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8 curiosidades sobre Freddie Mercury: el artista que marcó a toda una generación
La música de Freddie Mercury le convirtió en uno de los artistas imprescindibles del siglo XX. Su personalidad, en una leyenda inmortal. Nos adentramos en la vida del líder de Queen para conocer mejor a la persona que había detrás del cantante.
31 Octubre 2018
|Pasan los años y Freddie Mercury sigue tan presente como cuando abarrotaba estadios en los 80. Su muerte en 1991 convirtió el mito en leyenda, y tres décadas después podemos asegurar que su legado será eterno.
Pero, ¿conocemos todo sobre el vocalista y líder de Queen? La innumerable lista de canciones para la historia de la banda está estrechamente ligada a la personalidad del cantante, de la que apenas pudimos saber nada mientras vivía dada su obsesión por mantener su vida privada fuera del ruido mediático. Con esto no queremos decir que tuviera una existencia tranquila y monótona, ni mucho menos. Con el paso del tiempo, las innumerables curiosidades y anécdotas sobre Mercury se han hecho públicas, pero no han llegado a todos. Acompáñenme en este viaje y descubramos juntos los secretos de uno de los artistas más importantes del mundo de la música.
1 Ni se llama Freddie, ni se apellida Mercury
La primera en la frente. Si no sabíais esta, es obligatorio leerse el artículo. Su verdadero nombre es Farrokh Bulsara, y nació un 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar, antigua colonia británica, aunque pasó buena parte de sus primeros años estudiando en la India. Fue allí, en el colegio St. Peter de Bombay, donde sus compañeros de clase le apodaron Freddie porque no sabían decir bien Farrokh.
El mote de Mercury sí se lo puso él mismo bastante tiempo después. Corría el año 1973 y Queen sacaba su primer disco, que llevaba el mismo nombre. Por aquel entonces, el vocalista era conocido como Freddie Bulsara hasta que compuso 'My Fairy King'. En una de sus frases Freddie dice: "Mother Mercury, look what they've done to me" ("Madre Mercurio, mira lo que me han hecho"). La canción era especial para él ya que iba dedicada a su propia madre, por lo que decidió quedarse con Mercury como apellido artístico.
Además de Freddie Bulsara y Freddie Mercury, Larry Lurex también estuvo presente en los tiempos de la grabación de 'Queen', el primer álbum de la banda. ¿Quién es Larry Lurex? Muy sencillo, la misma persona que Freddie Bulsara y Freddie Mercury. Nuestro protagonista quería comerse el mundo en esa época, y aparte de grabar con su grupo tenía otros proyectos que quería probar. Para separar uno de otro, decidió ponerse un nombre ficticio. Total, por otro más... Larry Lurex sacó dos canciones, 'I Can Hear Music' y 'Goin Back', versiones de los éxitos de The Beach Boys y Dusty Springfield, respectivamente.
2 El logo de Queen es obra suya
Freddie estudió Arte y Diseño Gráfico en el Ealing College of Art de Londres, profesiones a las que tenía pensado dedicarse en caso de no triunfar en el mundo de la música. Su pasión por el arte japonés y español, con Miró y Dalí a la cabeza, le acompañaron toda su vida. Sus dotes artísticas le permitieron crear el logo de la banda, una combinación de los signos zodíacos de los cuatro integrantes:
- Cangrejo: el símbolo de Cáncer, por Brian May
- Leones: Roger Taylor y John Deacon son Leo
- Ninfas o hadas: representación de Virgo, el signo de Freddie Mercury
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Por último, el ave fénix que sobrevuela al resto de animales y seres representa el renacer de los cuatro tras varios intentos frustrados en otras bandas. Aunque el diseño no fue demasiado usado por Queen durante sus años de esplendor, tras la muerte del cantante se convirtió en todo un símbolo de la cultura popular.
3 Un bigote que escondía un trauma
Freddie Mercury tuvo varios cambios de estilo durante las dos décadas que se mantuvo en activo. En los 80 llegó el bigote, convertido en su seña de identidad. Lo que no todo el mundo sabe es que dicho look tenía una explicación, no era una mera cuestión de ir a la moda. El vocalista odiaba sus dientes desde pequeño, y tenía muy claro arreglárselos cuando ahorrara el dinero suficiente. Una vez pudo acometer de sobra el coste del tratamiento, el temor a que algo saliera mal y repercutiera en su voz le hizo abandonar la idea. Como su inseguridad seguía intacta, optó por la solución más sencilla, la de dejarse el bigote largo. A nivel de imagen fue un éxito.
