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Guía de supervivencia contra los ronquidos de tu pareja
Llega la hora de dormir y esa persona que tanto quieres empieza a roncar tan fuerte que no puedes pegar ojo. ¿Qué haces en ese momento? La primera noche, seguramente aguantarte. Pero una noche tras otra se puede convertir en un problema serio para ti y para la pareja. Es por eso que no debemos dejar que esta situación simplemente ocurra y hay maneras de convivir con ello y, a veces, de ponerle solución.
05 Febrero 2020
|Os acabáis de mudar juntos. Estás en casa una noche tranquilo/a, viendo una película en el sofá con tu pareja. Entre diálogo y diálogo siempre hay tiempo para comentar el pelo de la actriz o lo ridículo de la escena. La película acaba y os dirigís a la cama, un besito de buenas noches y a descansar. Pero en mitad de la noche hay algo que te molesta, no sabes bien si estás en un sueño o despierto: ¿es el rugido de un oso o tal vez un dragón que escupe fuego? Finalmente abres los ojos y te das cuenta, es tu pareja. Está roncando, pero a pleno pulmón además. Ahí comienza una odisea mental en tu cabeza, empieza ese runrún de ideas: "no me deja dormir", "no quiero despertarlo", "qué hago yo ahora".
Entonces pruebas de todo. Primero empiezas dando vueltas de un lado a otro como un rodillo de cocina, hasta que te das cuenta de que eso no vale para nada, que no es que estés incómodo. Luego te pones de lado, boca arriba o en la posición que sea, pero el caso es probar a taparse los oídos de cualquier manera que se te ocurra: con la almohada, las manos (así seguro que te duermes, sí) o unos tapones o auriculares en la mesilla de noche. Pero nada, lo seguimos oyendo, ahí, justo a nuestro lado.
Es en ese preciso instante en el que no sabes si matarlo/a o tirarte por la ventana cuando llega la desesperación, y ya te da igual despertar a esa persona que hace unas horas amabas y ahora odias con todas tus fuerzas. Primero pruebas una serie de sonidos que se hacen con la lengua contra el paladar o con los labios, que no sabemos muy bien por qué pero funcionan (solo) un rato. O incluso haces el típico sonido de silencio, el que usamos cuando queremos mandar a callar a alguien. Y si nada de eso termina saliendo bien, que es posible, ya tiras de cualquier tipo de movimiento sutil para ver si se da la vuelta: le mueves un poco, le das un pequeño golpe con el codo que luego, si se despierta, dices que ha sido fortuito; le mueves la almohada justo donde tiene la cabeza, le quitas las sábanas... en la guerra todo vale. Aquí ya pueden pasar dos cosas: que se mueva y puedas descansar un rato más o que se despierte y ninguno de los dos pase una buena noche.
Obviamente, no se trata más que de una representación escrita de algo que puede sucederle a cualquiera. Es más, estoy seguro que más de uno se ha sentido identificado al leerlo. Y es que convivir con ronquidos es algo que ha pasado toda la vida, pero cada vez damos más visibilidad a este problema que ha provocado incluso algún que otro divorcio. Pero no vamos a ser alarmistas, pues siempre hay opciones para convivir con ello... Según el aguante que tengamos claro.
Ronquidos, sobrevivir en territorio hostil
Lo cierto es que dormir es algo fundamental para nuestra salud. La falta de sueño puede provocar en nosotros tanto problemas físicos como psicológicos. También es muy posible que al día siguiente nos levantemos con un humor de perros, lo que también afectará a nuestra vida de pareja. Y el cerebro, el centro neurálgico de nuestro cuerpo, realiza muchas tareas y secreción de hormonas durante el sueño. Es por eso que no podemos dejar que los ronquidos de nuestra pareja acaben con nosotros.
Así que nos toca o convivir con ello o cortar con el problema de raíz, y no hablo de romper la relación. No se puede permitir que un simple problema mate el amor y la ilusión de vivir en pareja con alguien. Lo primero de todo tiene que ser hablarlo con esa persona, que él o ella sea consciente de lo que sucede mientras duerme tranquilamente (o no tan tranquilo para el que está al lado). Juntos se puede intentar encontrar un solución a dicho problema, además de que el simple hecho de roncar puede ser un indicativo de que algo no funciona bien y hay que ver si pasa algo.
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Pero en el tiempo en el que se encuentra una solución habrá que hacer vida con ello, te guste o no. Es por eso que hay que probar unas cuantas cosas antes de matar (figuradamente) a tu pareja en un intento por dormir. Siempre hay un pequeño rayo de luz para todos los que tienen que soportar los ronquidos en su oído cada noche. Y entre las posibilidades vuelve a asomar la idea de comprar unos tapones en la farmacia. Cada día son más cómodos y se adaptan mejor al canal auditivo. Solo espero que tu pareja no ronque tanto como para oír sus ronquidos incluso con ellos puestos.
