La historia del boxeo en España: orígenes, etapa dorada, declive y resurgimiento
El boxeo ha pasado por muchas complicaciones y triunfos en España. Descubre cuándo empezó a practicarse en nuestros gimnasios, su historia y su situación actual.
31 Agosto 2022
|Las dos Veladas del Año de Ibai Llanos, aparte de ser dos de los eventos más vistos de la historia de Twitch, volvieron a poner el boxeo en el punto de mira de los jóvenes como hacía años que no sucedía en España. Desde entonces, el número de personas que se han interesado por el deporte o han empezado a practicarlo en los gimnasios de sus barrios ha aumentado de forma notoria.
Y aun así, ni por muchas Veladas del Año que haya, se podrá alcanzar hoy en día la repercusión que llegó a tener el boxeo en este país en sus años dorados. Si estás interesado en conocer más sobre las distintas épocas que ha vivido este deporte en España, acompáñanos en este repaso de más un siglo.
Los inicios del boxeo en España
Las peleas a puñetazo limpio se remontan a la prehistoria, incluso hay pinturas del segundo milenio antes de Cristo que muestran el uso de guantes para ello. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que John Sholto Douglas, IX Marqués de Queensberry, ideó un auténtico 'estatuto del boxeo'. La importancia de sus reglas se ha conservado hasta nuestros días y son la base del deporte actual. Bajo esa premisa, se creó una disciplina que se extendió por toda Inglaterra y, poco a poco, por el resto del mundo. El primer español en conocerla fue un marinero afincado en Mahón, que formaba parte de la tripulación de un barco británico.
El mahonés solo pudo dejar un alumno debido a sus cortas estancias en tierra: el profesor Bergé. Este creó la primera sala de boxeo en Barcelona, en la zona de La Barceloneta en 1875. A partir de este primer centro surgieron otros como los de Soler, García Gilbert y Bricall, hasta que poco después la disciplina pasó oficialmente al Ateneo Enciclopédico Popular. Hubo otro gimnasio en la calle de la Unión donde se practicaba el boxeo: el Boxing Club Barcelona. Sin embargo, algunos de sus socios no estaban de acuerdo con cómo se practicaba el pugilato y se separaron, creando la Peña Pugilística en la calle Izquierda del Ensanche. Esta peña fue la primera entidad boxística que presentó los estatutos oficiales para su aprobación en el Gobierno Civil. Por su parte, el Boxing Club desaparecería después de un año, aunque no definitivamente.
En 1910 surgieron los primeros boxeadores profesionales españoles, bajo la dirección del profesor Ramón Larruy, quien recuperó el Barcelona Boxing Club y se hizo con el liderato del Club Pugilístico. La popularidad del deporte iba en aumento, y el Club empezó a crear los primeros Campeonatos de España con divisiones de pesos. Sin embargo, la desigualdad de los contendientes, lo que degeneró en protestas del público y de algunos preparadores, obligó al Gobierno de España a suspender todos los combates, que pasaron a tener un alcance regional o directamente clandestino.
La prohibición tuvo un efecto rebote, y el público demandaba veladas de boxeo en España. La semilla ya estaba plantada. En 1920 se creó oficialmente la Federación Española de Deportes de Defensa Personal, encargada de regular la práctica de la esgrima, de la lucha grecorromana y el boxeo, bajo la dirección de Ignacio Amat. Sin embargo, para los Clubes de Cataluña, esta Institución trabajaba de manera muy pasiva, así que decidieron presionar para elegir una nueva junta directiva. Las negociaciones salieron adelante y en 1922 se creó la Federación Española de Boxeo, con Lorenzo Antonio Ramonet a la cabeza.