4 Los diez gatos de Freddie
Una de las mayores obsesiones de un tipo con bastantes obsesiones fueron los gatos. Hasta diez tuvo Mercury, como si de Lisa Simpson se tratase. Pero, al contrario que la niña de Springfield, no todos se llamaban igual. Aquí tenéis el listado: Oscar, Tom, Jerry, Tiffany, Lily, Mike, Goliath, Dorothy, Romeo y Delilah.
Este último fue realmente especial para el artista, hasta el punto de dedicarle una canción. El resto tuvo que contentarse con ponerse al teléfono cada vez que su dueño se iba de viaje y no podía llevárselos consigo para así escuchar su voz, petición expresa de Freddie.
5 Mary Austin, su verdadero amor
Mientras leéis este apartado, hacedlo con 'Love of my life' de fondo, la canción que el cantante le dedicó a Mary Austin, y le daréis un toque romántico al párrafo.
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El amor de la vida de Freddie Mercury, como él mismo se encargó de decir, fue aquella chica rubia de ojos claros que trabajaba en los almacenes de ropa Biba cuando Farrokh Bulsara vendía prendas en un mercadillo de al lado. Él quedó prendado de ella, pero no era simple atracción, sino más bien un sentimiento de amor platónico que le acompañaría toda su vida. Un par de años después de conocerse empezaron a salir, y Mary presenció en primera plana el auge de la banda y el boom de Mercury.
Su relación duró seis años, y aunque bastante tormentosa terminó de la mejor manera, con la pareja manteniendo la amistad y el cariño tras la confesión del cantante sobre su homosexualidad. A pesar de la ruptura, Mary Austin seguiría siendo la mano derecha de Freddie, su persona de máxima confianza. El sentimiento era mutuo, porque cuando ella rehizo su vida, con matrimonio y dos hijos, su ex fue el padrino del primer niño.
Austin, quién si no, fue la primera a la que el vocalista contó que tenía sida. Su vínculo se estrechó todavía más dada la creciente fragilidad de Freddie y la necesidad de cubrir un vacío que ni los miembros de Queen, ni su manager, ni su novio Jim Hutton podían llenar. Solo ella.
Mary Austin recibió la mitad de la fortuna de Mercury tras su muerte, junto a la mansión de Kensington en la que pasaron tantos momentos juntos. Pero lo más importante fue que se hizo cargo, a petición expresa de Freddie, de sus propios restos mortales. Hoy en día, más de 25 años desde aquel trágico suceso, aún se desconoce dónde está enterrado el cantante. Mary, su Mary, es la única que lo sabe.
6 Sexo, drogas y rock & roll
Podríamos llegar a pensar que la decisión de Freddie de no operarse los dientes para no perjudicar su voz solo la toma un hombre claramente preocupado por su salud. Solo había que pasar una noche a su lado para olvidar y enterrar esa idea. El desenfreno y la pasión por la cocaína acompañaban a un Mercury cuyas fiestas siguen recordándose en la actualidad.
Invitados de todo tipo, camareros con bandejas llenas de droga para gozo y disfrute de todo aquel que quisiera o una legión contratada de prostitutas y gigolós para terminar la noche eran habituales en las grandes fiestas del líder de Queen. En septiembre de 1985, Freddie quiso celebrar su 39 cumpleaños en una multitudinaria fiesta de disfraces que dicen que se prolongó varios días. Fue su obra magna en este sentido, junto a aquel 31 de octubre de 1978 en Nueva Orleans en la que se presentaba el álbum 'Jazz'.
Cocainómano, alcohólico y sin hacer ascos a la heroína, su gran adicción fue sin embargo el sexo. Protagonista de innumerables orgías con chicos a los que muchas veces pagaba, también tuvo decenas de novios y amantes hasta que encontró la estabilidad con Jim Hutton, un hombre que ni siquiera sabía quién era Freddie. Estuvieron juntos hasta su muerte en 1991.
7 Michael Jackson y Freddie Mercury: lo que pudo ser y no fue
Freddie Mercury tenía muchos amigos, y no desconocidos precisamente. David Bowie, Paul McCartney, Elton John o Lady Di eran muy cercanos al de Zanzíbar. A principios de los 80, esta exclusiva lista de amistades contaba con un miembro más de renombre, Michael Jackson.
