Taiwán y Corea del Sur tienen los índices de fertilidad más bajos del mundo, y es porque las mujeres no quieren ser madres
El rechazo a la maternidad por cuestiones sociales ha provocado que Taiwán y Corea del Sur sean los países con menor tasa de fertilidad del mundo.
14 Junio 2022
|La tasa de natalidad continúa alcanzando mínimos históricos en buena parte del mundo, pero sobre todo en varios países asiáticos. A pesar de ser el continente más poblado del mundo, hay varios asuntos en la historia reciente asiática que explican estas preocupantes cifras de nacimientos. No es casualidad, por tanto, que los cinco países con menor tasa de fertilidad sean asiáticos, con Taiwán (1,07 hijos por mujer) y Corea del Sur (1,09) a la cabeza. Si en los países europeos hay una preocupación creciente por el envejecimiento progresivo de la población, en Asia la situación es todavía más preocupante.
Sorprende todavía más de Taiwán, un país en el que en 1960, hace poco más de 60 años, la tasa de fertilidad era de 6 hijos por mujer. Ante una tasa tan ridículamente alta, el gobierno de Taiwán en los 60 impuso un plan de control familiar, similar al que vimos recientemente en China, para controlar los problemas de sobrepoblación de la isla.
En solo una década, la cifra se redujo a la mitad. El descenso, desde entonces, ha sido igual de pronunciado. El plan funcionó, pero les jugó una mala pasada a largo plazo. En 2007 lanzaron ayudas para lo contrario, promover la fertilidad a través de apoyos económicos para el cuidado de los hijos. No consiguieron con esto mejores resultados, pero al menos la curva de bajada se frenó en torno al 1,1, aunque hoy es todavía más baja.
La revolución de la mujer, el factor diferencial
¿Por qué Taiwán tiene una tasa de fertilidad tan baja, a pesar de los intentos gubernamentales? La brusca brusca en la tasa de matrimonio, fenómeno que no se limita a Taiwán y también podemos encontrar en Corea del Sur y Japón, es una de las respuestas a esta pregunta. Los taiwaneses no se casan, y si lo hacen, lo hacen tarde, algo común en buena parte del mundo en la actualidad.
Sin embargo, la verdadera razón del descenso de natalidad en Taiwán (y Corea del Sur), que también explica lo mencionado arriba, tiene que ver con el grado de independencia adquirido por la mujer a lo largo del siglo XXI en estos territorios. En países como Japón, Corea del Sur y Taiwán, el matrimonio para la mujer se asocia de manera indistinguible con el cuidado de la casa y de los hijos. Comprometerse con otra persona puede frenar en seco tus ambiciones laborales y personales, y coartar para siempre tu libertad. Y las mujeres millennials se niegan a vivir lo que sí tuvieron que experimentar sus madres y abuelas.
Aunque en Corea del Sur hay leyes para impedir que las mujeres sean discriminadas por quedarse embarazadas, de acuerdo con los sindicatos, esto no se cumple en la mayoría de los casos. Pero el miedo a perder el trabajo solo es la punta del iceberg. A pesar del importante papel que ha tenido la mujer en las revoluciones económicas e industriales en estos países, se sigue asociando todavía con frecuencia a la mujer con roles tradicionales. La actitud general del hombre hacia la mujer aún dista mucho de ser como debería y esto causa que directamente no haya interés por tener pareja.
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Según datos del OCDE, el hombre surcoreano promedio pasa un total de 45 minutos al día de trabajo no remunerado, es decir, dedicado al cuidado de los hijos, tareas de la casa, etc. Las mujeres en cambio, pasan casi 4 horas al día. Por si fuera poco, la violencia machista en todas sus formas es también un problema muy grave en el país. En una encuesta realizada por el Instituto Coreano de Criminología, el 80% de los hombres consultados admitieron haber vejado a sus mujeres de alguna manera en alguna ocasión.
