El final del Khabib-McGregor invita a una profunda reflexión por parte de la UFC
El abrupto final de combate entre Conor McGregor y Khabib Nurmagomedov es la gota que colma el vaso en una competición más interesada en los últimos tiempos en el espectáculo y en la creación de rivalidades que en lograr aunar buenas peleas y respeto en el octágono. Todo debe cambiar a partir de ahora.
08 Octubre 2018
|Se esperaba que fuera el combate más importante de la historia de la UFC, pero se quedó en el más bochornoso. Y no por la acción en el octágono, que en sí fue bastante interesante, sino por todo lo que ocurrió después en el T-Mobile Arena de Las Vegas. A estas alturas no existe nadie con una mínima cobertura informativa ajeno al conflicto entre Conor McGregor y Khabib Nurmagomedov, que terminó de la peor manera posible y que obliga a la MMA (artes marciales mixtas) a tomar medidas si quiere devolver el prestigio a su competición principal.
Si hay alguien que por lo que sea ha estado fuera de juego todo el fin de semana, os lo resumimos. Khabib Nurmagomedov y Conor McGregor se disputaban en el UFC 229 el título de los pesos ligeros que ostentaba el ruso y que logró retener tras someter al irlandés en cuatro asaltos. McGregor, que no competía en las artes marciales mixtas desde 2016, no pudo hacer nada ante Khabib, que manejó de principio a fin la contienda acosando al rival con llaves desde el suelo de las que Conor no pudo zafarse.
Poco a poco fue minándole la moral. Incluso de pie asestó los mejores golpes, mientras el irlandés no utilizaba sus piernas para mantener la distancia y simplemente se dedicaba a resistir. Finalmente, en una de las constantes jugadas por el suelo del ruso, aprovechó un momento de debilidad de su contrincante e inició el conocido 'mataleón'. McGregor duró apenas unos segundos. Khabib, experto en derrotar a los rivales por sumisión, sabía a la perfección que las tres derrotas del irlandés en MMA se habían producido de la misma forma y explotó esta posibilidad. Parecía haber estudiado a su rival mucho mejor.
El problema vino acto seguido. Un Khabib descontrolado le lanzó el protector bucal a Dillon Danis, ayudante de McGregor y también luchador de la MMA, y se enzarzó con él. En ese momento saltó la jaula y se lanzó directamente a por Danis, montándose una trifulca tremenda fuera del octágono. El irlandés, al ver lo sucedido, quiso saltar también para meterse de lleno en el barullo. Como no le dejaron, optó por la opción que tenía a mano, pegarle un puñetazo a Rizván Magomédov, mánager de 'Nurma' que también estaba intentando salir de la jaula. Su respuesta llegaría un minuto después, aprovechando que otro ayudante de Khabib atacó por la espalda a 'The Notorious' cuando parecía haberse tranquilizado la situación.
Una pelea con mucha historia detrás
¿Cómo se ha llegado a esto? Desde luego, este espectáculo lamentable no fue producto de la casualidad. La rivalidad entre ambos lleva años cociéndose, unas veces a fuego lento y otras a toda máquina. En 2014 Khabib no era más que un admirador de McGregor, con fotos juntos que así lo demuestran. No obstante, su peso en la UFC fue creciendo a medida que Conor dejaba de mostrar interés en la competición. Hace dos años, cuando el ruso machacaba a todos sus rivales, pidió a Dana White, el jefe de este tinglado, una oportunidad para pelear contra su antiguo ídolo. Pero por aquel entonces 'The Notorious' estaba más preocupado por sacar la máxima cantidad de dinero posible en su duelo frente a Floyd Mayweather que otra cosa, y la propuesta quedó en stand by.
Todo empezó a cambiar a raíz de una entrevista de Artem Lobov, otro miembro de la MMA y del séquito de McGregor, en la que criticaba a su compatriota. Khabib, ya intratable en la UFC, quiso pedirle explicaciones en los pasillos de la UFC en una tensa charla intimidatoria. Conor pasó a la acción. Acudió al Barclays Center de Brooklyn, donde estaban Nurmagomedov y su equipo en el UFC 223, y arrojó varios objetos al autobús en el que iban, con ventanas rotas y lesiones leves a varios miembros del staff del ruso como resultado.
