Las operaciones encubiertas más peligrosas

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Policías infiltrados y agentes dobles: conoce las operaciones encubiertas más peligrosas

Al enemigo se le derrota desde dentro.

Por Javier Fernández  |  07 Noviembre 2018

'Infiltrado en el KKKlan' contaba la historia real de cómo un policía negro (interpretado en el filme por John David Washington) se infiltró en el Ku Klux Klan con la colaboración de un agente blanco (Adam Driver en la película), en una de las operaciones policiales encubiertas más espectaculares del siglo XX. Sin embargo, existen otros agentes que aceptaron cumplir su papel fingiendo ser terroristas, grandes inversores o, incluso, periodistas. Vamos a repasar algunas de ellas.

Militantes por la liberación de Euskal Herria

Para conseguir que ETA anunciase su disolución el pasado mes de mayo han sido necesarios muchísimos esfuerzos de un calibre inmenso y un valor incalculable. Entre ellos está la infiltración de agentes en la organización terrorista, con dos casos especialmente conocidos.

Mikel Lejarza, conocido como 'El Lobo', fue reclutado por el CNI, el Servicio de Inteligencia español, con el objetivo de introducirse en ETA y recabar información durante la década de 1970. Consiguió establecer contacto con la cúpula de la banda terrorista y gracias a su trabajo se efectuó la desarticulación de ETA político-militar. Tras completar su misión tuvo que cambiar de identidad y aplicarse cirugía estética como mecanismo defensivo ante la amenaza de muerte de los terroristas. En una entrevista para El Español, con motivo de la disolución de ETA en mayo, contó lo que su antiguo oficial del caso le dijo una vez: "Lobo, serás errante para toda tu vida, tendrás que andar en la oscuridad, tendrás que vivir camuflado". Esta increíble historia fue trasladada al cine en 2004 y se tituló 'El Lobo'.

Imagen de la película 'El Lobo'.
Imagen de la película 'El Lobo'. Filmax

La Guardia Civil también consiguió infiltrar años más tarde a un agente suyo en el entorno de ETA. José Antonio Anido Martínez se granjeó la confianza de algunos militantes de la banda terrorista en Bayona en la década de 1990. Para ello, tuvo que cambiarse de nombre: 'Joseph'. El agente consiguió alcanzar la cúpula de ETA, tal y como hizo Mikel Lejarza, llegando incluso a ser el chófer de Mikel Antza, uno de los jefes históricos de la organización terrorista. Sin embargo, su identidad fue descubierta, aunque afortunadamente la Guardia Civil consiguió evitar cualquier acto de venganza contra él.

Soldados del Ejército Republicano de Irlanda

El IRA también fue golpeado por las operaciones encubiertas de los servicios de inteligencia británicos. La organización sufrió las acciones de numerosos agentes secretos, entre los que destacan Martin McGartland y Dennis Donaldson.

El primero fue resultado por la 'RUC Special Branch', la rama especial de la Real Policía de Ulster, a los 16 años. Desde entonces y hasta que los terroristas conocieron su verdadera identidad en 1991, trabajó recabando información sobre la organización. El día que el IRA supo que era un agente infiltrado, algunos miembros de la banda acudieron a la casa de McGartland en Belfast, pero él consiguió escapar saltando por la ventana y ser reasentado en Inglaterra. Sin embargo, en 1999 un pistolero de la banda le atacó cuando el agente se encontraba fuera de su casa en el municipio inglés de Tyneside. Recibió seis disparos en el pecho, estómago y una de las manos.

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Imagen de dos simpatizantes del IRA.
Imagen de dos simpatizantes del IRA. Shutterstock

Esta flagrante negilgencia en la seguridad de los agentes infiltrados se puso de manifiesto de nuevo en 2006, cuando Dennis Donaldson fue asesinado dentro su vivienda en Gientles, un pueblo situado al norte de Irlanda. El agente nació en Belfast e ingresó en el IRA al inicio de la década de 1960. Su identidad como agente doble salió a la luz en 2005, cuando él mismo confirmó que había trabajado para los servicios secretos británicos durante más de 20 años.

Un doble agente inglés en la Guerra Civil

Harold "Kim" Philby fue reclutado por el extinto Servicio de Inteligencia soviético, el KGB, en la década de los años 30. Su primer trabajo fue establecer contactos con altos cargos del Tercer Reich en Austria, por lo que tuvo que fingir ser un nazi convencido. Logró su cometido y como siguiente misión importante fue enviado a España para informar a sus superiores soviéticos sobre el desarrollo de la Guerra Civil. Para ello tomó la identidad de un reportero de The Times afín a la Alemania nazi. De hecho, según el periódico inglés The Independent en un artículo publicado el 14 de noviembre de 2001, hay indicios para sospechar que a Philby le fue encargada la misión de asesinar a Francisco Franco. Al parecer hay algunos documentos de la Stasi, desclasificados tras la disolución de la RDA, que apuntan en esa dirección, ya que el General Walter Krivitsky, jefe de la inteligencia soviética en Europa Occidental en aquellos años, reconoció a sus interrogadores del MI5 británico que había un plan organizado con el objetivo de eliminar al líder de las tropas golpistas.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Kim Philby fue reclutado por el Servicio de Inteligencia británico, y desde entonces hasta su huida a Moscú en 1963, filtró información confidencial a la Unión Soviética. De hecho, su trabajo fue tan efectivo que le encargaron dirigir la sección dedicada a desenmascarar agentes dobles en territorio de Europa occidental que estuvieran al servicio de la URSS.

Boicoteando la Yihad

En octubre de 2017, el agente del FBI Tamer Elnoury dio una entrevista para la cadena norteamericana CBS News, con motivo de la publicación de su libro titulado 'American Radical', en la que relató su experiencia como infiltrado en Al Qaeda.

Durante 10 meses, Elnoury mantuvo relación con algunos terroristas, y consiguió granjearse su confianza hasta tal punto que la banda terrorista le asignó la misión de descarrilar un tren proveniente de Nueva York hacia Toronto. Gracias a su trabajo, el FBI consiguió evitar el atentado y pudieron saber, por la confesión del miembro de la organización que había asignado a Elnoury descarrilar el tren, que un miembro de Al Qaeda estaba oculto en Estados Unidos. Sin embargo, tras el atentado de la maratón de Boston en 2013, ese fanático llamado Chiheb Esseghaier, fue arrestado juzgado y condenado.

La frustración de poseer dos identidades distintas, con personalidades y códigos morales contrapuestos se percibe a través de estas palabras pronunciadas por Temer Elnoury en dicha entrevista. En un momento en el que se encontraban él y Esseghaier en la Zona Cero, este último afirmó que "este lugar necesita otro 11S y se lo vamos a dar". El agente del FBI confesó que en ese momento pudo "sentir un bolígrafo" en el bolsillo de su chaqueta y experimentó un impulso de apuñalarle en el ojo, dejándole muerto allí mismo donde estaba.

La capacidad de inhibir este clase de impulsos es, posiblemente, una de las facetas más difíciles e importantes de este trabajo policial. Ser otra persona sin abandonar tu propia identidad y dedicar tu vida para salvar las del resto:al final, ese es el objetivo.

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