Hay veces que conoces a una persona y en cuestión de meses ya sois íntimos. Es lo que le sucedió a estos genios de la música, a los que les unió la admiración mutua a la misma velocidad que los separó las excentricidades y los excesos. Freddie estaba en plena crisis con su banda, y Michael ya era todo un ídolo en solitario gracias a su álbum 'Off the Wall'. Mercury vivió una temporada en Los Angeles y pasó mucho tiempo en la mansión de Jackson. Allí decidieron grabar tres temas juntos: 'Victory', 'State of Shock' y 'There Must Be More To Life Than This'.
¿Qué ocurrió en ese período entre 1981 y 1983 que se cargó la relación? Varios factores. Por un lado, la drogadicción del cantante de Queen no le hacía mucha gracia al rey del pop. Todavía menos que se metiera coca y se pinchara heroína en su mansión. Pero claro, tampoco es que Michael Jackson fuera un tipo corriente. A él no le iban las drogas, sino llevarse animales al estudio. Primero su chimpancé Bubbles, que situaba entre él y Freddie y al que le iba preguntando si le gustaba la maqueta. Si con eso no había suficiente, a veces también se traía a su llama. Y así, hasta que Freddie Mercury dijo basta y cogió un avión de vuelta a Inglaterra.
En entrevistas posteriores afirmaba sin mucha fe que esperaba terminar esas canciones. Lo que sucedió en realidad es que 'State of Shock' la cantó MJ con Mick Jagger y 'There Must Be More To Life Than This' Mercury en solitario en su único álbum sin Queen, 'Mr. Bad Guy', de 1985. ¿El nombre del disco iba dirigido a su examigo? Sabiendo que entre ellos se llamaban 'Mr. Bad', es probable. Michael Jackson lanzó 'Bad' dos años después. Nunca sabremos si se estaban enviando mensajes o todo es fruto de la más remota casualidad. Lo cierto es que nos perdimos a un dúo que podría haber hecho historia junto. Al menos las maquetas de 'State of Shock' y 'There Must Be More To Life Than This' de aquellos tiempos en California perviven.
8 Los 'últimos' de Freddie Mercury
Desde que se enteró en 1987 de que era seropositivo hasta que la bronconeumonía agravada por el sida terminó con él, Freddie Mercury sufrió un progresivo y constante deterioro físico. Quién le iba a decir a los 120.000 miles de fans que abarrotaron el 9 de agosto de 1986 el Knebworth Park de Londres que estarían presenciando el último concierto de Queen.
Aquel día la banda cerró su gira Magic Tour, y no volvió a reunirse sobre un escenario. Meses después al cantante le confirmaban que era portador de la enfermedad, algo que ya intuía, y se centró en crear durante el poco o mucho tiempo que le quedara de vida. Su sistema inmunológico se fue debilitando a la vez que el carcoma de Kaposi atrofiaba su débil y delgado cuerpo.
Nada detuvo a Freddie para seguir con su música. El 8 de octubre de 1988 cantó por última vez en directo junto a Montserrat Caballé en la plaza Buigas de Barcelona, frente al Museo Nacional de Arte. De marzo a noviembre de 1990 Queen grabó su último álbum, 'Innuendo'. Fue allí donde Mercury les contó al resto su enfermedad, un secreto que solo conocían Mary Austin, Jim Hutton, su manager personal Peter Freestone y el manager del grupo Jim Beach. La última canción que grabaron, con Freddie ya en pésimas condiciones, fue casualmente 'The Show Must Go On', uno de sus temas más míticos. El último videoclip, el de 'These Are The Days Of Our Lives', el 30 de mayo de 1991. En él, el vocalista aparece con signos de extrema delgadez y muy maquillado para tratar de mejorar su rostro. Falleció seis meses más tarde.
Precisamente, su último 'último' tuvo lugar el 23 de noviembre. Ya en las últimas, Freddie Mercury decidió contar la verdad públicamente a través de un comunicado. Decía lo siguiente:
Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas de VIH y que tengo sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, es hora de que mis amigos y mis fans de todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella.
Fue su última voluntad, la que parecía tener guardada en su interior desde que le diagnosticaron el VIH. 24 horas después, nos dejó para siempre. 27 años más tarde, sigue entre nosotros.