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Verdades y mentiras de la hípica: ¿cuántos de sus tópicos son ciertos?
La hípica tiene muchos tópicos extendidos alrededor. Va siendo hora de comprobar cuáles son puro estereotipo y cuáles tienen parte de verdad.
17 Noviembre 2021
|Cuando alguien nos dice que practica hípica o equitación (si es que conocemos a alguno), lo habitual es que se nos pase por la cabeza una serie de mitos y estereotipos sobre este deporte, olímpico desde 1912 en sus diferentes disciplinas y modalidades.
Algunos de estos estereotipos en torno a la hípica y la competición ecuestre son eso, simples tópicos, mientras que otros sí contienen cierta parte de realidad. Aquí estamos nosotros para confirmar o desmentir unos u otros.
¿La hípica es un deporte para ricos?
No nos vamos a engañar, la hípica siempre ha estado asociada al lujo y a la gente pudiente, porque realmente tener un caballo y mantenerlo salía (y sale) caro. Además, al situarse los establecimientos en las localidades de la serranía por necesitar un amplio y virgen espacio, al final quienes acudían históricamente eran los que vivían cerca de estos territorios, habitualmente gente que se podía permitir una primera o segunda residencia allí.
Actualmente, el deporte está adaptado de forma en la que no necesitas para nada tener un caballo o pony a tu cuidado, al menos a nivel aficionado. Con asistir a las clases de hípica es suficiente. Y sí, las clases son más caras que la escuela de fútbol de tu barrio, pero hay que pagar el establo de alguna manera. De todos modos, los precios se han democratizado, y no te costará encontrar bonos de 10 clases por 150 euros. Caro, pero menos de lo esperado.
Ahora bien, lo que realmente sale por un ojo de la cara es dedicarse profesionalmente a ello, porque en estos casos sí que se requiere de un caballo propio, de mejores equipos y de un cuidado mucho más completo del caballo por ti mismo.
¿El caballo sufre?
Los deportes ecuestres siempre han tenido la sombra del maltrato animal sobre ellos. Afirmar con rotundidad que no existe al 100% sería inapropiado. Lo que sí sabemos es que, en la mayoría de sitios, el respeto a los animales es total, y su bienestar es la principal preocupación. Al final, esta disciplina trata de una relación de confianza entre jinete y caballo, lo que requiere tiempo y, sobre todo, respeto.
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¿Sirve para algo personalmente?
Otra de las cosas que solemos oír o decir sobre la hípica es que "montar es solo estar sentado", frase que hace reír a los jinetes pensando: "¿por qué no te subes y me cuentas?". Montar a caballo requiere de una gran fortaleza mental y física. En lo que respecta a esto último, algo tan a priori sencillo, como usar los músculos para mantener tu equilibrio, puede terminar siendo agotador cuando estás sobre un caballo. Con la hípica fortaleces varios grupos musculares y aumentas tu resistencia y, especialmente, tu postura corporal. No está mal para "solo estar sentado".
En el aspecto mental, trabajar con animales te ayuda a desarrollar unas habilidades y una relación únicas. Si a todo esto se le suman aspectos como la sensación de desconexión y libertad, el contacto con la naturaleza o el sentimiento que se genera al ver que te salen las cosas y que estás mejorando, nos deja un deporte muy rico en materia de salud mental.
Ya hemos expuesto algunos de los puntos fuertes y no tan fuertes de la hípica. Ahora tú decides si darle una oportunidad.