Además, en pleno auge de los auriculares inalámbricos, podemos probar a utilizar auriculares con algún sonido o música relajante, que dejen en un segundo plano ese sonido tan molesto que tienes por banda sonora cada noche. Hay algunos con cancelación de ruido. Eso sí, prepara la cartera porque no son baratos. Y hablando de música, podemos probar máquinas de ruido blanco para camuflar el ruido de un buen ronquido. Algunas tienen sonidos naturales y relajantes, otras simplemente son un sonido estático y suave. Suelen venir con altavoces integrados para intentar que sea el sonido que más destaque en el ambiente, aunque la opción de usar auriculares sigue siendo válida.
Hablar y buscar el problema, objetivo número uno
Pero vamos a ver, si el que ronca es la otra persona, por qué tengo yo que hacer todo esto. Lo cierto es que es algo que también depende de la otra parte. Como decíamos, lo primordial tiene que ser hablarlo y dejar los codazos nocturnos a un lado. ¿Qué soluciones hay?
- La primera opción tiene que ser intentar que la persona que ronca duerma de lado o boca abajo. Muchas veces ya nos es complicado cuidar nuestra propia postura al dormir, como para estar atentos al de nuestra pareja, pero no nos queda otra. Las estadísticas están a nuestro favor, y dormir boca arriba es sinónimo de roncar, así que debemos intentar que de primeras se acomode de lado o boca abajo.
- Podemos probar con un humidificador. Siempre existe la posibilidad de que la causa de los ronquidos radique en un ambiente seco, sequedad en la garganta o una congestión por un resfriado. Aunque si utilizamos un humidificador y el problema persiste, toca buscar más alternativas.
- "Has ganado unos kilitos de más". Cuantas veces no habremos oído la dichosa frase. Pero a lo mejor esa pequeña tripa que asoma cada vez más puede ser un motivo para roncar. Así que a lo mejor es momento de vestirse con la camiseta transitable y prepararse una dieta adecuada para perder un poco de peso.
- Y hasta que consiga el objetivo, podemos probar alguna de las cosas que nos ofrecen en la farmacia. De esta manera, lo más común son las bandas nasales, una tiras que se sitúan en el tabique y que abren y mantienen abiertas las fosas nasales.
- Aparte del ejercicio, llevar una buena vida también puede ser una opción para acabar con los ronquidos de una vez por todas. Es por eso que, para aquellos que sufren de esta afección deberían evitar el alcohol y fumar. Ambos tipos de sustancias puede afectar tanto a la garganta como al sistema respiratorio.
En última instancia...
Y, si ya nada funciona y estamos al borde del abismo, todavía quedan dos soluciones algo más radicales. La primera es convivir con los ronquidos, algo que puede, sin embargo, terminar contigo. Pero precisamente por eso empezamos por una solución que cada vez se aconseja más por parte de los médicos: dormir en habitaciones separadas.
En la sociedad radica la idea de la cama como el lecho conyugal, con un valor sentimental (y sexual) muy arraigado en ese colchón que comparte la pareja. Sin embargo, lo de dormir en habitaciones separadas no es ninguna tontería. Cada persona es un mundo, y mientras muchos tienen un sueño profundo que no perturba nada, hay otros que se despiertan con el aleteo de una mosca a dos manzanas de distancia. También hay gente que se levanta por la noche al servicio y otros que duermen del tirón. De lo que se trata es que puede ser que haya parejas que no estén hechas para dormir uno al lado del otro. Por eso, hay muchos médicos que consideran el dormir en habitaciones separadas, aunque sea ocasionalmente, para tener un descanso óptimo si no puedes dormir con esa persona a tu lado sea cual sea el motivo.
Como última opción, siempre podemos valorar la vía quirúrgica. Si ya habéis probado de todo y no hay manera de que los ronquidos cesen y tú duermas por la noche, se le puede preguntar al médico de cabecera por dichas opciones. Tras una valoración profesional del médico, al final este determinará si es viable y cuál es la mejor opción para ti, ya que hay varias causas que pueden estar provocando los ronquidos.
¿Y qué hay de aquellos remedios caseros que le oyes contar a tu vecina del quinto de cuando su marido roncaba? Obviamente no tienen ningún fundamento, como poner una llave de hierro debajo de la almohada del roncador o una cebolla cortada por la mitad en la mesilla. Son cosas que nadie sabe de dónde han salido, pero que muchos continúan haciendo. Y si no, siempre se puede probar con algo más rudimentario y eficaz, un calcetín en la boca. Funcionar funciona, pero puede que lo despiertes y haya algún enfado (o algunas risas si se lo toma a bien).
Hasta aquí la guía de supervivencia contra los ronquidos en pareja. Está claro que algo de todo lo propuesto puede funcionar, incluso lo del calcetín. Así que deja los codazos y los sonidos nocturnos para intentar que se dé la vuelta y habla con él/ella sobre el problema que estás teniendo por las noches. Juntos encontraréis una manera de que esa convivencia tan bonita que estáis viviendo no se arruine por un par de noches. Y bueno, que lo de los pensamientos homicidas y suicidas eran una broma, obviamente.