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Jesús Gil fue 'el pionero', pero no tiene por qué ser el único: 8 presidentes del fútbol español con los que también podría hacerse una serie
Los 90 y 2000, y el negocio de las SAD en el fútbol, nos dejaron una serie de presidentes difícilmente olvidables. Jesús Gil fue, quizás, el más popular de ellos, pero hay muchos más.
05 Abril 2019
|No sorprende que Jesús Gil y Gil haya tenido una serie. Lo sorprendente es que no la hubiera tenido antes. Y es que, el que fuera presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella, se convirtió en uno de los personajes (en todos los sentidos de la palabra) que mejor simbolizaron los 80 y 90 en España, las décadas de la corrupción sin escrúpulos, del pelotazo urbanístico, de las mamachicho y de la vergüenza ajena, al menos para aquellos que no lo vivimos.
Sorprende que un personaje como Gil fuera adorado en su momento por gran parte de la afición del Atlético a pesar de apropiarse indebidamente del club, y más tarde elegido como alcalde de Marbella por mayoría absoluta con su propio partido (GIL). Es difícil de explicar, pero forma parte de la mística de este empresario nacido en Soria, cuyo carácter y personalidad despertaron verdadero fervor entre muchos españoles.
Así pues, Jesús Gil fue 'El pionero' (este es, de hecho, el nombre de la serie de HBO), y abrió la veda a una serie de presidentes del fútbol español que combinaron escándalos, corrupción y situaciones turbias a partes iguales. Muchos de ellos, además, lo hicieron siguiendo el 'método Gil', el de ser lo más excéntrico posible para ganarse a su gente. Como solo con los últimos 30 años de fútbol profesional podríamos tener para 10 artículos, lo hemos resumido finalmente en 8 nombres que han pasado el exigente corte por diferentes motivos, algunos buenos y otros (la mayoría) no tanto.
1 José María Ruiz-Mateos
El único que pudo hacerle sombra a Jesús Gil. El empresario también será recordado por un famoso puñetazo (solo que esta vez al ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer) y por sus bizarras aventuras, como la de acudir en 1997 al juzgado vestido de Superman. Y, sobre todo, si algo tienen en común ambos es el haberse aprovechado de sus vínculos durante el final de la dictadura y el comienzo de la democracia para crear un imperio al margen de lo legal, que les llevó también a poner sus manos tanto en equipos de fútbol como en política, donde fue diputado del Parlamento Europeo del 89 al 94.
En el caso de Ruiz-Mateos, su empresa Rumasa era un conglomerado de marcas de todo tipo, hasta que fue finalmente intervenida por el Gobierno de Felipe González en 1983. Consciente de que era una oportunidad de oro para aparecer en la televisión prácticamente como un mártir, Ruiz-Mateos se ganó a la gente de la misma forma que lo hizo Gil, sin saber muy bien nadie cómo. El caso es que le valió no solo para ser político, sino para fundar Nueva Rumasa, un nuevo holding empresarial del que formaba parte el Rayo Vallecano, adquirido en 1991 por consejo de, quién si no, Jesús Gil.
Teresa Rivero, su mujer, se convirtió en la presidenta, aunque quien manejaba todos los asuntos del Rayo era Ruiz-Mateos, incluidos los 6 millones de fraude fiscal que dio por probado la Audiencia Nacional en 2018, tres años después de su muerte. Durante las décadas que manejó el Rayo nunca quedaron claro ni las deudas que había ni los movimientos que se realizaban en los despachos. El resultado, un equipo que, a pesar del caos de su organización, se mantuvo varios años en Primera, hasta que cayó al infierno de la Segunda B.
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¿Y qué fue de Nueva Rumasa? En 2011 sus 10 principales empresas se acogieron a la ley concursal, y el conglomerado acumuló pérdidas de 700 millones de euros. Prácticamente toda la familia Ruiz-Mateos ha sido investigada por este caso.
2 Pepe Fouto
A lo largo del artículo veremos que algunos de los presidentes que aparecen en el listado contribuyeron a que sus equipos vivieran una época dorada. Que la forma de conseguirlo fuera más o menos fraudulenta, o que esos mismos personajes tuvieran problemas con la justicia, ha creado una pugna interna en los aficionados de muchos equipos, que se debaten entre apoyar a estas personas por lo que consiguieron, o denostarlas por cómo lo hicieron o cómo terminaron en el club.
