Japón abre las fronteras internacionales por primera vez desde 2020... para 50 personas
Ha pasado mucho tiempo desde que el COVID-19 paralizó el planeta, pero en algunos países todavía no se siente cómodos con la idea de abrir las puertas al turismo, es el caso de Japón, donde a día de hoy solo pueden entrar unos pocos elegidos.
27 Mayo 2022
|Japón es uno de los destinos turísticos más populares del planeta para muchos tipos de turistas. Sin embargo, más de dos años después del inicio de la pandemia, el país nipón se sigue negando a acoger turistas extranjeros por miedo a un nuevo brote. Pero parece que la esperanza crece.
El país del sol naciente se ha organizado para recibir a un pequeño número de turistas, después de mantener las fronteras cerradas durante los últimos años. Eso sí, los selectos invitados son un grupo muy concreto y elegido por ellos.
Se trata de una prueba para evaluar la posibilidad de abrir las fronteras más tarde. Esperando recoger datos y ver el impacto que tiene la entrada de visitantes para luego tomar una decisión. ¿El número de turistas que han elegido para la prueba? ¡50!
Estos 50 afortunados han sido escogidos de entre cuatro países que se consideran los mercados principales en Japón: Estados Unidos, Australia, Tailandia y Singapur. Por supuesto, todos deben estar vacunados y su estancia estará regulada y controlada por el gobierno en todo momento. A su vez serán divididos en grupos de tres o cuatro personas para evitar acumulaciones.
Este modo de acceso estaba planeado para meses atrás, pero debido a la variante Omicron se pospuso hasta mayo de 2022, cuando finalmente se atrevieron a dar el salto. Los turistas entraron en el país con una visa especial, creada únicamente para este experimento y que terminará con él, cuando llegue junio. Ahora este grupo se encuentra allí siendo los primeros en pasar las vacaciones en Japón desde la erupción del COVID-19.
El caso de Japón, único en el mundo
Cuando los países de Asia comenzaron a abrir sus puertas, Japón se mantuvo firme. No le importó que Corea del Sur, Vietnam, Indonesia, Singapur o Tailandia avanzaran más rápido que el país nipón y pudieran acumular todos los turistas que estaba perdiendo.
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Japón ha tenido reglas muy distintas. De hecho, hasta hace poco ni siquiera permitían la entrada de los propios japoneses que estaban estudiando o trabajando fuera, ni de empresarios o políticos extranjeros en viajes de negocios. Las presiones políticas le obligaron a aflojar las restricciones, permitiendo la entrada de hasta 10.000 personas al día incluidos en estos tres grupos (japoneses, empresarios o políticos). Sigue siendo una locura, pensando especialmente en cómo aquí ese tipo de viajes siempre han estado permitidos.
Japón no es un país extraño a cerrarse al resto del mundo, lo hicieron durante siglos en el periodo Edo. Su cultura es en muchas situaciones definida como xenófoba, muy centrada en ellos mismos y renegando del exterior. Cuesta creer que con todos los avances que se han conseguido con la vacunación, y los bajos índices de incidencia del virus, sigan recluidos por miedo a él, pero es una cultura completamente diferente.
Además, Japón es un país que no depende lo más mínimo del turismo internacional al ser una superpotencia industrial y tecnológica, además de tener una buena cantidad de turismo y ocio interior, el abrir las fronteras es más bien una concesión que nos harían a los demás, su economía no es en términos generales dependiente del turismo, como nos pasa a nosotros. Pero al igual que aquí, también hay hoteles, agencias y restaurantes que no están de acuerdo con esto y que necesitan la inyección de dinero que les proporciona el turismo extranjero.
Primeros pasos hacia una vida normal
El jueves 26 de mayo, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció que a partir del 10 de junio se permitirá la entrada de más tours regulados por ellos. Los detalles concretos de estos grupos a los que darán la bienvenida está pendiente de definir una vez termine su experimento el 31 de mayo. Lo necesite el país como tal o no, el turismo en Japón movió 31.000 millones de dólares en 2019. Era cuestión de tiempo que cedieran.
Estos nuevos grupos no estarán limitados a Estados Unidos, Australia, Tailandia y Singapur, como hasta ahora sino que se ampliará a 98 países, elegidos en función de la incidencia del coronavirus en su territorio. Esta vez España sí se encuentra entre los afortunados, por lo que a partir de junio será posible viajar a Japón, aunque será difícil debido a la demanda que tendrán los tours, y posiblemente también su precio, que irá acorde a la situación.
Siempre es interesante tener un poco de perspectiva en lo que a regulaciones se refiere. En Europa nos hemos quejado desde el inicio por las restricciones, pero han sido un juego de niños comparadas con las que se han vivido y todavía se viven en Japón o China. Como con China podríamos tener contenido para dos artículos más (allí las fronteras siguen cerradas, pero ese es el menor de sus problemas), mejor seguir hablando de Japón, donde no ha sido hasta mayo cuando han eliminado la obligatoriedad en el uso de mascarillas en exteriores, siempre que haya suficiente espacio, por lo que en grandes núcleos urbanos sigue siendo obligatorio.
Lo cierto es que cada país ha afrontado esta caótica época como ha creído más conveniente, Estados Unidos también tardó mucho tiempo en abrir fronteras con el resto del mundo, pero en cambio nosotros estábamos preparados para recibir turismo en cuanto salió un poco el sol.
El modelo de trabajo es algo esencial en esta decisión. Si hay un predominio del sector secundario en la economía del país, se vuelve más importante evitar brotes que puedan paralizar la producción. Del mismo modo, el elemento cultural es clave, en países asiáticos las mascarillas estaban normalizadas mucho antes de que aquí algunos empezaran a llevarlas por la alergia, ni siquiera por enfermedades.
Por tanto, no nos extrañemos si Japón vuelve a dar el enésimo paso atrás en cuanto advierta el mínimo riesgo. De momento habrá que conformarse con intentar entrar en uno de los tours permitidos para poder viajar al país.