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¿Hay que dejar quebrar LaLiga? Su modelo de negocio parece haber dicho basta
Sin Messi, sin fichajes, con juicios... LaLiga está en plena descomposición, y quizás lo mejor sea hundirse de todo antes que seguir poniendo parches.
10 Agosto 2021
|Parece que el impacto de la COVID-19 ha hecho más daño al fútbol español que al del resto de Europa. No solo lo vemos en la polémica medida de permitir un máximo del 40% del aforo de cara a la temporada 21/22, mientras fuera de nuestras fronteras prácticamente doblan el aforo de media con unos índices de vacunación inferiores a los españoles. Queda más que patente cuando llega el verano y LaLiga se convierte en la competición que menos dinero invierte de las cinco grandes ligas.
Inversión hasta hoy en fichajes de las 5 grandes ligas en Europa:
Premier League 760,6M€
Serie A 334,3M€
Bundesliga 316,1€
Ligue1 266,5M€
LaLiga 126,5M€— Murdock (@RicharMurdock) August 8, 2021
Mientras la Premier supera los 700 millones de gasto (sin haber terminado todavía el mercado), LaLiga presenta números siete veces menores, que la dejan a la cola del resto. Antes, solo la Premier estaba por delante. Hoy le supera la Ligue 1 (y eso sin contar los fichajes del PSG, que han llegado gratis sin pagar traspaso).
Aunque los motivos que han llevado a cada club español a esta situación son muy diferentes, todos tienen en común que no tienen un mísero euro. De los 126 millones gastados hasta la fecha, la mitad pertenecen a solo dos equipos, Atlético de Madrid (35 millones por De Paul) y Villarreal (30 millones por los fichajes de Dia, Foyth y Morlanes). El resto, la nada más absoluta con situaciones estrambóticas para poder subsistir, desde no inscribir a los fichajes (el Barça es el caso más sonado, pero también tenemos al Valencia o al Levante) y tener que vender para ajustar cuentas (el Valencia el año pasado o el Sevilla este), a realizar ampliaciones de capital para fichar (Atlético) o simplemente, no pagar un solo euro en traspasos (jugadores a coste cero o cesiones).
Salvo que llegue Mbappé este verano, parece prácticamente imposible superar los 200 millones de gasto. En la última temporada previa al coronavirus, la inversión superó los 1.500 millones, siete veces más que en la actualidad. Y hablamos del curso 19/20, no de hace dos décadas.
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La ausencia de inversión en la actualidad se debe a múltiples factores, pero uno de los más evidentes tiene que ver con el límite salarial impuesto por la patronal, y que hasta el 70% de los equipos sobrepasaron la pasada temporada. Los equipos deben reajustarse a un ajuste salarial mucho más exigente que en otras ligas, y que si bien evita los desequilibrios financieros de presidentes estrambóticos que llevaron a la ruina a muchos equipos en los años 90, devalúa claramente el producto actual, agrandándose cada vez más las distancias con el resto de ligas.
De aquellos barros estos lodos, dicen. Pero lo cierto es que LaLiga lleva sumergida años en un barrizal, mucho antes de la pandemia. Basar toda la competición y las ventas de tu producto desde mediados de los 2000 en la rivalidad Real Madrid-Barcelona no solo disparó las diferencias entre ambos equipos con respecto al resto, sino que ponía y pone al campeonato doméstico en una situación comprometida: si los dos equipos no tienen los mejores jugadores en sus plantillas, se nos desploma el castillo de naipes.
Por ello, cada Clásico se convirtió en un All-Star Game que batía récords de audiencia, mientras la Serie A seguía hundida y la Premier League vivía una importante crisis que solo solucionó el capital extranjero. Se podría haber aprovechado entonces para construir una competición como la inglesa, donde en la dificultad y el gran nivel de los equipos de la parte media reside una de sus fortalezas. En cambio, se decidió seguir exportando la idea de que LaLiga era simplemente el Clásico, a excepción de un Atleti del Cholo que consiguió hacerse un hueco que nadie le había ofrecido, y de un Sevilla que conquistaba una y otra Europa League con un reconocimiento nacional (y por ende internacional) mucho menor que el bombo que se hubiera generado si fuera un Tottenham o un Arsenal quienes hubiesen hecho historia año tras año.