Lo más visto
El boxeo se consagra y se expande
Lo primero que hizo la Federación fue designar a los campeones profesionales, eligiendo a los mejores por los méritos de los últimos años. Nombraron a Emilio Blind en el peso ligero, De Carlos en el medio, Juan Molero en el semipesado, Paulino Uzcudun en el pesado y Joe Valls en el peso wélter. Los combates por el título comenzaron a crecer desde 1923, acogiendo nuevas categorías como el peso mosca. Esto suponía el paso definitivo para que la Federación Española de Boxeo adquiriera un carácter nacional.
Para mejorar las estructuras del boxeo, Ramonet prohibió inscribir a cualquier participante como profesional si no había pasado antes por el campo amateur. Esta medida tuvo un gran efecto positivo para la disciplina, que se había limitado al campo profesional durante los últimos años. Por otro lado, para que los campeones representaran a España en los Juegos Olímpicos de París 1924, el presidente convocó los primeros Campeonatos de España de Boxeo Amateur para mayo del mismo año. Se celebraron en Barcelona y acudieron representantes de Cataluña, Levante y Castilla. Los ganadores fueron Lorenzo Vitriá, en el peso mosca; Juan Pastor, en la categoría de peso gallo; Emilio Bautista, en la de pluma; Joaquín Lasplanes, en ligeros; Santiago Reig, en los welter; y Antonio Verdú, en la categoría del peso medio.
Los Juegos Olímpicos sirvieron para que España entrara a formar parte de la Federación Internacional de Boxeo Amateur, precedente de la AIBA actual. Gracias a esto, el boxeo se extendió por todo el país, y Madrid y Barcelona se asentaron como los lugares de referencia. La entrada en la International Boxing Union (IBU) permitió a los españoles disputar sus primeros campeonatos de Europa. El triunfo de Antonio Ruiz le convirtió en el primer campeón continental, abriendo la puerta a otros éxitos como los de Víctor Ferrand, Carlos Flix, Luis Rayo, Ignacio Ara, o Josep Gironés. En 1935 llegaría el primer campeón mundial, cuando Baltasar Sangchili derrotó a Panamá Al Brown en Valencia, proclamándose monarca IBU del peso gallo.
La restauración de un deporte golpeado
Toda actividad boxística se paró con la Guerra Civil, pese a que ambos bandos del conflicto trataron de evitarlo. A su fin, y como pasó con todos los deportes, había que reconstruir todas las bases de la disciplina. Vicente Gil, el nuevo presidente de la FEB, fue el encargado de hacerlo y con él, en 1947, en Dublín, España participó por vez primera en unos Campeonatos de Europa, en los que Luis Martínez Zapata consiguió el oro en peso mosca. Gracias a esto, el barcelonés viajó a Chicago para competir en el torneo Guante de Oro, que enfrentaba a los mejores púgiles de Estados Unidos y Europa. Como resultado, se proclamó campeón del torneo, siendo el único europeo en haberlo logrado.
España volvió a participar en los Juegos Olímpicos en Londres, en 1948, pero los competidores no obtuvieron ninguna medalla. En los Juegos de 1960 las protestas de la FEB por las decisiones de jueces y árbitros llevaría a boicotear el Europeo de Belgrado en el año siguiente, y en la edición de 1964. Durante estos años, Luis Romero y Young Martín se establecieron como dos sólidos campeones de Europa, aunque no pudieron hacerse con el título mundial cuando se les presentó la oportunidad. En los 60, Mimoun Ben Ali y Luis Folledo se convirtieron en la figuras del momento y, a medida que se desarrollaba la década, la popularidad del boxeo se iba recuperando. Estos ídolos del deporte hicieron que que bastantes jóvenes, como Pedro Carrasco, empezaran a practicar la disciplina.
El auge del boxeo español
La nueva situación económica planteada por el Plan de Estabilización Económica permitió que la selección española de boxeo amateur, bautizada como 'Selección de los Rodríguez', cosechara grandes éxitos. Madrid organizó el Campeonato de Europa Amateur en 1971 y el almeriense Juan Francisco Rodríguez obtuvo el oro en peso mosca, éxito que se unió al bronce de José Sánchez Escudero en peso ligero. En los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, el asturiano Enrique Rodríguez Cal consiguió la primera medalla olímpica de oro de boxeo en peso mosca. Dos años después, también ganó otra medalla de bronce en la primera edición de los Campeonatos del Mundo celebrados en La Habana.
