Píldora masculina

123RF

La revolución de la píldora masculina, cada vez más cerca

La opción masculina del método anticonceptivo hormonal es un enigma que está cada vez más cerca de resolverse. Tras años de pruebas fallidas, el DMAU ha abierto una esperanza para que la igualdad entre hombres y mujeres llegue al ámbito sexual, un invento revolucionario que aportaría un matiz más a la concepción de la vida en pareja.

Por Dani Plaza  |  05 Octubre 2018

El uso y la comercialización de la conocida pastilla anticonceptiva han superado los 50 años de edad adaptando el cuerpo de la mujer de forma química en función a sus preferencias reproductivas. Su gran éxito ha radicado en poder establecer un control regulado de las hormonas femeninas para impedir la formación de óvulos fecundables temporalmente y así permanecer estériles con un porcentaje altísimo de éxito. Todo ello, después de multitud de cambios en este tiempo que han permitido mejorar la eficacia y reducir los efectos secundarios, un obstáculo que todavía no ha podido superarse para dar origen al mismo medicamento en versión masculina.

Las investigaciones para dar con la tecla de la conocida como píldora masculina se intensificaron en los últimos años. Aunque el resultado definitivo no ha llegado a culminarse, un estudio estadounidense ha abierto un halo de esperanza este 2018 tras realizar por vez primera pruebas en varones obteniendo unos datos que podrían considerarse aceptables.

El DMAU, como se ha denominado al comprimido oral que impediría que los espermatozoides alcanzaran su madurez, podría ser una nueva realidad dentro de las opciones anticonceptivas y permitiría a su vez dar un vuelco a la vida de pareja heterosexual conocida hasta la fecha. Si bien el hombre no podía más que escurrir el bulto a la hora de introducir el método hormonal antiembarazo en el día a día de sus relaciones, la llegada a buen puerto del experimento supondría un nuevo paso hacia la consecución del feminismo.

La píldora masculina está más cerca de lo que crees.
La píldora masculina está más cerca de lo que crees. 123RF

Partiendo de la máxima igualdad en el sexo, se construiría una nueva organización dentro de los planes de futuro familiares y una nueva concepción del embarazo que deje de cargarle a ellas toda su competencia. Al fin y al cabo, aunque el vientre sea tan puramente femenino como la capacidad fisiológica de engendrar, una gestación no deja nunca de ser producto de dos partes que deben estar implicadas en el proceso, del mismo modo que la decisión de que no llegue a concretarse a pesar de que el deseo sexual continúe satisfaciéndose.

Una patente por pulir

Tomar las riendas de la testosterona masculina se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza para los científicos. Después de numerosas intentonas con animales e incluso llegando a humanos en estados más avanzados, cada proyecto ilusionante había vuelto a su casilla de salida con consecuencias que en alguna ocasión han sido trágicas.

Por el momento, el hombre se ha visto incapaz de ser domado en su fertilidad incluso después de haberse sometido a pruebas que han sacado resultados concluyentes, pero en el mal sentido. En ratones, hace años pudo comprobarse cómo algunas técnicas posibilitaban la inutilización de su esperma en tratamientos que, una vez puestos en marcha sobre el cuerpo humano, han sacado a relucir múltiples defectos.

Quizás la debacle más sonada tuvo lugar en 2016, año en el que las investigaciones terminaron en tragedia. Una de las evaluaciones probadas en animales fue trasladada a un muestrario de varones en plena edad fértil destapando demasiados efectos secundarios imposibles de ser regulados, desde pérdida de libido hasta problemas de acné. No obstante, su principal contratiempo fueron los casos de depresión que arrastró ya desde su fase inicial y que con el paso de los días desembocó en el suicidio de uno de los participantes. En consecuencia, el cierre de la investigación ante semejante descalabro resultó inmediato.

A pesar de los problemas que ha ocasionado, las investigaciones para encontrar la píldora masculina siguen su curso.
A pesar de los problemas que ha ocasionado, las investigaciones para encontrar la píldora masculina siguen su curso. 123RF

La píldora también tiene complicaciones

Con todo, la búsqueda de una solución a esta problemática no ha cesado hasta ahora. Pese a que la sensación general es que es más fácil eliminar la capacidad de crear un óvulo al mes que la de generar miles de espermatozoides por segundo, cabe recordar que los comienzos del homólogo de la píldora en las mujeres tampoco fue sencillo.

A mediados del siglo XX, unas exploraciones clínicas con medios muy inferiores a los de la actualidad se toparon con la progesterona y los estrógenos como principales impedimentos para trabajar sin que la mujer padeciera daños secundarios. No fue hasta la década de los 60 cuando empezó a distribuirse en farmacias, y aún lo hizo con una tasa de efectividad libre de peligros muy inferior a la actual y con unas cantidades hormonales que se han ido reduciendo con el paso del tiempo para disminuir los riesgos.

