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Mezclar diferentes especies en un solo ser ya no es una quimera: ¿nos acercamos a lo que decía la mitología clásica?
Muchas de las criaturas mitológicas de la Antigüedad eran seres formados por partes de varias especies. En la actualidad, científicos de España y Japón ya han conseguido introducir células de humano en monos, y de ratas en ratones. ¿Estamos más cerca de la existencia de centauros o esfinges?
01 Agosto 2019
|Últimamente hemos podido conocer que científicos, tanto japoneses como españoles, están trabajando en mezclar células de unas especies en otras, e incluso de seres humanos en animales. Esto genera numerosos dilemas éticos en la comunidad científica, y muchas prácticas de este estilo están prohibidas en muchos países. Pero la ciencia y sus pretensiones están comenzando a ganar el pulso y los gobiernos están suavizando o eliminando las leyes en este campo. En el caso de el equipo de españoles, cuyo jefe es Juan Carlos Izpisúa, trabajan en China para evitar estas trabas legales que podrían poner en peligro sus investigaciones. Por su parte, el nipón ha conseguido que un permiso de su gobierno, que incluirá incluso el nacimiento de estas criaturas, hasta ahora prohibido.
Bien es cierto que se supone que este tipo de trabajos se está llevando a cabo en pos de conseguir desarrollar órganos humanos en cuerpos de animales para facilitar los trasplantes, pero aun así, los responsables de este tipo de experimentos deben ser conscientes de los peligros que puede acarrear su labor si esta cae en las manos equivocadas.
¿Por qué el ser humano ha imaginado híbridos desde la Antigüedad?
No es fácil discernir un motivo, pero los hombres a lo largo de la historia han imaginado criaturas en las cuales se unían dos especies diferentes. En algunos casos, simplemente mezclando dos animales, pero también idearon seres en los que una de sus identidades era humana. Aunque el caso más habitual era que, tanto a personas como a diversos animales se les pusieran alas.
El razonamiento más lógico para este tipo de pensamientos, es la admiración. Las civilizaciones antiguas no tenían la capacidad defensiva ni el control que existe ahora sobre la gran mayoría de las especies, que eran muy peligrosas; y esto hacía que se las temiera, pero también que fueran objeto de adoración. Se clarifica aún más si vemos la cantidad de seres alados que existen en las diferentes mitologías de la Antigüedad. Si hay algo que siempre haya ansiado el ser humano es la capacidad de volar, y por eso consideraban que esta peculiar característica era propia de seres superiores.
Algunas de estas criaturas eran monstruos que la población temía, y aparecían en las historias, normalmente vencidas por grandes héroes. Pero en muchos casos, llegaban a ser divinizados.
Civilización Egipcia
En Egipto encontramos criaturas mitológicas como la esfinge, que era el resultado de la unión entre el cuerpo de un león y la cabeza de un ser humano. Se construían frente a los templos para que los protegieran durante la noche, pero no eran consideradas divinidades.
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Muchos dioses egipcios también cumplían con esta característica. Ra, dios del Sol, era representado como una figura humana con cabeza de halcón. Set, dios del desierto y de la guerra, se dice que es un hombre con una cabeza similar a la de un galgo; aunque sus representaciones han ido variando por lo que no está claro. También Bastet, diosa de la protección y el amor era representada como una mujer con cabeza de gato. Los gatos fueron de siempre un animal adorado por los egipcios.
Grecia
En la antigua Grecia los dioses sí que acostumbraban a tener forma completamente antropomórfica, aunque Zeus en una ocasión se transformó en toro blanco para secuestrar a Europa, y llevarla hasta la isla de Creta. No fue la única vez que "el rey de los dioses" se transformó en animal para mantener relaciones sexuales, pues también tornó en cisne y en águila. Tan solo Hermes, quien era considerado el mensajero de los dioses, era un hombre alado.
No obstante, en lo que a criaturas fantásticas con características de especies diversas, fueron muy prolíficos. Pegaso (caballo alado); Centauro (mitad inferior caballo, mitad superior humano); Minotauro (cabeza de toro en cuerpo humano); Quimera (cabeza de cabra, cuerpo de león y cola de serpiente), Equidna (mitad serpiente, mitad mujer), hipogrifo (mezcla de león, caballo y águila) y un sinfín de ejemplos.
Una de ellas, dio incluso para que Disney hiciera una película en torno a su figura. Hablamos de La Sirenita. Aunque las sirenas de la mitología no eran tan amables como la protagonista de la película. Atraían a los barcos con su música para hacerles naufragar entre las rocas.
China
No es algo exclusivamente europeo. Como sabemos, la cultura china da mucha importancia a los animales. Cada año se le dedica a un animal de los doce que forman el horóscopo chino. Pero también podemos encontrar criaturas que incluyen varias especies, como el baku, que tiene cabeza de león, cuerpo de caballo y patas de tigre.
Incluso entre los mayas y aztecas, asentados en América hasta la llegada de Cristóbal Colón, también creían en la existencia de este tipo de figuras mitológicas. Algunos mitos aún hoy se mantienen, aunque sea en la ficción, como por ejemplo el licántropo u hombre lobo. Una criatura que aparece en innumerables películas y libros.
Sin embargo, en el mundo de la ciencia, siempre se había guardado mucho respeto a este tipo de experimentación. Desde una perspectiva religiosa, este tipo de investigaciones serían como "jugar a ser Dios", una falta muy importante en todas las creencias. Además, tampoco se sabe qué consecuencias podría acarrear en caso de que no exista toda la buena fe que debería en los que llevan a cabo estos experimentos.
En cualquier caso, el mundo de la ciencia avanza a pasos agigantados, y nadie sabe a "ciencia" cierta que derroteros tomará en los próximos años. Pero parece ser que muy pronto llegarán nuevos avances en este campo. Y quien sabe, puede que 'Los Simpson' hayan acertado una vez más, y en unos años tengamos una paloma-rata.