Satisfyer
Satisfyer, el nuevo símbolo de la revolución sexual femenina que asusta a la masculinidad tóxica
El Satisfyer Pro 2, más conocido como el succionador de clítoris, es el juguete sexual de moda. Para ellas, supone el descubrimiento del placer sexual a otro nivel. Para muchos de ellos, un enemigo. ¿Por qué no debe ser el Satisfyer una amenaza para los hombres?
08 Noviembre 2019
|La nueva revolución sexual ha llegado. Bueno, tal vez nos estamos apresurando con esta afirmación, pero, quien escribe estas líneas, en sus veintipico años de vida, no recuerda un alboroto semejante. Sí, nos referimos a ese aparatito rosa que parece un exfoliador facial y del que seguro todos habéis oido hablar. A la mayoría de ellas las tiene locas, extasiadas de placer. Algunos de ellos, en cambio, andan un poco asustados.
El 'succionador de clítoris', más conocido como Satisfyer por la marca alemana que lo comercializa, está causando furor y orgasmos a partes iguales. El Satisfyer Pro 2 es todo un éxito de ventas y un fenómeno a nivel nacional. Aparte de ser uno de los temas de conversación más habituales, este instrumento se ha convertido en un símbolo de la revolución femenina y de la libertad sexual de la mujer.
2019 será recordado como el año del Satisfyer
Aquellos tiempos en los que la masturbación era 'cosa de hombres' y solo nosotros nos podíamos atrever a hablar de ello han quedado en el olvido. Cierto es que tenemos detrás una larga tradición de los llamados consoladores o vibradores, pero lo que ha conseguido el Satisfyer no lo había conseguido nada ni nadie, o al menos eso quienes lo prueban.
Por si alguno no lo sabe (algo poco probable) el Satisfyer es el juguete sexual de moda. No es precisamente un 'succionador de clítoris', pero la verdad es que el nombre quedaba potente, era como muy explícito. En realidad, lo que hace este aparato es crear un vacío alrededor del clítoris, estimulándolo casi sin tocarlo y prometiendo un orgasmo intenso (y varios más) en cuestión de minutos.
Es un hecho. Las mujeres están más que encantadas. Placer discreto, cómodo, rápido y sobre todo asegurado. Algunas llegan incluso a decir que renuncian a los hombres. Y ahí es cuando entramos nosotros, inseguros, casi ofendidos. Probablemente no todas lo dicen de manera literal, pero, y si así fuera, ¿por qué sentirnos amenazados por este aparatito?
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Tal vez nos falte un poco de empatía
Es una verdadera lástima que la liberación sexual de la mujer suponga una amenaza para nosotros. Nuestra masculinidad ya empezaba a vislumbrar frágil, pero con la llegada del Satisfyer lo hemos confirmado. Las mujeres están en un periodo de expresión de la sexualidad nunca antes visto, y la tecnología las está ayudando. Con los hombres también lo ha hecho, y ninguna ha hecho semejante escándalo.
¿Y si tal vez, solo tal vez, ¿somos nosotros los que estamos haciendo algo mal? No en la cama (igual alguno también), sino con nuestra actitud. En lugar de congratularlos porque ellas estén explorando su sexualidad en otro nivel, muchos nos dedicamos a intentar hacerlas sentir mal. Les hablamos del calor humano, de lo bonito de las relaciones pasionales y sentimentalmente desenfrenadas. ¿En serio?
Corriendo el riesgo de caer en una generalización peligrosa, podemos decir que la mayoría de nosotros, desde que alcanzamos la pubertad, hacemos gala de nuestra virilidad y llevamos a cabo la expresión máxima del 'hombre moderno' y sin compromiso que solo busca placer. Eso sí, ahora que ellas tienen un Satisfyer, nos preguntamos dónde han quedado las caricias y el calor humano.
Por supuesto, ningún aparato podrá reemplazar jamás un abrazo o la complicidad en la pareja, pero aquí no estamos hablando de abrazos, sino de placer. Nosotros lo sabemos bien y no tenemos ningún complejo. Entonces, ¿por qué deberían tenerlo ellas? Aunque sea un discurso demasiado trillado ya, lo cierto es que nos falta empatía para entender que su placer no tiene que por qué depender exclusivamente de nosotros, y viceversa.
El Satisfyer no es una amenaza
Tenéis que superar esa masculinidad tóxica, amigos. Tal vez lo mejor del Satisfyer no sean los orgasmos, sino ver a tanta gente ofendida por un juguete de plástico. Al contrario de lo que muchos piensan, este aparato no ha venido para reemplazar a los hombres, sino para dar placer a la mujer, sin más. Si vuestra novia os deja 'porque se ha comprado un juguete sexual', estad seguros de que el problema de la relación era otro muy distinto.
Por lo que sabemos de momento, un hombre no es capaz de crear una sensación de excitante vacío mientras emite enérgicas pulsaciones en el clítoris sin siquiera tocarlo. Así que, como no puedes, deja en paz a tu novia y no pongas ni una pega por disfrutar de su nuevo Satisfyer. Mejor aún, cómprale uno tú mismo. Verás qué contenta se pone.
Si el Satisfyer es capaz de hacerles ver las estrellas durante una de las muchas fases del sexo, esfuérzate tú por hacérselas ver con las otras. Si tanto piensas que el calor humano es irremplazable, ofrécelo sin complejos y dejando un poco de lado el dichoso falocentrismo. A modo de resumen, ya que no puedes vencer 'enemigo' (tampoco tendrías por qué hacerlo), únete a él.