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¿Por qué ya no leemos?
El hábito de leer sigue cayendo a pasos agigantados, y ya parece una realidad que nos enfrentamos a un futuro sin demasiados lectores. ¿Es inevitable o se puede solucionar? Y sobre todo, ¿sería posible que por primera vez una sociedad progrese sin el impulso de la lectura?
13 Diciembre 2021
|Primero la televisión y ahora las nuevas tecnologías han supuesto que el modo de consumo cambie para siempre. Tanto la información y el entretenimiento, que antes se podían disfrutar en los libros, son recibidas a través de la pantalla. En realidad, la aparición de la televisión marcó el porvenir del modo de consumo en la segunda mitad del siglo XX, pero son las nuevas tecnologías las que han revolucionado por completo nuestra forma de entretenernos o de informarnos.
La cultura de la abstracción, la posibilidad de imaginar nuevos mundos o de viajar a través de las palabras es lo que nos ofrecen los libros. Y todo eso parece estar en decadencia, arrollado por una nueva cultura audiovisual. Las nuevas generaciones han optado por consumir una serie antes que un libro, o de ver un documental en lugar de informarse a través de un texto. La facilidad que ofrece lo visual es enorme, y es que consumimos todo de forma masticada. No hay lugar para la imaginación, puesto que lo que reciben nuestros sentidos es simplemente lo que tenemos enfrente. Al contrario que los libros, esta nueva forma de consumo no estimula la capacidad de abstracción.
Giovanni Sartori publicó el libro 'Homo Videns', donde se relata este cambio de conducta del ser humano. Nuestra raza ha sido descrita como 'Homo Sapiens', término que significa hombre sabio. Es decir, el ser humano destaca por su inteligencia y sabiduría, algo que nos diferencia del resto de animales. Sartori pone de manifiesto que ese concepto debería cambiarse por el de 'Homo Videns'. Se considera al 'Homo Sapiens' como un producto de la cultura escrita, y si las imágenes comienzan a prevalecer sobre las palabras, hablar de 'Homo Videns' es más acertado.
El 'Homo Videns' nace con varios aspectos negativos, entre los que destaca el empobrecimiento de la capacidad de entender. El cerebro, al consumir imágenes que no dan lugar a la creación o imaginación, pierde la capacidad de abstracción. Y al fin y al cabo, esa capacidad es la que hace del ser humano un hombre sabio, por lo que puede que nuestra inteligencia vaya a menos. De hecho, se ha confirmado que la televisión estimula, pero ya se habla de una regresión fundamental: el empobrecimiento de la capacidad de entender.
¿Existe una solución para que las nuevas generaciones lean?
La situación en torno a los hábitos de consumo presenta varias preocupaciones, donde destaca ese empobrecimiento de nuestra inteligencia. Por ello, la estimulación de la lectura parece una tarea pendiente para la sociedad. En un contexto donde la imagen arrolla, parece que los libros y las palabras tienen poco que hacer. ¿Pero existe alguna forma de levantar el hábito de lectura?
Hay motivos para la esperanza de los lectores ávidos. Cuando parecía que la radio estaba muerta, aparecieron los podcasts como alternativa adaptada a los nuevos tiempos. Y si al principio no parecía nada del otro mundo, ha resultado ser uno de los formatos más escuchados de los últimos años. Un programa con la posibilidad de ser escuchado en cualquier momento y lugar, para aprovechar esos ratos muertos que dejan el metro o el coche. Los podcasts encontraron las necesidades de la gente, reflexionaron acerca de los handicaps de la radio, y ofrecieron una forma de consumo que ha sido todo un éxito.
Lo más visto
¿Podría pasar algo similar con los libros? Ya se trató de conseguir a través de los audiolibros, pero no parece haber cuajado en la gente. Quizás era algo demasiado similar a los podcasts, y estos ya tenían el terreno ganado. Pues bien, ¿qué otra alternativa puede haber para reenganchar a los lectores? Es complicado establecer una idea sugerente en un mundo donde las palabras han perdido tanto valor. Si realmente queremos recuperar ese hábito, se debe tener en cuenta que para las nuevas generaciones tiene que ser algo progresivo y en pequeñas píldoras. Es decir, repensar la estrategia de marketing de las librerías para vender el libro, enganchando al lector con una pequeña historia que le empuje a comprar y leer el libro. Desde luego, el objetivo es bastante más complicado que al que se enfrentaron los podcasts, pero la situación requiere de un gran esfuerzo para salvar los libros.
¿Es un futuro sin libros tan malo?
Como vemos, los investigadores que nuestra capacidad de abstraernos y de comprender las cosas puede verse dañada si el cambio de consumo continúa con esta tendencia. Muchos hablan de un futuro con una inteligencia decadente, y parece que todo irá a peor. Sin embargo, nadie se plantea la posibilidad de que este nuevo consumo audiovisual produzca nuevas funciones en nuestro cerebro y cree otras formas de inteligencia. Quizás la evolución no es a peor, sino simplemente a algo diferente.
El futuro nos descubrirá todas estas incógnitas. Nuestro cambio a 'Homo Videns' es una realidad, y es que la instantaneidad, las nuevas tecnologías y el consumo fácil y visual han venido para quedarse. Puede que aparezca una nueva era donde se recupere el hábito de leer, pero parece algo complicado. Por lo tanto, ¿evolucionaremos hacia una especie menos inteligente, o desarrollaremos nuevas capacidades hasta ahora desconocidas?