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¿Cómo han afectado los tres años de pandemia a las relaciones de pareja a distancia?
Si tenías una pareja a distancia en estos tres últimos años, entenderás mejor que nadie el infierno que supuso la pandemia. Si no la tuviste, es momento de entender la diferencia entre no estar en el mismo sitio y no poder estarlo.
12 Abril 2022
|Ahora que ya parece que hemos salido del oscuro agujero temporal y emocional que ha supuesto la pandemia, ya puede ser momento para recapitular y reflexionar sobre lo que este fenómeno le ha hecho a las relaciones de pareja. Pero no a las relaciones de pareja al uso, de las que ya se ha hablado largo en tendido. Nos referimos a las relaciones a distancia, a las 'parejas internacionales'. No poder estar de manera permanente en el mismo lugar que tu pareja era castigo suficiente, pero siempre se organizaban viajes y encuentros esporádicos, siempre había un componente de presencialidad. Por no hablar de que, una vez eliminado el confinamiento, la situación se fue normalizando lenta pero progresivamente.
La odisea en las relaciones a distancia ha sido mucho peor, y vamos a tratar de mostrártela para, o bien te sientas identificado, o bien empatices con lo que han tenido que pasar estas parejas para poder verse de nuevo. A todas las que han seguido a pesar de estos tres años de pandemia, chapeau.
Si ya es complicada una relación a distancia, el coronavirus no facilitó las cosas
Mucho se ha hablado de las relaciones de pandemia, aquellas que empezaron y terminaron en este periodo, o de la infinidad de parejas que lo dejaron tras el confinamiento al darse cuenta de que quizás no se echaban tanto de menos, o que entre tanta adversidad habían descubierto un lado de su pareja que les hacía salir corriendo. Pero al margen de todas estas relaciones, hay un tipo olvidado, todas aquellas personas que estuvieran manteniendo una relación a distancia allá por marzo de 2020.
Por definición, las relaciones a distancia no son algo precisamente sencillo, necesitan un vínculo especial y mucha paciencia para mantener una relación de este tipo prolongada en el tiempo. A todo esto, se le suma una pandemia global y un confinamiento estricto, con las sucesivas prohibiciones para viajar. En un primer momento, las excepciones a esta norma solo pasan por trabajo esencial o trabajos que no permitan teletrabajar. Al principio no saltan las alarmas. "¿Cuánto puede durar esto, quince días?" decíamos muchos con la creencia infundada de que acabaría pronto.
Pero lo cierto es que fueron más de dos meses en los que ni siquiera las parejas que vivían en el pueblo de al lado se podían ver (al menos legalmente hablando). No creo que puedan existir estadísticas de cuántas parejas se rompieron en aquella época, pero seguro que no fueron pocas. No todo el mundo está preparado para aguantar tanto tiempo sin verse, especialmente cuando hablamos de relaciones que venían con una inestabilidad previa o que acababan de empezar. De la noche a la mañana se encontraron con varios meses sin verse en una situación de frustración que sacó lo peor de todos.
Encima estamos hablando de España, un país con una cultura de calle, con más bares que tiendas, con más fiestas que fábricas funcionando. Sin duda, no es país que llevara bien eso de que llegara la primavera y no se pudiera salir. Cuando lo hizo el verano, nuestra dependencia absoluta del sector terciario provocó que las restricciones se fueron reduciendo. Buena noticia para las relaciones a distancia, que es lo que nos atañe aquí.
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Esperanza para unos, castigo para otros
Algunos países de la Unión Europea incluso empezaron a permitir los viajes a España si cumplías una lista de requisitos bastante larga. Las parejas que entraban dentro de este grupo, podían, por fin, volver a encontrarse, siempre y cuando la situación económica y los requisitos de cada país lo permitieran. Ahora bien, si el motivo del viaje era una reunión familiar, tendrías que estar casado o ser pareja de hecho para poder entrar en esta categoría, una traba más. Si solo querías ir a ver a tu novio o novia, simplemente no era posible.
Pongámonos en un caso bastante común, una relación que implique una persona española o con residencia en España y una persona estadounidense o con residencia en Estados Unidos. Las exigencias no se levantaron en ningún momento para poder cruzar el Atlántico. Ni en el verano de 2020, ni en Navidad, ni a principios de 2021. Para ser exactos, Estados Unidos no permitió ni la entrada desde la zona Schengen, ni la salida hacia aquí, hasta el 10 junio de 2021, día en el que España actualizó sus condiciones de entrada.
¿Terminó la pesadilla en verano de 2021, pudiéndose juntar todos y ser felices y comer perdices? En realidad... no. Aun abriendo fronteras, había muchas circunstancias que impedían el reencuentro en aquel verano de 2021. Pequeño recordatorio: ya había pasado un año y 3 meses desde el comienzo del confinamiento.
Si habéis superado esto...
El nuevo catálogo de circunstancias adversas tenía, como actor principal, el requisito de pauta completa de vacunación. Recordamos que para ponerse cualquier dosis tiene que haber pasado un mínimo de seis meses desde que has contraído COVID-19. Si a esto le juntas los problemas que teníamos por aquel entonces con el acceso a vacunas en España, en realidad es más fácil que te quedes sin viajar que otra cosa. Otro problema bastante gordo, y que, con razón, frenaba los impulsos de viaje de la gente es la pregunta, tenía que ver con la problemática de coger el virus durante el viaje, y el problema de cuarentena, papeleos y burocracia que contemplaría.
Si entramos en cosas más banales como los trabajos y obligaciones de cada uno, podemos pensar que incluso hoy puede haber parejas que siguen sin haberse visto tres años después. Esto, si la situación no ha terminado de destruir todas las relaciones a distancia que no podían encontrar la manera de estar juntos. Otras en cambio, han llegado incluso a casarse para poder conseguir los permisos de residencia y de viaje necesarios, con el objetivo de que esta situación no se repita nunca más.
Something new, and personal: I wrote about long-distance relationship in covid, omicron, border closures, and how we got married so that we can try to see each other in the pandemic. https://t.co/HOsERDtsWd
— Michelle Ye Hee Lee (@myhlee) February 1, 2022
Las parejas a distancia que salgan de esto (muchas ya cayeron) van a dividirse en dos tipos. O son las definitivas y duraderas, o se encuentran ante la presión de seguir con su pareja "después de todo lo que hemos pasado". Mientras las parejas normales que superaron el envite ya consideran aquellos tiempos una anécdota, los que mantienen una relación a distancia saben que las videollamadas, los WhatsApp y los meses sin verse son el pan de cada día. Soportarlo toda la vida no es sencillo.