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¿Debo perdonar a mi pareja y seguir con ella si ha traicionado mi confianza?
Si has llegado hasta aquí es porque te sientes traicionado por tu pareja, uno de los dolores emocionales más intensos que existen. El mundo parece caerse, pero aún seguimos queriendo a esa persona. ¿Es realmente posible olvidar y continuar la relación de pareja?
11 Mayo 2021
|Perdonar no es solo uno de los actos más nobles que podemos llevar a cabo los seres humanos, sino que es absolutamente necesario para poder tener una vida plena a nivel emocional. Al fin y al cabo, albergar odio y rencor en nuestro interior es algo así como tomar veneno y esperar que la otra persona muera. Partiendo de este principio, estamos de acuerdo en que perdonar, hay que perdonar, ¿no? Ahora bien, perdonar y olvidar no necesariamente van de la mano. Entonces, el interrogante que se nos viene a la cabeza es: ¿debo ser capaz de olvidar, seguir adelante y hacer como si no hubiera pasado nada? Veamos.
Las relaciones de pareja son complejas y hay demasiadas variables emocionales en juego. Por mucho amor y compromiso que haya, nadie está exento de cometer un error. Y, ojo, no necesariamente estamos hablando de lo que comúnmente conocemos como cuernos. Existen diversas maneras de traicionar a tu pareja, y esto depende más de los códigos que se hayan establecido entre ambos, que de los hechos en sí. Por ejemplo, para una pareja ciertas mentiras pueden suponer una catástrofe. En cambio, para otras, pueden ser un mal menor. Y aquí viene un hecho clave: si nos sentimos decepcionados o traicionados por nuestra pareja, nadie puede venir a decirnos lo contrario, pues es nuestro propio sentir.
Los principios compartidos
En situaciones de pareja complicadas es realmente importante que tengamos claros nuestros principios, los de nuestra pareja, y los que tengamos en común, de modo que se pueda tener una especie de valores compartidos. Esto también es importante para poder saber cuáles son esos 'límites' que, sobrepasados, nos podrían permitir hablar de traición. De ahí que eso que dicen de que "la comunicación es lo más importante", lejos de ser un tópico, es la más pura y cruda realidad. Pero bueno, no estamos aquí para llorar sobre la leche derramada. Está claro que, si hubo una 'traición', es probable que la falta de comunicación fuera uno de los factores.
En relación con los valores comunes y retomando una idea anterior, es importantísimo que tengas clara una cosa: personas externas te podrán ayudar, apoyar, dar consejos e incluso hacer valoraciones, pero la realidad de lo que sientes y, sobre todo, de lo que falló en tu relación de pareja es algo que solo saben a ciencia cierta las dos personas implicadas. Cada relación es diferente, y no todas las personas sentimos de la misma manera, por lo que es necesario que nos andemos con pies de plomo respecto de lo que dicen los demás. Muchas veces, las influencias externas, sobre todo de aquellos amigos que no te quieren bien (ya hablaremos de eso en otra ocasión), pueden ser altamente perjudiciales para tu sanación. Ten en cuenta, además, que todas las historias, más las de este tipo, tienen dos o más versiones. Y lo más probable es que tú, llevado por tu ego y por el orgullo, cuentes solo la tuya. Por esto, es probable que acomodes tus discursos para que te digan lo que quieres oír, y en la mayoría de las ocasiones te están haciendo flaco favor.
Sí, sanación. Esta es una palabra clave, primordial. Si hemos llegado a este punto, está claro que nos han hecho un daño, que nos sentimos heridos, y las heridas emocionales, como las de cualquier tipo, deben ser curadas para que podamos continuar adelante, decidamos o no seguir con nuestra pareja. Dicho esto, existe un principio de vida que nos puede resultar de mucha utilidad para empezar nuestro proceso de sanación, y que dice así: "nadie nos traiciona, nadie nos hace daño, nadie nos decepciona; nos decepcionan las expectativas que nosotros mismos nos habíamos formado de esa persona". Con esto no estamos diciendo que tengamos que echarnos todas las culpas a la espalda, pero sí que podemos dejar, aunque sea un poquito, de hacernos los mártires y las víctimas, pues no nos va a hacer ningún bien. Esto simplemente nos ayuda a hacernos responsables de nuestro propio destino, que no culpables, y a sentirnos en posición de cambiarlo.
Las heridas a la base emocional de la pareja
¿Existen actos imperdonables? Solo por salud emocional, ojalá que la respuesta sea que no. ¿Hay algunos actos más difíciles de perdonar que otros? Por supuesto que sí. La máxima ineludible a la que tenemos que prestar atención para siquiera plantearnos la idea de perdonar a nuestra pareja y seguir con ella es el amor. Sí, así de sencillo. ¿Realmente hubo amor recíproco en algún punto de la relación? Eso es algo que, de nuevo, solo puede saber cada uno. Si es así, continuemos leyendo y retomemos lo anterior: podemos decir que un miembro de la pareja puede cometer multitud de errores y, con ellos, causar daño al otro miembro, incluso de manera no intencional. Por eso, más allá de unas causas que muchas veces no dependen de nosotros, o que directamente nunca podamos entender, es mejor atender a las consecuencias.
