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El accidente que le cambió la vida a Michael Jackson hace 39 años
El rey del pop nunca se recuperó de las quemaduras sufridas en el rodaje de un anuncio de Pepsi, y las teorías de la conspiración siguen dándole vueltas al accidente.
03 Enero 2023
|Michael Jackson resucitaba a los muertos, dominaba la gravedad cuando deslizaba sus pies marcha atrás e inducía a las masas al éxtasis con sus movimientos. A principios de los 80, era lo más cercano a un dios que había existido jamás en la cultura pop. Aquel halo sobrenatural hizo que el accidente que sufrió durante el rodaje de (algo tan mundano como) un anuncio de Pepsi traumatizase a todos sus fans: no se trató solo de un susto, sino de una evidencia de la mortalidad de Michael Jackson. 39 años después del percance, sigue generando conversación: la búsqueda de culpables, la teoría conspiradora de que todo fue un montaje y los testimonios cercanos a Jackson que señalan aquellas quemaduras como la causa indirecta de su muerte.
Andy Warhol decía que una de las cosas que engrandecía a Estados Unidos es la certeza de que, al margen de su clase social, su raza o su poder económico, todos los americanos consumían los mismos productos. "Sabes que el presidente bebe Coca-Cola, que Liz Taylor bebe Coca-cola y que tú también". Que utilizase como ejemplo esta bebida deja claro que para los americanos Coca-Cola no es solo un refresco sino un referente cultural, una forma de vida y, gracias a su emotiva publicidad, un estado de ánimo. Por eso en 1980 se consumía el triple de Coca-Cola que en 1950. Pepsi necesitaba verse asociada a algo más que a ser 'la otra' bebida carbonatada del mercado. Su apuesta fue apelar a las nuevas generaciones para, por defecto, dar a entender que Coca-Cola era una bebida para la gente mayor.
Michael Jackson estaba revolucionando la nación. La cadena de videos musicales MTV había recibido críticas por promocionar solo a cantantes blancos, pero 'Billie Jean' y 'Beat It' vincularon a Jackson a la MTV hasta resultar imposible comprenderlos por separado: la constante emisión de sus videoclips dio visibilidad a Jackson y a la vez legitimó al canal como el estandarte para entender la cultura del momento. En 1983, no había nada más moderno que MTV y Michael Jackson.
Pero el cataclismo acababa de empezar. Michael Jackson, con 24 años, quería más. Por eso se propuso colaborar con una marca comercial, en un momento en el que las estrellas solo accedían a campañas publicitarias puntuales pero no a una asociación permanente, y eligió Coca-Cola. La compañía expresó sus dudas al considerar la propuesta demasiado de nicho y demasiado étnica, lo cual pone de manifiesto las inseguridades raciales de los 80: para entonces, 'Thriller' ya era el disco más vendido de la historia y aun así la compañía solo se planteaba dirigir una hipotética campaña con Jackson a los consumidores negros. Ofrecieron un millón de dólares, que no fueron suficientes para el cantante. "Voy a hacer que Coca-Cola desee ser Pepsi", aseguró.
Jackson entró con toda la caballería en las oficinas de Pepsi y les vendió una campaña multifacética: dos anuncios en televisión, latas especiales, estanterías en los supermercados, eventos publicitarios y una gira patrocinada por Pepsi. La empresa no lo veía claro. Entonces Jackson añadió un valor más: la música del anuncio sería 'Billie Jean', con una letra adaptada a la filosofía que Pepsi quisiera. "Sois la generación Pepsi, bebedla y saboread la emoción del día". Le dieron cinco millones, la campaña de marketing más cara de la historia hasta aquel momento. El presidente de Pepsi, Roger Enrico, recuerda que el representante de Jackson (Don King) le terminó de convencer con estas palabras: "Estamos hablando de Michael Jackson. Es más grande que Dios". Así fue como Jackson se convirtió en el primer influencer.
El primer anuncio, protagonizado por un niño (Alfonso Ribeiro, Carlton en 'El príncipe de Bel-Air') que imita a Jackson por la calle y se topa con su ídolo, fue supervisado y aprobado personalmente por el cantante. Solo accedió a que su cara apareciese durante un total de cuatro segundos y con gafas de sol, porque consideraba que el misterio formaba parte de su misticismo. MTV se comprometió a emitir el anuncio gratis si les permitían estrenarlo en exclusiva. Pepsi creció un 7% en 1983. Para el segundo spot, los Jackson 5 se reunieron en un escenario ante 4.000 fans. Michael Jackson aparecía en último lugar, desde lo alto de unas escaleras y de espaldas, y descendía los escalones bailando mientras un espectáculo de pirotecnia ardía detrás de él.
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En la sexta toma, las chispas empezaron cuando Jackson todavía no había empezado a bajar por la escalera. Algunas saltaron a su cabeza y la gomina inflamó inmediatamente una llama que ardió durante varios segundos antes de que el cantante siquiera se diera cuenta de que su pelo estaba en llamas. Jackson siguió bailando escaleras abajo sin inmutarse y el vídeo del accidente (filtrado en 2009, semanas después de su muerte) resulta escalofriante tanto por su crudeza física como por la fascinación que causa verle bailando mientras su cabeza arde. Parece, efectivamente, un dios poseído por un trance durante un ritual.