Uno de estos ejemplos es el de Pepe Fouto, que llegó a la presidencia del Mérida en los años 70 y se mantuvo más de décadas no consecutivas al frente, logrando en 1995 el histórico ascenso a Primera División por el cual todavía se le recuerda. Pero todo lo que sube baja, y el Mérida terminó desapareciendo en el 2000 tras hundirse de forma meteórica en Tercera División repleto de deudas, y con Fouto siendo condenado más tarde a seis años de cárcel por delitos contra la Hacienda Pública.
El presidente, que llegó a dar nombre al estadio del Mérida Club Polideportivo, asegura que los políticos quisieron terminar con él y con el equipo que controlaba cuando decidió presentarse a las elecciones a la alcaldía de Mérida y contaba con serias opciones de ganar. Nunca se ha sabido con certeza lo que pasó aquellos años con Fouto (por cierto, íntimo amigo de Gil) y con el Mérida, pero no estaría mal conocerlo. De todos modos, en Mérida se le guarda un gran cariño, como podemos ver en este vídeo homenaje que realizó el propio club, el ahora Mérida Asociación Deportiva.
3 Augusto César Lendoiro
Un gol de Vicente en el último minuto de la última jornada de la liga 87/88 salvó al Deportivo de la Coruña del descenso a Segunda B y, prácticamente, de la desaparición. Tras salvarse de manera agónica, Augusto César Lendoiro, concejal del ayuntamiento de A Coruña por el PP, cogió las riendas del club, que no soltaría hasta 2014. Fueron más de 25 años en los que el 'SúperDepor' y el 'EuroDepor' lograron escribir las páginas más importantes de la historia del club gallego, con un campeonato de liga, cuatro subcampeonatos, dos Copas del Rey y unas semifinales de Champions League, lo que convirtió a Lendoiro en uno de los presidentes más importantes del fútbol español, a la vez que escalaba puestos en el organigrama político: de concejal pasó a senador de la Xunta de Galicia en 1989, para más tarde ser diputado en el Congreso (1993-1995) y presidente de la Diputación Provincial de A Coruña (1995-1999), además de candidato a la alcaldía de A Coruña en 1991 y 1995.
Sus contactos políticos, su fama de duro en las negociaciones y los inesperados fichajes de gente como Djalminha levantaron siempre sospechas, pero la única realidad conocida hoy en día es que el equipo, básicamente, se endeudó como si no hubiera un mañana para mantener el nivel de exigencia. Llegó a tener casi 100 millones de deuda, muchos menos de los que él aseguraba en las cuentas, lo que le valió un juicio por presuntos delitos societarios en el Depor, incluido el falseamiento de cuentas anteriormente citado y varias irregularidades más. En 2014 abandonó la entidad, y cinco años después, su recuerdo sigue siendo imborrable. Su pésima gestión y herencia financieras, también.
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4 José María Caneda
Como vemos, los 90 se convirtieron en la edad de oro para que empresarios de diversa índole se hicieran con equipos de fútbol y los llevaran al éxito en apenas un par de años. Uno de los más conocidos fue José María Caneda, y no solo por su enfrentamiento con Gil, sino por llevar a la Sociedad Deportiva Compostela a la élite del fútbol español.
El 'Compos' vivió una auténtica revolución en 1990, cuando Caneda se convierte en el propietario, y en solo cuatro años pasó de Segunda B a Primera. Se mantuvo en la categoría reina otros cuatro años, con jugadores con un nivel por encima de las posibilidades del Compostela y una deuda acuciante. Cuando el equipo descendió a Segunda, empezó el caos. Caneda quiso mantener a un equipo que ya era costoso en Primera para volver a subir rápido. No lo consiguió, y terminó hundiéndose en Segunda B en la 00-01. Rápidamente volvió a Segunda, en lo que parecía el resurgir del conjunto gallego, pero le hizo más mal que bien. Caneda volvió a endeudar al club, que finalmente descendió administrativamente en 2003 por impagos a sus jugadores.
Tras tres años de liquidación total y absoluta, en 2006 Caneda se va y la SD Compostela desaparece. Se refunda en el Campus Stellae y, para desgracia de todos, Caneda termina haciéndose con el mando una vez más. "¿Por qué no repetir la fórmula que ya hundió a la SD Compostela?", debió pensar. Y vaya si lo hizo. Cuando el equipo subió a Segunda B, volvieron las deudas, los impagos y el desastre. De nuevo en Preferente, Caneda volvió a abandonar el barco, y esta vez sí que salió a flote, ya con el nombre original. ¿Lo intentará una tercera vez?