Lo más visto
En la relación, simplificando mucho el discurso, se pueden cometer dos tipos de daños: los superficiales y los que afectan a la base emocional de la pareja. ¿De los superficiales, qué os vamos a contar? Se viven con frecuencia. Son aquellos que se resuelven en cuestión de horas, tal vez días; aquellos que con un poco de espacio, un perdón sincero y un abrazo quedan rápidamente olvidados. Los daños a la base emocional de la pareja son aquellos que han vulnerado alguno de esos principios o valores que comentábamos antes, como pueden ser la confianza, la fidelidad o el compañerismo. Cada relación tiene los suyos. Por ejemplo, para unos, la libertad puede ser un principio importantísimo, mientras que para otros este valor puede no ser tan importante, resultando un ocasiones incluso una amenaza.
Probablemente, si te está costando tanto tomar la decisión de perdonar, es porque lo que tú consideras la base emocional de la relación sufrió daños que ahora mismo ves irreparables. Las acciones de tu pareja afectaron de forma directa a alguno de esos valores que tu considerabas comunes, y sientes tanta decepción, que esa rabia del principio empieza a pasar casi a un segundo plano. Puede que también sientas desconfianza, desconcierto y miedo, tanto de volver a una situación desagradable e infeliz, como de quedarte a la intemperie sin tu fuente de afecto. Es importante para ti que seas capaz de discernir también entre los actos malintencionados, cometidos deliberadamente, y aquellos errores que fueron producto de la inconsciencia, de la falta de empatía, o de lo que sea, pero que no dejan de ser errores de alguien que nunca quiso hacerte daño. Insistimos, eso es algo que solo sabrás tú.
"¿Hacemos borrón y cuenta nueva?"
Asumiendo que hemos pasado por un proceso de reflexión concienzudo, que ya sabemos que el rencor es algo que solo nos daña a nosotros mismos y que aceptamos que no perdonar no es una opción, llega la pregunta del millón: ¿puedo perdonar, olvidar y darle otra oportunidad a mi pareja? Primero que todo, es imposible olvidar de la noche a la mañana. No se trata de eso. Se trata más bien de ser capaz de sustituir las respuestas emocionales que ciertos recuerdos que no se van a ir nos generan en la cabeza. Así, con esfuerzo y voluntad, podremos pasar de rabia a aceptación, por ejemplo. Otro punto importante, y esto depende de cada uno, es ser capaz de reconocer si hay un arrepentimiento real por parte de tu pareja. Para esto no hay ningún secreto, pues nadie mejor que tú puede conocer la honestidad de tu pareja o, en su defecto, sus grandes dotes actorales.
La realidad es que si te es imposible creer en las buenas intenciones de tu pareja, no tiene caso alguno seguirle dando más vueltas. Podremos dudar de muchas cosas, pero si existe una duda constante, incluso previa a la traición, de la calidad humana de tu pareja, es mejor decir adiós y no seguirnos torturando. Otro punto importantísimo es que, tomemos la decisión que tomemos, esta debe ser tomada desde la mayor calma posible. Por ahí dicen: "no tomes decisiones importantes ni cuando estés demasiado triste, ni cuando estés demasiado contento", y teniendo en cuenta lo pasionales e impulsivos que somos los seres humanos, no deberíamos echar este consejo en saco roto. Tómate tu tiempo para alcanzar el equilibrio.
Sí, sabemos que sigues sin tener respuesta a tu mayor interrogante, a aquella pregunta que te tiene en un sinvivir emocional casi inaguantable: "¿debo seguir con mi pareja?" La verdad es que esa respuesta solo la tienes tú, y nadie más. Siendo consecuentes con lo dicho anteriormente, la realidad de tu relación y de los hechos que la tienen en este punto solo la sabes tú. Lo que sí te podemos decir, a parte de todo lo anterior, es que en el caso de que decidas seguir adelante, tiene que haber un perdón real, de corazón, un perdón que sirva para curar heridas, pero que sobre todo ayude a que no se abran más.
Cuando se perdona de verdad no se olvida, pero sí se guarda en una caja, se cierra con llave y se tira al fondo del mar. ¿Qué queremos decir con esto? Que si crees no ser capaz de no sacar el tema constantemente, de hacer reproches, de hacer sentir culpable a tu pareja o de sentir que tiene algún tipo de deuda contigo, tienes dos opciones: darte un tiempo, analizar, y ver si es posible o, si definitivamente no es posible, salir corriendo. ¿Has oído aquello de hacer borrón y cuenta nueva? Pues es algo más o menos así. Los recuerdos no desaparecen, pero si tienes la intención de seguir tu historia de amor, sí deben hacerlo tu resentimiento y tu desconfianza. Debes ser capaz de ofrecer una relación sana y recíproca. Si volver solo va a servir para torturarte y de paso torturar a la otra persona, es mejor darse las gracias, perdonar (importante), decirse adiós e iniciar un nuevo camino por separado.