Pero Michael Jackson no era más que un hombre y, cuando una docena de personas se abalanzan sobre él con extintores y toallas, se lleva su icónico guante blanco de diamantes incrustados a la cabeza. Durante un segundo, se puede ver su cuero cabelludo sin pelo y abrasado en carne viva antes de que se lo lleven al hospital. Jackson sufrió quemaduras de segundo y tercer grado, tomó calmantes para el dolor (a pesar de que, según la biografía Moonwalker, se oponía al abuso de medicamentos recetados habitual en Estados Unidos) y llevaría una peluca durante el resto de su vida. A partir de ahí, todas las historias fundían la leyenda y el sensacionalismo (dos cualidades imposibles de distinguir hoy en día): sus allegados dicen que se sometió a sus primeras operaciones de estética durante la convalecencia (otras fuentes aseguran que aquella ya era su tercera rinoplastia), que como consecuencia sufrió constantes migrañas y una adicción a los calmantes que acabó provocando su muerte en 2009 y que jamás se recuperó del pánico escénico que le provocó el accidente.
Miko Brando (hijo de Marlon y amigo del cantante) denunció que en aquella sexta toma la explosión pirotécnica empezó antes de lo previsto y que fue más profusa que las anteriores. Brando explicó que Michael le confesó días después que el director del anuncio, Bob Giraldi, le había indicado que permaneciese en lo alto de las escaleras un par de segundos más en esa toma. Donald Donester, uno de los bomberos presentes en el rodaje, también señaló a Giraldi como responsable: "Le dijo a Michael que si se quedaba más tiempo arriba resultaría más majestuoso y no informó al equipo de seguridad del rodaje, de modo que Michael estaba debajo de las chispas cuando explotaron sobre su cabeza". Bob Giraldi ha negado sistemáticamente estas acusaciones, aunque no volvió a trabajar con Jackson o Pepsi.
Michael Jackson comprendió que no había culpables y decidió no demandar a Pepsi, quien le pagó un millón y medio de dólares como compensación. El cantante donó el dinero al hospital Cedars-Sinai, que construyó una unidad de quemados nombrada en su honor. En 1987, Pepsi patrocinó el lanzamiento de 'Bad', el siguiente álbum de Jackson, con dos anuncios y una gira mundial por los que pagaron 10 millones de dólares. Estas consecuencias han llevado a varios fans a construir una teoría según la cual todo se trató de una maniobra promocional para llevar la campaña a los telediarios, alimentar la expectación en torno al anuncio (que se emitió con toda normalidad) y coincidir con las votaciones de los Grammy. 'Thriller', que había sido lanzado catorce meses antes, estaba nominado en doce categorías y acabó ganando un récord de ocho premios. Pero este hito probablemente se deba menos a la compasión que los votantes sintieron hacia Jackson por su accidente y más al estreno del megavideoclip del séptimo y último single 'Thriller', de 14 minutos de duración y cuya edición en VHS vendió un millón de ejemplares convirtiéndose en la cinta de vídeo más vendida de la historia hasta el momento.
Una web, titulada en una obra maestra del SEO MjHairFire, argumenta esta teoría con el testimonio de uno de los 4000 fans presentes en el rodaje. Explica que las luces eran mucho más tenues en aquella toma que en las cinco anteriores, haciendo imposible distinguir a Jackson, y mantiene que aquella silueta en llamas podría perfectamente ser un doble. A continuación lanza unas preguntas cuya ausencia de respuesta convincente refuerza la teoría del montaje: ¿Por qué Michael no denunció? ¿Acaso no había un seguro que cubriese accidentes? ¿Querían evitar quizá una investigación del percance?
Hoy una web de coleccionistas, PaulFraserCollectibles, vende un mechón de pelo chamuscado de Michael Jackson. En la descripción de la puja, explica que Ralph Cohen (uno de los productores del infame anuncio) socorrió al cantante arrojando su chaqueta de Armani sobre su cabeza. Al recogerla del suelo, se dio cuenta de que tenía un matojo de pelo quemado pegado al forro interior.
Pepsi ha seguido asociando su marca a estrellas del pop como las Spice Girls (que llegaron a lanzar una canción titulada 'Generation Next'), Britney Spears, Beyoncé o Jennifer Lopez. Pero los tiempos han cambiado. Michael Jackson está muerto, MTV ya no emite videoclips y Pepsi ya no recurre a cantantes para acercar su imagen a la juventud, sino a modelos/influencers. El año pasado, la campaña Live For Now proponía que si Kendall Jenner repartía latas de Pepsi entre la policía y los manifestantes negros el problema ya estaba solucionado. Internet se puso de acuerdo por primera vez en su historia para hundir el anuncio. Y por lo tanto, la repercusión fue mundial. Porque la publicidad busca, por encima de todo, que se hable de ella. En 1984 Pepsi creció un 12%.