5 y 6 Lopera y Del Nido
De verdad, ¿no os engancharíais a una serie que explicara cómo era la Sevilla de los 90 y los 2000 con José María del Nido y Manuel Ruiz de Lopera como hombres clave de los dos equipos más importantes de la ciudad? A pesar de que la relación entre ambos nunca fue especialmente buena (solo hay que recordar el busto de él mismo con el que Lopera que recibió a Del Nido en un Betis-Sevilla de Copa), los dos comparten éxitos y decepciones, una personalidad que no dejaba indiferente a nadie y un final abrupto.
José María del Nido entró en la directiva allá por 1986, y se mantuvo ligada a ella hasta 2013, llegando a ser vicepresidente y presidente de la entidad. Este último cargo lo ostentó desde 2002, coincidiendo por lo tanto con una de las décadas más fructíferas para el sevillismo, con dos Copas de la UEFA y dos Copas del Rey.
Pero claro, no queda ahí la cosa, si no no estaría en este artículo. Del Nido fue abogado de Jesús Gil y de Julián Muñoz, con el que había comenzado a trabajar en el Ayuntamiento de Marbella desde 1999. El resultado, una imputación por presuntos delitos de tráfico de influencias, prevaricación y falsedad documental, entre otros, dentro de la corruptela política que se tejía en ese ayuntamiento. En 2013, cuando la sentencia fue firme, tuvo que dejar el club, y entró en prisión en 2014.
En eso sí le ganó el derbi Lopera, que hoy en día está libre. Más bien podríamos decir que se ha librado, porque tampoco es que esté exento de irregularidades fiscales, precisamente, hasta el punto de que en 2010 le fueron embargadas el 51% de las acciones del Betis de Farusa, su empresa, perdiendo así el poder del club, que había mantenido desde 1992.
En esos 20 años el Betis vivió de todo, desde trágicos descensos a episodios históricos, con 'Don Manué' convirtiéndose en uno de los personajes de la época, adorado por el beticismo por su populismo y por el magnánimo proyecto que construyó, llegando incluso a prestar dinero al Madrid de Ramón Mendoza o a pagar 30 millones de euros por Denilson en 1998, el fichaje más caro de la historia hasta el momento. El final ya lo conocemos, aunque no nos importaría verlo en una serie.
7 Dmitri Piterman
Preguntad en Vitoria o Santander sobre este caballero ucraniano, a ver qué os dicen. Deportista de joven y empresario de adulto, Dmitri Piterman llegó a España en los 90, vería cómo se las gastaban los Gil, Ruiz-Mateos y compañía y pensaría: "yo quiero ser como esta gente". Como el Palamós no era suficiente, se hizo en 2003 con el 24% de las acciones del Racing de Santander cuando estaba en Primera. El equipo se mantuvo, pero en apenas un año la situación era ya insostenible. El ucraniano dirigía el club con mano de hierro y se empeñaba en ser casi el entrenador. Como le echaron rápidamente de la junta de accionistas, fijó su atención en el Alavés, que estaba en Segunda.
Allí se enfrentó a un sector de la afición, insultó en el vestuario a un jugador de la plantilla y le despidió de manera improcedente, le acusaron de impagos, aumentó la deuda de 3 a 23 millones de euros... Y todo eso en tres años. Cuando se fue, dejó al Alavés hecho polvo y a los Juzgados de Vitoria dispuestos a cobrarse su venganza por el dinero que le había robado al conjunto vasco. Primero le embargaron todo lo que tenía en España, y más tarde decretaron una orden internacional de arresto contra él. ¿Y a que no adivináis quién era el abogado defensor? Javier Tebas. Pues eso.
8 Quique Pina
El último de los 'ilustres' presidentes del listado, Quique Pina, fue detenido en 2018 en una operación contra el blanqueo de capitales. Futbolista frustrado por una lesión, precisamente en el Mérida de Pepe Fouto, se convirtió en los 90 en un empresario inmobiliario con influencias políticas, agente de jugadores y presidente de fútbol. ¿Qué podía salir mal de todo esto?
En 1999 creó el Ciudad de Murcia de la nada y en apenas cuatro años casi lo sube a Primera División, a pesar de que no iban al campo más de 1.000 personas. El proyecto era inviable, y finalmente, tras muchas peleas con el presidente murciano del PP, lo vendió a un empresario granadino, que lo transformó en el Granada 74. Lo que viene siendo mantener la esencia, vaya.
No le duraría mucho el disgusto. En 2009 se haría con la presidencia del Granada, y más tarde sería director deportivo del Cádiz. También era representante del Udinese en España y tenía relaciones con el Watford, así que el trasvase de jugadores era bastante común. Sin embargo, lo que terminó siendo habitual fue la utilización de todos los clubes para crear un entramado internacional por el que evadir impuestos. Y lo que no se sabrá aún...