El problema de basar tu producto en Messi, Cristiano, Xavi, Xabi, Iniesta, Modric o Benzema es que no son eternos, y a medida que las estrellas se han ido apagando, el producto ha caído en picado. Y encima, ahora ni Real ni Barça cuentan con la capacidad económica de seguir haciendo dream teams, con el resurgir de la Premier y el poder de los jeques. Si ni siquiera se consiguió superar en derechos televisivos a la liga inglesa cuando madridistas y culés avanzaban rondas de Champions con soltura y hacían 100 puntos por temporada, imaginaos ahora y los próximos años, cuando se esperan negociaciones a la baja por los derechos televisivos. El adiós de Leo Messi supone el final de un modelo de negocio que fue pan para ayer y hambre para hoy.
¿Puede arreglar el problema quien ayudó a provocarlo?
Javier Tebas ha sacado la manguera cuando el fuego ya lo ha quemado casi todo. El acuerdo con CVC del que seguro ya habéis oído hablar promete solucionar muchos de los problemas de los clubes a corto plazo, pero deja serias dudas de su viabilidad a medio y largo. ¿Por qué, si no, fue rechazado por Bundesliga y Serie A? Eso no significa que Real Madrid y Barcelona, extraños compañeros de cama últimamente, tengan razón al rechazar el proyecto. Simplemente están mirando por ellos mismos, y por la improbable Superliga que ya le ha costado al Barça desprenderse de su mayor leyenda.
Aun así, cuesta creer que Javier Tebas, quien ha llevado a LaLiga a esta situación crítica, sea el más indicado para tomar las riendas hacia la reconstrucción. Al menos ha hecho hincapié en uno de los problemas más evidentes del fútbol español: lo caro que es para el aficionado. La media de abonos es la más alta de Europa, y por menos de 80 euros al mes es imposible poder ver la competición doméstica (para ver la Europa League o la Champions todavía hay que pagar más).
Como cabría esperar, en el tema de las entradas no ha movido un dedo (poco le importa a él si hay más o menos gente en los estadios). Sus propuestas tienen que ver con el producto audiovisual, con un supuesto acuerdo con Amazon para dar en exclusiva tres jornadas en Prime Video a partir de la temporada 22/23, y sobre todo, el lanzamiento de una plataforma propia de streaming para emitir allí LaLiga al completo, sin depender de operadores como Telefónica u Orange.
Esta última tentativa, que podría ver la luz a partir de 2026, tendría como objetivo democratizar los precios del fútbol y reenganchar a muchas personas que no pueden o no quieren pagar casi tres cifras al mes por ver LaLiga. Pero, ¿le saldrá rentable a Javier Tebas renunciar a los 1.000 millones que paga Telefónica por los derechos? ¿Cuánto tendría que valer la suscripción mensual para ello? ¿En caso de que rondara los 20 o los 30 euros, estarían dispuestos los españoles a pagar más por LaLiga que por la suma de Netflix, Amazon y Disney Plus? ¿Se volverá al infumable formato de PPV en el que pagabas hasta 10 euros por partidos sueltos? Demasiadas preguntas sin resolver, como la que viene a continuación
¿Y si LaLiga está condenada a la ruina?
Ahora mismo, LaLiga como producto no tiene presente ni futuro cercano. No puede seguir vendiéndose como un Real Madrid-Barça eterno porque ha quedado demostrado que no funciona, y menos sin los jugadores que había antes en ambos equipos. Mientras tanto, los 20 equipos viven desde hace varias temporadas en un continuo ejercicio de supervivencia por no ahogarse y terminar en la quiebra. Hoy por hoy, no se puede asegurar la viabilidad del fútbol español. Quizás sería mejor abrazar un rescate financiero con el que empezar de cero, y esta vez como es debido. Ya que el Estado no lo va a hacer (faltaría más), veremos si CVC es el gran salvador, o un paso más hacia la debacle.