Lo más visto
El excampeón fue arrestado por estos hechos, pero Dana White ya tenía el combate que quería. En los días previos al duelo hemos visto a un McGregor más agresivo que nunca en sus comparecencias. Entre otras cosas, denominó a su rival "nazi" y "rata daguestaní maloliente" (Khabib es de Daguestán, una república rusa), al padre de este "cobarde que tiembla de miedo" y a uno de sus ayudantes, Ali Abdelaziz, "soplón y rata terrorista". Y todo esto con el beneplácito de White, que siguió riéndole las gracias a Conor a pesar de haber traspasado la línea.
'Nurma' parecía calmado y concentrado en su objetivo, pero una vez lo logró, dejó salir toda la rabia y frustración retenidas. Sin embargo, lo único retenido ahora es su bolsa de dinero y su cinturón de campeón, a la espera de que la Comisión de Atletas de Nevada tome una decisión al respecto. Incluso se rumorea que podría ser expulsado de la UFC. En la rueda de prensa posterior al combate, Khabib pidió disculpas pero dejó un mensaje claro sobre McGregor y la liga:
"Lo primero, quiero pedir disculpas a la Comisión de Atletas de Nevada y a Las Vegas. Sé que no se ha visto lo mejor de mí, pero no puedo entender por qué la gente solo habla de si salté la jaula. Él habló de mi religión, de mi país, de mi padre. Vino a Brooklyn, rompió nuestro autobús y casi mata a un par de personas. ¿Qué pasa con toda esta mierda? ¿Por qué la gente solo habla de lo de la jaula? Yo he tenido respeto durante todo este tiempo. Mi padre me enseñó a respetar. Mi equipo, con el que llevo entrenando siete años en California, sabe quién soy, así como mis amigos".
"Este es un deporte respetuoso, no un deporte en el que se habla de basura. Quiero cambiar este deporte. No se puede hablar sobre religiones o naciones, es algo muy importante para mí. Nevada, lo siento. Las Vegas, lo siento".
No todo vale
Las palabras de Khabib han de servir para iniciar un debate en el seno de la UFC. En las artes marciales mixtas debe prevalecer el respeto por el rival, no lo que hay ahora. El careo y el pesaje siempre han formado parte de este tipo de eventos, completan el fin de semana y mantienen enganchada a la gente hasta el combate. Sin embargo, en los últimos tiempos la parafernalia y la excesiva tensión que se genera alrededor de estos eventos no aportan nada positivo para la marca, cada vez más violenta y con menos valores. La MMA no debería consistir únicamente en insultos en la previa y mamporrazos durante y tras la contienda.
A Dana White se le ha ido de las manos la empresa que dirige. Con el fin de obtener más ganancias y repercusión ha convertido este deporte en un show vergonzoso. Parece haberse dado cuenta de ello con sus declaraciones posteriores al Khabib-McGregor, pero lo cierto es que esto se veía venir y no quiso detenerlo a tiempo en pos de un espectáculo mal entendido que ha terminado incluso con múltiples peleas entre aficionados rusos e irlandeses en Las Vegas.
A pesar de ello, todavía hay motivos para la esperanza. El Tony Ferguson vs Anthony Pettis que se celebró justo antes en el T-Mobile evidencia que aún puede verse un gran combate sin que se destile odio entre los oponentes. La rueda de prensa de Nurmagomedov es el camino a seguir y el primer paso necesario para reconducir la situación, aunque el luchador ruso también tiene que fijar la mirada en su propio equipo, que terminó con tres integrantes detenidos por atacar a McGregor, que solo salieron de la cárcel a las pocas horas porque este no interpuso denuncia.
La UFC se lame las heridas e intenta pasar el mal trago entonando el mea culpa. Ahora bien, ¿algo va a cambiar? Nos aseguran que sí, pero sin ir más lejos, a finales de octubre está estipulado un combate entre Zubaira Tukhugov, uno de los arrestados, y Artem Lobov, amigo de Conor y enemigo de Khabib con el que empezó todo. Más leña al fuego en un momento en el que la credibilidad y la imagen de la UFC están en juego.