Jacob Elordi: sus inicios llenos de obstáculos y la mentira piadosa que lo llevó al estrellato
Es australiano, tiene raíces vascas y parece un modelo de Abercrombie. El protagonista de Euphoria tiene todas las papeletas para consolidarse como la próxima estrella de Hollywood, a pesar de las polémicas que le han rodeado en los últimos años.
15 Febrero 2022
|Podríamos pensar que un chico de casi dos metros de altura, atractivo y con protagonismo en una de las series más vistas del año ha tenido un camino de rosas. Pero para llegar a su situación, con todas las puertas abiertas y un futuro bastante prometedor todavía por explotar, Jacob Elordi ha tenido que pasar por situaciones más y menos complicadas, un camino de piedras antes de tocar el suave césped.
Nacido un 26 de junio de 1997 en Brisbane, Australia (de asdendencia vasca, por cierto), Elordi demostró desde pequeño ser un chico inquieto, con muchos hobbies diferentes. Le gustaban el rugby y las motos, pero también era un apasionado de la fotografía. Y por supuesto, del mundo de la interpretación, al que empezó a dedicarle más tiempo en la adolescencia, hasta convertirse en su principal vocación.
Comenzaba así una escalada hasta esa cima que ha resultado ser 'Euphoria' (2019) y su papel de Nate Jacobs, en la que su repercusión se ha disparado tras darse a conocer en la trilogía de Netflix 'The Killing Booth' (2018). Una repercusión generada por sus dotes actorales y su, por qué no decirlo, tremenda planta, cimentada en sus 1,96 metros de altura. Calificado como uno de los hombres más sexys de la Generación Z, e incluso apodado el Marlon Brando de los 2000, Jacob Elordi sin embargo no se siente cómodo cuando le ligan exclusivamente a un cuerpo o cara bonita, algo que desgraciadamente sigue ocurriendo a muchos actores y actrices jóvenes.
Su cuerpo no siempre estuvo bien visto: mintió para conseguir su papel debut
De hecho, su altura le pasó factura en sus primeras audiciones, en las que recibía un 'no' tras otro. ¿La piedra en el camino? Su estatura. En una entrevista para GQ, Jacob confesó que nadie quería darle una oportunidad en el mundo de la actuación por ser alto. Los directores le aseguraban que era un impedimento para alcanzar el éxito, y que nunca conseguiría un trabajo importante en el sector por esta razón.
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Preocupado por esta 'predicción', el australiano comenzó a mentir en los castings. Cada vez que se presentaba a uno, decía que medía 1,89 metros, intentando así alejarse de los temidos 2 metros de altura. El día que se le presentó la oportunidad para el papel de Noah Flynn en 'The Kissing Booth', su primera gran oportunidad, tampoco tuvo ningún reparo en utilizar esta mentira.
'The Kissing Booth', un caramelo envenenado
Volviendo a su adolescencia, Jacob fue curtiéndose interpretativamente entre obras de teatro y cortometrajes australianos de bajo presupuesto. Sus primeros pinitos en un blockbuster llegaron con una aparición fugaz en 'Piratas del Caribe 5: la venganza de Salazar', y sobre todo, en una película de comedia australiana llamada 'Swinging Safari', protagonizada por Kylie Minogue o Guy Pierce, entre otros.
Esto le terminaría abriendo las puertas al papel que relanzó su carrera, con el que pasó de ser un simple figurante o actor secundario a tener protagonismo en pantalla: 'The Kissing Booth', una película romántica de Netflix en el que interpretaba a Noah Flynn.
Como buena parte de lo que toca Netflix, la cantidad primó sobre la calidad. 'The Kissing Booth' fue un éxito y se hizo una trilogía en apenas tres años, pero las críticas sobre la calidad de las películas y el encasillamiento al que llevaron a Elordi, del cual todavía no ha podido desligarse por completo, dejaron en el actor un sabor agridulce.
Un objetivo para el futuro: cambiar el rumbo de su carrera
No obstante, sin 'The Kissing Booth' no habría 'Euphoria', y eso Jacob lo sabe a la perfección. La serie le ha catapultado a la fama y le ha permitido mostrar su potencial. Le odiamos en 'Euphoria', pero Hollywood le quiere, y ya se lo ha hecho saber.
Elordi, consciente de que trenes como este pasan pocas veces en la vida, ha cogido ticket en primera clase, para demostrar al mundo que es mucho más que un estereotipo. Sus próximos proyectos cinematográficos son 'Deep Water' (con Ben Affleck y Ana de Armas) y, sobre todo, 'He Went That Way' (con Zachary Quinto), con papeles muy alejados de la estética teenager que le ha acompañado hasta ahora.
El tren de la fama ya ha partido, pero eso también conlleva una serie de rumores y polémicas en la letra pequeña del billete. Primero se rumoreó sobre su similitud en la vida real con el personaje que interpreta en 'Euphoria', ante lo que el actor afirmó tajantemente que "le partiría la cara a Nate Jacobs si pudiera". Más tarde, se habló de una posible relación tormentosa con Zendaya que terminó mal. Por último, se le ha acusado de ser un social climber, salir con actrices para ver beneficiada su carrera profesional. Todo ello simples conjeturas rodeadas de una toxicidad propia de las series de las que parece preparado para huir. Es mal amante la fama, que diría Rosalía.