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¿Es posible aprender a controlar los celos? Cómo construir una relación sana y próspera
Las relaciones de pareja se construyen a partir del amor y la confianza. A veces, esta última no es tan fácil de conseguir, por lo que aquí te dejamos una serie de consejos para aprender a controlar los celos y tener una relación sana.
16 Octubre 2019
|Tener pareja es algo maravilloso. Las primeras citas son mágicas. Sientes que te vas enamorando poco a poco, que esa es la persona ideal para ti. Todo va sobre ruedas. El tiempo que pasas a su lado es el mejor de todo el día, sin duda. Está ahí para ti, y tú estás ahí para ella. Te acompaña, te entiende, te apoya. Está descubriendo lo que nunca nadie supo de ti: tus mayores secretos, tus mayores alegrías, los momentos especiales de tu infancia e incluso tus debilidades, miedos, inseguridades. En cuanto a estos últimos, que esta persona los conozca está bien, más que bien, pero cuando empiezas a manifestarlos contra ella, tenemos un problema.
Una de las formas más comunes de manifestar esa inseguridad es a través de los celos. Los celos en la pareja son algo natural en el sentido de que ninguno estamos exentos de sentirlos. Es normal que en algún momento la autoestima nos juegue un mala pasada y pensemos que no somos suficiente para esa persona, y que ella está siempre pendiente de encontrar algo mejor. El problema viene cuando eso se convierte en algo patológico. El hecho de que esos sentimientos puedan ser 'normales' a priori, no implica que tengamos que adoptar conductas posesivas que lo único que harán será quitarnos calidad de vida y acabar con nuestra relación.
El primer paso para superar los celos y empezar a vivir tranquilos es aceptar que tienes un problema. Y ojo, el problema lo tienes únicamente tú, no tu pareja. Tú y únicamente tú eres el dueño de tus actos. Si ves que nunca podrás confiar en esa persona, ¿por qué sigues con ella? En ese caso, la decisión de acabar con ese sinvivir es solo tuya. No puedes obligar a nadie a estar contigo ni a que actúe como tú quieres que lo haga. Si finalmente tomas la decisión de aceptar a tu pareja y de quererla tal y como es, dentro de una relación sana, estos son algunos de los pasos que debes seguir.
Comprende que no necesitas tener pareja
Tener pareja es una elección, no una necesidad, y cuanto antes lo entiendas, mejor. Tú no necesitas una media naranja, tú debes ser la naranja entera. Si sientes que no eres capaz de ser feliz por ti mismo, lamentablemente no estás preparado para tener pareja, al menos de forma sana. Estar con alguien debe ser una decisión que tomes todos los días. Esa persona no está ahí para completarte, sino para acompañarte. No está ahí para hacerte feliz, sino para compartir tu felicidad contigo. Si decides estar con ella, que sea porque la quieres, pero no porque la necesitas.
Uno de los principales desencadenantes de los celos es el sentimiento de apego que puedes desarrollar hacia tu pareja. Debes comprender que esa persona no es de tu propiedad y que la libertad no es solo uno de los principios de la vida en general, sino también de las relaciones. Debes poder darle la libertad suficiente como para que, dentro de esta, siga escogiéndote todos los días. El escritor uruguayo Mario Benedetti dijo una vez: "me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para todo", y prácticamente con esta frase, se puede resumir este párrafo y todos los demás.
Potencia tu autoestima
Antes de nada, respondámonos a la pregunta de qué son los celos, pero no en términos psicológicos que igual ni somos capaces de entender, sino en términos prácticos que de verdad sirvan para empezar a superarlos: los celos no son nada más y nada menos que miedo. Sí, miedo. Miedo a ser traicionados, miedo a que nos abandonen y miedo, sobre todo, a no ser suficiente para nuestra pareja. Siguiendo entonces con la ecuación, si sentimos no ser suficiente para esa persona, el problema no puede deberse a otra cosa que no sea a una baja autoestima.
