El discurso de Joaquin Phoenix en los Oscar, o cómo ser el portavoz de tantas voces calladas

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El discurso de Joaquin Phoenix en los Oscar, o cómo ser el portavoz de tantas voces silenciadas

Joaquin Phoenix fue uno de los hombres de la noche en la gala de los Oscar, al alzarse con su estatuilla a mejor actor. Pero su gran triunfo vino justo después, con un discurso con el que pretendió dar voz a todos aquellos que no la tienen.

Por Marta de la Peña  |  10 Febrero 2020

Que Joaquin Phoenix triunfara en los Bafta, los Globos de Oro y los premios del Sindicato de Actores nos daba una pista sobre quién sería el favorito en los Oscar. Y así ha sido. El actor que ha dado vida al Joker por fin ha conseguido alzarse con la estatuilla dorada, tras tras nominaciones desde el 2000. El premio, merecido por una interpretación estelar, no ha sido, sin embargo, lo más destacado del actor en esta noche de ensueño.

Joaquin Phoenix tras recibir el Oscar al mejor actor.
Joaquin Phoenix tras recibir el Oscar al mejor actor. GTRES

Lo mejor vendría justo después de recibir la estatuilla. Phoenix se mostró serio en un discurso que utilizó como herramienta de comunicación por todos aquellos que no tienen voz. Joaquin no quiso aplausos. De hecho, pidió a la sala que parasen la ovación. Pero, ¿por qué esos aplausos? Por atreverse a hablar en su 'speech' de la desigualdad de género, el racismo, los derechos LGTB, los derechos de los animales o la protección del medio ambiente. De las injusticias del mundo, de cómo nos afectan y de cómo luchar contra ellas:

"Una de las mejores oportunidades que tenemos los que estamos aquí es que podemos usar nuestra voz por los que no la tienen. Creo que cuando hablamos de la desigualdad de género, de racismo, de los derechos LGTB o de los derechos de los animales, estamos hablando de la lucha contra las injusticias. Hablamos de la lucha contra la creencia de que un país, un grupo, una raza, un género o una especie tiene el derecho de dominar, controlar, usar y explotar a otro con impunidad.

Creo que nos hemos desconectado mucho del mundo natural y muchos somos culpables de tener una visión egocéntrica del mundo, creernos que somos el centro del universo. Nos metemos en la naturaleza y saqueamos sus recursos. Nos creemos con el derecho de inseminar artificialmente a una vaca y robarle a su bebé, a pesar de que sus gritos de angustia sean inconfundibles. Y después tomamos su leche, destinada a su ternero y la ponemos en nuestro café y nuestros cereales."

El actor buscó así calar en millones de personas con un discurso fuerte y emotivo, utilizando su repercusión para ser el portavoz de tantas minorías silenciadas. Seguramente no cambiará el mundo, ni sea esa su intención, pero con haber hecho lo propio en una sola persona, o haber arropado a unas cuantas, ya habrá valido la pena.

Phoenix mostró su confianza en el ser humano para rectificar. Lo hizo porque él mismo se equivocó en su momento y recibió una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad que ha sabido aprovechar. El discurso terminaba recordando a su hermano River, también actor y que falleció a causa de una sobredosis, con una frase que le decía cuando era un adolescente: "Corre al rescate y la paz vendrá después".

Joaquin Phoenix recibió entonces, por fin, la ovación que tanto se había merecido los tres minutos anteriores. Tres minutos que pasarán sin duda a la historia de los Oscar. Tres minutos en los que las minorías se sintieron un poco más fuertes.

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