Todo esto, aunado al gasto económico que supone formar una familia, ha dado lugar a lo que en Corea del Sur se conoce como 'Generación Sampo', la generación que no está interesada ni en relaciones sentimentales, ni en casarse ni en tener hijos. El término, acuñado en Corea del Sur, también puede trasladarse perfectamente a Taiwán, donde pasa exactamente lo mismo. En una encuesta realizada a mujeres de entre 15 y 64 años por el Ministerio de Sanidad de Taiwán en 2019, el 38,6% afirmaron no estar interesadas en el matrimonio. En la misma encuesta de 2011, solo lo dijeron el 12,4% de las mujeres.
La situación en territorio taiwanés es tan alarmante que el número de mascotas ha superado el número de niños menores de 15 años en el país. Por si la amenaza continua de invasión china no fuera suficiente, con sus números actuales corren un verdadero riesgo de pérdida escalonada de población.
Las mujeres asiáticas han dicho basta, y un profundo cambio social está teniendo lugar en estos países. Debido a todo un modelo de pareja extremadamente perjudicial para las mujeres, la opción preferida por ellas es mantenerse solteras, independientes y libres de las cargas que de otra forma les estarían impuestas. Quizás gracias a esto se consiga que el feminismo avance y prospere dentro de Asia y estas actitudes de los hombres comiencen a desaparecer.
La cruda realidad de estas sociedades fuerza a muchos a querer escapar de ella
Estos países comparten también otro problema, y que también es consecuencia de un modelo de estado disfuncional, el suicidio. Corea del Sur y Japón siempre han sido líderes en estadísticas relacionadas con el suicidio. En el segundo caso, dentro de su propia cultura tienen incluso ejemplos de "suicido honorable", como es el caso del seppuku, pero en la última década Corea del Sur les ha superado como el país asiático con más suicidios por cada 100.000 habitantes.
En ambos casos los grupos de edad más afectados son los mismos. Por un lado, jóvenes y adolescentes de entre 15 y 35 años, víctimas o bien de problemas para entrar y mantenerse en el mundo laboral, o abusos y presiones sociales como las citadas en el artículos. Por otro, ancianos que sufren las consecuencias de pésimos planes de seguridad social y no quieren ser una carga para sus familias. Aunque ahora está 'solo' en un 40%, en 2014, la mitad de la población de tercera edad en Corea del Sur vivía por debajo de la línea de la pobreza.
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Los riesgos de una natalidad tan baja
El principal y más comentado es siempre el mismo: el efecto en el mercado laboral. Bajas tasas de natalidad continuadas en el tiempo generan inevitablemente que la proporción entre jubilados y personas en edad de trabajar se vuelva difícilmente sostenible.
Taiwán y Japón concretamente están intentando paliar esto con la inmigración (aunque a niveles todavía muy bajos), atraída por sus grandes compañías tecnológicas, sobre todo en Taiwán, siendo un líder mundial en la fabricación de semiconductores, el componente más valioso del momento
Japón es el país con la esperanza de vida más alta del mundo, Corea del Sur es el tercero, con lo que la población jubilada no es precisamente pequeña y hace que sea una situación verdaderamente preocupante para sus países. En un tono general, el consenso es que ninguno de los dos son capaces de ofrecer suficientes ayudas públicas para revertir esta situación, y las que tienen ahora son más bien para que no empeore demasiado que para solucionarlo.
Corea del Sur registró en 2020 más muertes que nacimientos, poniendo en verdadero riesgo ya no solo de envejecimiento de la población, sino de pérdida de habitantes continuada, como ya registraron en 2021. También en 2020 y 2021 pasó lo mismo en Taiwán, víctimas de una más que deficiente tasa de natalidad. La manutención de los jubilados y las tasas de reemplazo van a ser temas clave durante el próximo siglo.
Las consecuencias de esto no se quedan en una prolongación de una crisis económica ya existente. Casas abandonadas, menos colegios, menos comercios, la desaparición de zonas rurales, un descenso constante de población podría generar situaciones difíciles de asimilar. Si hasta ahora nos quejamos de la superpoblación y de que hay frenar el crecimiento, algunos países ya están en el lado contrario de la espiral y en caída libre. Atrás ha quedado la época en la que tener más de dos hijos era normal.
La realidad es que es un problema generalizado. Muchos estudios indican que, para 2100, las reducciones de población serán absolutamente masivas en hasta 183 países. Lo que esto será capaz de provocar solo lo sabremos cuando llegue el momento.