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Debes trabajar en tu autoestima, en quererte a ti mismo, probablemente mucho más de lo que puedas querer a tu pareja. Por ahí dicen que para plantearte querer a nadie, debes aprender a quererte a ti antes, y nada más lejos de la realidad. Esa persona no tiene la culpa de tus inseguridades y eso lo tienes que saber. Si ella está contigo, es porque quiere. Eligió estar a tu lado porque vio cosas maravillosas en ti y ahora es el momento de que seas capaz de verlas tú también.
Elimina la toxicidad
Una relación en la que existen celos patológicos no es una relación sana. Tal vez el mayor problema de los celos no sea sentirlos, sino manifestarlos. Eliminar tus inseguridades es todo un proceso, y dejar de sentirte como te sientes no sucede de un día para otro. Está en tu mano que, durante todo este proceso, tu cambio de actitud sea un reflejo de tus intenciones de crecer y de empezar a quererte a ti mismo. Es tu responsabilidad aceptar que has tenido actitudes tóxicas e insanas que no solo acaban contigo, sino con tu pareja.
Para eliminar la toxicidad en la pareja, primero es necesario reconocerla. Al contrario de como te han contado toda tu vida, los celos no son una muestra de amor, sino un circulo vicioso en el que actuamos conforme a lo que nuestro miedo nos indica que puede pasar. Este comportamiento no solo nos afecta a nosotros, también a nuestra pareja, que se irá cansando poco a poco, generándonos aún más miedo del que ya teníamos. Para poder salir de esa dinámica, lo primero, aunque parezca una obviedad, es querer hacerlo. Estas son algunas de las conductas que te impiden salir de ese circulo vicioso:
- Controlar sus relaciones: tu pareja es libre de pasar su tiempo con quien quiera, de echarse nuevos amigos o de quedar con algunos que no veía hace mucho tiempo. No tienes derecho de prohibirle nada en este aspecto, ni hacer que se sienta mal o poner mala cara.
- Comprende que tienes una relación con tu pareja, no con su entorno: si en algún momento sientes que tienes que hacer un reproche, házselo solo a la persona con la que tienes una relación. Si hay una tercera persona en la relación, alguien interesado en tu pareja, con quien debes hablarlo es con la propia pareja. No caigas en una actitud celosa y enredes la situación.
- Cotillear sus redes sociales: si de verdad pretendes confiar en esa persona, lo último que debes hacer es mirar sus mensajes de Whatsapp, cotillear a quién la ha dado like en Instagram o buscar a quién le comenta las publicaciones. Todo este tipo de conductas únicamente harán que te comas la cabeza y que sigas dentro de ese bucle en el que estás metido llamado celos.
Sé positivo y date la oportunidad de ser feliz
Si vives es una relación llena de miedos, inseguridades y demás sentimientos negativos, es muy complicado que llegues a encontrar la tranquilidad con tu pareja. Ahora que ya has reconocido que tienes un problema, es hora de que empieces a buscar soluciones. Todo lo mencionado anteriormente es solo la base a través de la cual se construye una relación sana, por lo que empezar a aplicarlo está en tu mano.
Si tienes miedo de no ser lo suficiente para tu pareja, esfuérzate por ser mejor cada día y no por amarrar a esa persona para no se vaya. Conquístala todos los días y muéstrale siempre la mejor versión de ti. Hazle ver que tiene a su lado a una persona que la valora y la quiere tal como es, que le da libertad que necesita y que la deja ser ella misma. Hazle ver, por tanto, que la quieres ver feliz.
Dale un voto de confianza. Si alguien va a hacerte daño, lo va a hacer igualmente, por más que tú estés detrás intentando evitarlo. Por ahí dicen que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento, así que date la oportunidad de confiar, de soltarte de todas esas cadenas que tú mismo te has impuesto. Hazle saber a tu pareja que confías en ella y que no se está equivocando al elegir estar contigo.
Libérate de tus miedos y muéstrale a tu pareja que tienes para ella un amor puro, un amor que no duele, un amor casi tan grande como el que te tienes a ti mismo. Hazle saber de una vez por todas a tu pareja que no la necesitas para nada, pero que la quieres para todo, como diría el gran Benedetti, y tal vez así, empieces a creértelo tú también.