Lo más nuevo
En el campo profesional, José Legrá dio un título de peso pluma mundial a España, otorgado por el Consejo Mundial de Boxeo (WBC). Pedro Carrasco, Perico Fernández, José Durán, Miguel Velázquez y Cecilio Lastra también sumaron triunfos y muchos españoles ostentaron el título de Campeones de Europa, hasta 5 a la vez durante unos días en 1979. Otra estrella del boxeo fue Roberto Castañón, que, a pesar de no ganar ninguna competición, se convirtió en un gran contendiente para el resto de Europa. El ascenso de esta disciplina se paró a mediados de los 70 y había algunos indicadores que mostraban que se había tocado techo. Sin embargo, los logros deportivos se mantuvieron hasta los primeros años de la década de los 80.
Supervivencia a duros golpes
A partir de 1982, el cambio que vivió España y su intento por romper lazos con la dictadura franquista en todos los ámbitos de la sociedad también repercutió en el boxeo, ligado al régimen. Sin grandes apoyos, el deporte entró en declive durante la década, y tanto el boxeo amateur como el profesional se alejaron de los resultados que habían obtenido. Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Barcelona servirían para lograr una oportunidad esperanzadora: la medalla de plata de Faustino Reyes.
Las televisiones privadas aprovecharon este boom para retransmitir los combates en prime time, y el boxeo se encontró con una nueva ventana a través de la que exponerse al público español. Por supuesto, el que arrasaba en todos los ratings era Policarpio Díaz, del que podría hacerse un solo artículo con su vida y su trayectoria. En un segundo plano, Javier Castillejo sorprendía en las competiciones internacionales al ganar el título mundial WBC en superwélter. Durante aquellos gloriosos años Jorge Mata y José Antonio López Bueno también salieron victoriosos de campeonatos universales. Además, María Jesús Rosa se convirtió en la primera campeona femenina española.
Un cambio de aires necesario
El apoyo mediático y televisivo fue desapareciendo, y la FEB tardó en adaptarse al nuevo siglo. Esto no sentó nada bien al boxeo español, resultando en la falta de representación en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004. España no volvería a obtener ningún reconocimiento internacional hasta la plata y los dos bronces en Campeonatos de Europa del onubense Kelvin de la Nieve. El regreso a las Olimpiadas vendría dado también de su propia mano en 2008, y junto a Jonathan Alonso en 2012.
En el ámbito profesional, Javier Castillejo consiguió un título mundial en un segundo peso en 2006. Gabriel Campillo obtuvo uno en el semipesado en 2009 y Francisco Martínez, el último en lograrlo, en el supergallo en 2013.
La situación empezó a cambiar en 2016, con la renovación de protagonistas y la entrada de nuevas ideas adaptadas a la actualidad. La labor del seleccionador Rafael Lozano fue recompensada con la medalla de oro de Gabriel Escobar en el Campeonato de Europa de Bakú en 2019. El boxeo profesional comenzó a alcanzar números que recordaban a los de antaño: 13 campeonatos de Europa en nuestro país, y el protagonismo de españoles en el circuito internacional, como Sandor Martín.
El boxeo es uno de los deportes que más ha evolucionado e influido en nuestro país. Este breve repaso por su historia nos ha demostrado que las ganas de practicarlo han sobrevivido a todo tipo de restricciones y situaciones en su contra. También nos ha enseñado que España ha tenido toda la vida grandísimos boxeadores, con figuras de talla mundial que se han coronado con los títulos más importantes. La esperanza de que vuelva a brillar como lo hacía durante aquellos años no ha desaparecido, y parece que puede convertirse en una realidad en un futuro. ¿Volveremos a disfrutar de una nueva edad de oro del boxeo español?