Stephanie Frappart arbitrará la Supercopa de Europa

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Stephanie Frappart será la primera árbitra de una final de fútbol masculino

Para arbitrar correctamente un partido se necesitan dos piernas que corren, el conocimiento del reglamento, dos ojos que vean, y una rápida toma de decisiones. El género es totalmente indiferente para conseguir buenos resultados en este campo.

Por Ramón Fernández  |  02 Agosto 2019

Aunque debería ser un ejemplo de lo contrario, el deporte es un mundo muy anticuado en muchos aspectos. Sin ir más lejos, en la mayoría de los deportes masculinos, no "existen" personas homosexuales, o mejor dicho, no heterosexuales. No existen entre comillas. Porque por supuesto que los hay, pero ninguno se atreve a contarlo, por miedo a las represalias que puedan surgir de sus compañeros, del equipo y, sobre todo, de los aficionados, que pueden llegar a ser muy crueles. Igualmente fuera de lugar se encuentran los hinchas que profieren insultos racistas a los jugadores negros, tan solo por el color de su piel. En más de un caso, las víctimas de estos improperios absolutamente despreciables han parado el partido y se han marchado por la actitud del público. Por mucha campaña de 'Say no to racism' que se haga.

Por lo tanto, cualquier avance hacia la modernidad, y hacia conseguir que el mundo del deporte, y en este caso, del fútbol, sea el encuentro de tolerancia y el modelo a seguir para los jóvenes, es digno de celebración.

Así ha sucedido en el día de hoy con la designación de Stephanie Frappart como árbitra para la final de la Supercopa de Europa que medirá al Liverpool FC (campeón de la Champions League), contra el Chelsea (campeón de la Europa League). El 14 de agosto, por lo tanto, podremos ver a la primera árbitra en una final de un torneo de fútbol masculino. Es un paso, pequeño, simbólico; pero es un paso.

¿Es habitual ver mujeres arbitrando competiciones masculinas?

Solo Francia y Alemania cuentan en su máxima categoría con arbitras, la ya nombrada Stephanie Frappart en el caso francés, y en Alemania Barbara Steinhaus, que lleva ya tres temporadas llevando partidos de la máxima categoría. También en Sudamérica, aunque se dice que allí se hizo de una forma no del todo justa y meritoria y los resultados no han sido los más positivos.

¿Y en España?

En España la situación no es la más alentadora. La árbitra principal que se encuentra más cerca de la Primera división está en la Tercera División (cuarto nivel del fútbol nacional). En LaLiga 123 (segunda división) sí que hay arbitras asistentes, aunque también son minoritarias. Aunque es complicado que lleguen a la misma cantidad a corto medio plazo, ya que de los más de 15.000 árbitros colegiados que hay en el país, solo 700 son mujeres, aunque esta cifra esté creciendo paulatinamente.

En cualquier caso, se supone que ahora mismo las condiciones y las dificultades para llegar a la élite son las mismas para ambos sexos, por lo tanto, será cuestión de tiempo que veamos árbitras en la máxima categoría. Por ahora, la gran mayoría de colegiadas se encuentran o en divisiones inferiores o en fútbol femenino.

Una solución de la que se puede dudar, es la que ha tomado la Liga Iberdrola (Primera división del Fútbol femenino), eligiendo únicamente a árbitras para esta temporada. En ambos casos deberían ser los méritos, el trabajo y el buen hacer lo que lleve a ese puesto.

Claro que, la diferencia salarial entre quien pita en la liga masculina y la femenina es abismal. Pero, en primer lugar, la diferencia no proviene del género del colegiado o colegiada en cuestión, sino de la Liga, y además, a día de hoy (aunque se está reduciendo), sigue habiendo una gran diferencia de ingresos que generan una y otra. Por otro lado, la Federación se queda un porcentaje altísimo del dinero que los clubes de fútbol femenino destinan al arbitraje. La solución es complicada y pasaría porque las opciones de llegar a las máximas categorías fueran las mismas, y que a medida en que el fútbol femenino vaya creciendo, que lo va a hacer, le pese a quien le pese, se vayan ajustando los sueldos.

La situación de las árbitras

En muchos encuentros (sobretodo en ligas amateur) hemos podido ver insultos machistas procedentes de las gradas contra las árbitras en el caso de que consideraran que perjudicaba a su equipo. Buscan hacer daño, de la misma forma que al árbitro que está gordo le achacan esa característica.

Todos los que hayan jugado en partidos de ligas pequeñas han sido arbitrados alguna vez por mujeres, y la realidad es que hay tantos buenos árbitros como árbitras, y tantos malos árbitros como árbitras, no hay ninguna diferencia procedente del género en este aspecto.

Por lo tanto, de cara a la final de la Supercopa de Europa, deseamos que sea un encuentro en el que predomine el respeto por parte, tanto de los jugadores, como de los aficionados, en este caso ingleses, que acudan al partido. De la misma forma, esperamos que pronto en todo el mundo del fútbol podamos ver árbitros y árbitras indiferentemente. Vamos por el buen camino, aunque despacio, y esperemos que se mantenga la tendencia positiva.

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