio y, si le prestabas demasiada atención, quizá incluso sonaría lógico y tentador: extinguir la mitad de la población para que otra mitad prospere. Al principio de la saga Thanos no tenía ninguna relevancia, pero en 'Infinity War' lo trataron prácticamente como a un protagonista y, por supuesto, causó sensación en Twitter. Algunos hasta le veían atractivo. "Soy inevitable", asegura Thanos. Desde luego durante varios meses ha sido inevitable poner la tele y no verle dando la chapa, pero con lo que él no contaba, al igual que el Rey de la Noche, es que esos débiles a los que él planeaba aplastar sin esfuerzo nunca fueron débiles. Simplemente estaban a otras cosas.
Mientras tanto, Cersei Lannister (que se representa a sí misma primero y a los ricos en general después) se echaba a dormir con la certeza de que la inevitable victoria del villano la beneficiaría a corto plazo, porque masacraría a sus enemigos, y cuando vinieran a por ella ya improvisaría algo. Y tras un prólogo (el primer acto de 'Endgame', el 8x02 de 'Juego de Tronos', la jornada de reflexión) en el que la gente básicamente se dedicó a beber alcohol y a resignarse ante la inminente derrota, comenzó la batalla.
Hay un momento en 'Endgame' que parece sencillo (está rodado sin épica en un plano general atestado, claro, de efectos digitales) pero debería pasar a la posteridad como el instante más heroico del Universo Cinematográfico Marvel. El Capitán América, apalizado, se levanta para seguir luchando contra Thanos. Está solo y no sabe si el chasquido de Hulk ha funcionado y sus compañeros regresarán del limbo en el que llevan cinco años. Pero no por ello va a dejar de defenderse a sí mismo, al mundo que quiere y a los valores en los que cree. Si la actitud de Capitán América se parece a (como se ven a sí mismos) los votantes de Podemos (sabe que está solo pero no se rinde, ya no pierde el tiempo en ideales abstractos y ya no es tan gallito como en 2014 cuando decía lo de "podría hacer esto todo el día"), Tony Stark es como los demás ven a los votantes del PSOE: capitalista, sí, pero ha aprendido a ser generoso incluso aunque votase a Ciudadanos en la segunda parte.
Pero lo más importante que han aprendido tanto Stark como los Stark es que a veces hay que aparcar las diferencias cuando hay una amenaza mayor. Sansa quiere la independencia del Norte, sí, y no se fía nada de que Daenerys haya pactado con su hermano, pero por el momento será mejor que luchen juntas. Ahora todos han postergado sus luchas de poder (esto es una pausa, todavía quedan capítulos de negociaciones, acuerdos y alianzas) para quitarse de encima al enemigo común. La noche será oscura y albergará horrores, pero ni una fotografía lúgubre ni una descompresión pixelada nos impedirá ya ver muy clarito quién es quién. Quién iba con el Rey de la Noche y quién luchaba contra él.
Tanto Marvel como 'Juego de Tronos' empezaron como un campo de nabos a la hora del recreo y han ido creciendo en su diversidad: las mujeres de Poniente, como las mujeres de Marvel, han acabado siendo esenciales para la victoria aunque a Thanos el toque de gracia se lo haya tenido que dar (tampoco vamos a pretender cambiar el mundo de golpe, de momento vamos a protegerlo) el señor capitalista. ¿Pero y lo que ha evolucionado Tony Stark desde aquella primera película? Ahora es un tipo sensibilizado con la sociedad en la que vive, preocupado por la igualdad, que comprende que es más fuerte cuando deja que Capitán América invoque "Vengadores, reuníos" que actuando solo y con arrogancia. Casualmente algunos autoerigidos patriotas gritaban el domingo, tras publicarse el resultado electoral, que "España, unida, jamás será vencida". Pues tenían toda la razón. Lo que desde luego no tenían es sentido alguno de la ironía.
Resulta atípico que al final de 'Endgame' no volviesen atrás en el tiempo cinco años, para recuperar el tiempo perdido desde aquel chasquido de Thanos con el que acababa 'Infinity War'. Los habitantes no-superheroicos del universo Marvel recordarán perfectamente esos cinco años de desolación, de miedo, de desesperanza. Quizá no es casualidad. Quizá la conclusión de esta saga de 22 películas es que hay que aprender de todo lo vivido en vez de seguir adelante como si no hubiera pasado nada. Que no hay que olvidar. Y tampoco bajar la guardia, porque seguro que quedan muchas batallas por delante. Pero de momento, el final provisional está claro: