Los macabros rituales de iniciación en el narcotráfico: de sacrificios humanos a canibalismo
Ser narco es todavía más duro de lo que parece en las películas o series. Algunas bandas mexicanas tienen unos rituales de iniciación en los que la realidad supera a la ficción.
23 Abril 2021
|Citando a varios periodistas mexicanos, "ser narco en México es como ser hostelero en España", es difícil que no conozcas a alguien en tu círculo cercano que trabaje de ello. Pero claro, no es lo mismo servir cafés que drogas, y el nivel de preparación para el 'puesto de trabajo' difiere en gran medida.
Para atraer a la gente a entrar en los cárteles, la mayoría chicos jóvenes sin recursos, los clanes de narcotraficantes mexicanos utilizan métodos de atracción parecidos a los que se dan en las fuerzas armadas o en la policía, en los que se crea un similar nivel de comunidad y hermandad entre miembros, para convencerlos de que junto a ellos puedes sentirte invencible. No obstante, aquí se va un paso más: te preparan para que cambies completamente tu forma de pensar y dejes atrás la vida que tenías, mientras aumentas en su escala social, económica y violenta.
Todo esto podemos llegar a conocerlo a rasgos generales, pero lo que nadie cuenta, ni siquiera las series o películas más realistas sobre el narcotráfico en general, y el mexicano en particular, son los brutales y en muchos casos inhumanos rituales de iniciación que algunas organizaciones hacen al reclutar personas que quieren entrar en el cártel, para asegurarse así de que, quien los supere, tiene la sangre fría para hacer lo que se le pida.
Los crueles rituales de iniciación de los narcos
Los Caballeros Templarios son una organización que salió de una familia muy poderosa en México llamada la Familia Michoacana. Se trata de una banda organizada que controla el cártel en la ciudad de Michoacán, y con ello a toda la población. Se hacen llamar los defensores de la lucha contra los grandes cárteles criminales de México, pero realmente es la organización más temida de todas. Aunque el asesinato de uno de sus principales líderes en 2015 hizo que su estructura se desequilibrara, en la actualidad mantienen su régimen de terror al sur de México.
A pesar del término religioso, lo que hizo a Los Caballeros Templarios convertirse en un nombre propio en el mundo del narcotráfico fue su puesta en escena. En una de las primeras ejecuciones, asesinaron a dos hombres colgándolos del cuello sobre un puente, con un cartel que decía: "Los matamos por ser un ladrón y un secuestrador. Atentamente, Los Caballeros Templarios".
Con esa entrada en el mundo del crimen, ya prometían. Para entrar en Los Caballeros Templarios tienes que alcanzar unos límites de violencia y casi sadismo anormales. Su líder histórico, 'El Chayo' (asesinado en 2015, como hemos dicho antes) obligaba a los aspirantes al puesto a comer órganos humanos. La prueba de fuego era comerse el más importante: el corazón. Antiguos miembros de Los Caballeros Templarios relatan que los jefes llegaban con un corazón humano y decían: "Ahora vais a comer el corazón de una persona". Con esto, pretendían que ya no sintieras pudor ante nada.
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Desconocemos si la práctica caníbal desapareció con la muerte de 'El Chayo', pero tampoco nos extrañaría, viendo que el poder del grupo se mantiene gracias a la labor de sus sucesores. Todo vale por mantenerse en el poder, incluido crear un ejército de seres sin escrúpulos.
Seríamos ingenuos si pensáramos que Los Caballeros Templarios son la excepción a la hora de iniciar a los jóvenes en los cárteles. Es conocido por muchos la forma que tenían los Zetas de 'invitar a unirse' a la banda a la gente. En el estado mexicano de Tamaulipas, los Zetas llevaban a cabo un ritual de supervivencia en el que secuestraban a los pasajeros de autobuses que circulaban por la ciudad de San Fernando y les obligaban a golpearse entre ellos hasta morir. Aquellos que sobrevivían eran reclutados como sicarios.
Desplazándonos al noroeste del país, el cártel sinaloense de los hermanos Beltrán Leyva reclutaba a adolescentes que, para superar la prueba, debían golpear con una tabla de madera a personas desnudas y colgadas de los pies, hasta provocarles la muerte.
Son tres de las decenas de ejemplos sádicos en los ritos de iniciación para entrar en un cártel. Y eso que solo hemos hablado de México...