No constan casos de mujeres fallecidas mientras estaban siendo estudiadas como cobayas humanas en las investigaciones para la anticoncepción, aunque no por ello se siguen enfrentando a diversos síntomas recogidos en los distintos fármacos. Náuseas, migrañas, aumento del riesgo de sufrir cáncer... el hecho de que su uso se haya extendido hacia millones de mujeres de todo el mundo y que sus niveles de fiabilidad estén en picos bastante altos no ha de tapar que la seguridad plena no está asegurada en ninguno de los casos y debe establecerse un seguimiento por parte de los médicos especialistas siempre que sea necesario.

DMAU, una esperanzadora solución

Viendo los precedentes en las pruebas realizadas en relación a las pastillas anticonceptivas destinadas a hombres, la cautela a la hora de hablar de avances debe ser obligada. Sin embargo, también resulta inevitable mostrar optimismo con los datos ofrecidos este 2018 por la Sociedad Endocrina de Estados Unidos y que podrían ser de vital trascendencia de cara al futuro más reciente.

Las mujeres piden una mayor igualdad a la hora de evitar un embarazo no deseado.
Las mujeres piden una mayor igualdad a la hora de evitar un embarazo no deseado. 123RF

Durante su última conferencia anual, fueron presentados unos datos reveladores de que la llegada del anticonceptivo oral masculino podría estar más cerca que nunca. Se trata de los resultados de un experimento realizado durante un mes que tomó una muestra de 100 varones con edades oscilantes entra los 18 y los 50 años a quienes les fue suministrado de forma diaria dimendrolona undecanoato, el medicamento conocido como DMAU, que ha tomado ventaja respecto a otras aplicaciones que están estudiándose como inyecciones o geles tópicos.

La ventana para la esperanza quedó abierta de par en par cuando, a la conclusión del estudio, se certificó que todos y cada uno de los individuos sometidos al tratamiento habían podido superarlo sin poner en riesgo su salud, aunque con ciertos efectos secundarios de bajo calado como el aumento de peso generalizado y la disminución del HDL (colesterol bueno). Si bien los análisis invitan a creer que la llegada de la píldora masculina está a un paso, los expertos insisten en caminar sobre seguro y encauzar la puesta en venta un fármaco revolucionario para la vida sexual de la población asegurando al 100% sus capacidades. Los efectos que pueda tener en un tiempo más prolongado el DMAU y la reducción de sus secuelas son el siguiente progreso marcado, y quién sabe si será el definitivo.

Pero no son pocas las mujeres que han puesto el grito en el cielo al conocer que la ansiada espera no ha llegado a su fin. Y es que en el caso de ellas, por mucho que se tratara de otra época, no se ha actuado con tanta meticulosidad desde el principio y las mejoras en su medicamento se han ido produciendo mientras este ya estaba a la venta, provocando síntomas de mayor gravedad en determinados cuerpos.

El objetivo es ampliar los modos de prevención del embarazo.
El objetivo es ampliar los modos de prevención del embarazo. 123RF

¿Quién dijo que fuera responsabilidad femenina?

Tradicionalmente, la crianza de los hijos se ha desarrollado dentro del marco machista que hace ver que es 'cosa de ellas', mientras que se ha extendido que los hombres deben tener otras preocupaciones alejadas del hogar. Siguiendo esta lacra ideológica, la búsqueda de la píldora masculina se ha retrasado hasta décadas más tarde de que la femenina ya estuviera perfectamente homologada. El mayor esfuerzo realizado por los hombres en materia anticonceptiva hasta nuestra era ha sido ponerse el preservativo (único método que protege de la transmisión de enfermedades) o, en casos de por vida, someterse a una vasectomía. Lo de experimentar con el cuerpo a base de químicos, cosa de mujeres.

Es por esta razón que, de salir adelante la ansiada pastilla, los dos géneros actuarían en las mismas condiciones en el ámbito sexual y emprenderían un nuevo capítulo en la historia. Pese a la cerrazón de las mentes más conservadoras, la planificación de la vida familiar, la consecución de un embarazo deseado o la voluntad de hacer disfrute de la sexualidad plena sin riesgos después de nueve meses son responsabilidades compartidas en la pareja y por fin aparecería una novedosa opción por la cual las dos partes estarían igual de implicadas y, dependiendo de cada caso, podría ser el hombre quien controlara sus células reproductoras.

Mucho se ha especulado también sobre el interés que tendrían las grandes empresas farmacéuticas de hacer llegar estos comprimidos al público debido a la demanda que puedan tener. Pero, en pos de la igualdad entre hombres y mujeres, la ética hace pensar que es de justicia que tanto ellos como ellas dispongan de una solución con la que organizar su situación sentimental. Que al menos la opción de esterilizarse voluntariamente de manera temporal exista en ambos casos y que después cada uno elija con base en su libertad sexual.

Artículos recomendados