Flygskam: ¿qué es y por qué los famosos lo ignoran?

Flygskam, el rechazo a volar por las emisiones que se generan: descubre el fenómeno que los famosos desconocen

Entre tanta polémica por el uso de los jets privados por parte de los famosos, un término reciente ha vuelto a ponerse de moda: 'flygskam', la vergüenza o rechazo a volar por motivos ecologistas, cada vez más presente en las nuevas generaciones.

Por Gabriel Fidalgo  |  08 Agosto 2022

La lucha contra la contaminación medioambiental es algo que incumbe a todo el mundo, pero no todos tenemos la misma concienciación sobre el cambio climático. Mientras tú tratas de reciclar separando los residuos, y te preocupa el nivel de polución en tu ciudad, hay a quien, simplemente, le da absolutamente igual. Y bueno, si esa persona es tu vecino del 2ºC, le podrás criticar, pero su impacto no deja de ser mínimo si el resto de la sociedad funciona como es debido. El problema surge cuando se demuestra que los más desinteresados en que el mundo cambie son los que tienen dinero. Cero sorpresas, por otra parte.

El sitio web de análisis de datos Yard ha publicado una lista de los famosos que emiten más CO2 cuando vuelan en sus aviones privados. La iniciativa de querer obtener esa información partió del usuario Jack Sweeney en 2020. Este no era un activista medioambiental, sino un adolescente interesado en Tesla, la aviación y el espacio. Sus primeros estudios en Twitter sobre el uso de los aviones privados por parte de los famosos molestaron al propio Elon Musk, que instó al chico a borrarla varias veces. Como respuesta por las amenazas de su ídolo, el joven creó varios bots especializados en el seguimiento de aviones de famosos y multimillonarios en 2022. Su idea ha inspirado a muchos otros usuarios y ya se han creado varias cuentas dedicadas a lo mismo.

Jack Sweeney ahora también vigila a los oligarcas rusos y al presidente Putin
Jack Sweeney ahora también vigila a los oligarcas rusos y al presidente Putin New York Post

Los datos proporcionados por Sweeney y recopilados por Yard colocan a Kylie Jenner, Taylor Swift, Jay-Z o Blake Shelton, como algunas de las personas que más contaminan por el uso de jets privados. La lista ha causado un revuelo en las redes sociales, con los usuarios divididos entre incriminar y defender a los famosos. Los jets privados pueden ser de 5 a 14 veces más contaminantes que los aviones comerciales, pero quienes defienden su uso indican que, en realidad, se trata de una nimiedad en comparación con el impacto medioambiental de las grandes corporaciones. Sin embargo, un informe de Oxfam indica que las emisiones de carbono del 1% más rico pueden duplicar las emisiones de la mitad más desfavorecida de la humanidad, por lo que su incidencia está ahí.

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Swift, la 'honrosa' vencedora del ranking, ha usado su avión más de 100 veces de enero a julio de 2022, sin tener ni una décima parte de conciertos y compromisos laborales que pudieran justificar en mayor medida tanto viaje. Más sangrante es todavía lo de Kylie Jenner, que ha llegado a realizar vuelos de tres minutos, para así evitar viajes de 40 minutos en coche. Le supondría un gran esfuerzo, supongo.

La polémica foto de Kylie Jenner y Travis Scott con sus respectivos aviones privados
La polémica foto de Kylie Jenner y Travis Scott con sus respectivos aviones privados Instagram | @kyliejenner

A raíz de todo el debate generado por la falta de concienciación ambiental por parte de nuestros ídolos, y la enésima vez que nos damos cuenta de que los famosos no van a cambiar el mundo, hoy vamos a hablar del otro extremo, de aquellas personas a las que las emisiones generadas por los aviones les hacen sentir tan culpables, que directamente deciden no volver a volar. Porque sí, esas personas existen, y cada vez son más, agrupadas en un término sueco: flygskam.

¿Qué es y qué significa flygskam?

Los países del norte de Europa siempre han estado muy preocupados por la situación de emergencia medioambiental. Se sabe que una de las mayores formas de contaminación es la de ir en avión, algo que afecta directamente a la capa de ozono. Varios estudios han señalado que la aviación comercial emite entre un 2% y un 6% del total mundial de gases de efecto invernadero a la atmósfera. La nación que más se ha concienciado sobre las consecuencias de este método de transporte es Suecia, lugar en el que sus habitantes evitan volar lo máximo posible. Este modo de actuar se ha denominado flygskam, que significa literalmente "vergüenza a volar", y que tiene que ver con el rechazo que existe entre la población a coger aviones comerciales por su impacto en la capa de ozono.

El medallista de oro olímpico y ahora comentarista Bjorn Ferry fue uno de los primeros impulsores del flygskam, ya que viajaba cientos de kilómetros en tren a eventos deportivos y se negaba a volar por el cambio climático. Varios activistas crearon muros de Facebook y hashtags para compartir alternativas a los aviones y denunciar la situación de contaminación. Todas estas acciones provocaron que el transporte ferroviario aumentara su frecuencia en el país, en detrimento del aéreo, que empezó a caer en picado. La aviación ha respondido con la promesa de implementar motores más ecológicos para 2050, pero los suecos han criticado la lentitud del desarrollo del proyecto.

Las aerolíneas suecas buscan incentivar los viajes, de momento sin éxito
Las aerolíneas suecas buscan incentivar los viajes, de momento sin éxito Freepik

El flygskam se ha extendido por Europa, y varios países ya han acuñado el término o lo han adaptado a su propio idioma. Por otro lado, los suecos también han creado el tagskryt: el orgullo de viajar en tren. Algunos de los que utilizan este medio tratan de animar a sus compatriotas a hacer lo mismo subiendo fotos de sus viajes con el hashtag #tagskryt. Además, han desarrollado un nuevo concepto para los que utilizan el avión pero prefieren esconderlo: smygflyga, o volar en secreto, sin decírselo a familiares o amigos para evitar críticas.

Una alternativa menos dañina

Se podría decir que las acciones de los famosos afectan a todo el mundo, pero no se puede acusar de la situación del planeta a una sola persona, como la misma Kylie Jenner. Es cierto que las empresas más ricas son tan culpables como ellos, pero se les puede exigir que asuman sus responsabilidades haciendo presión social. Ya hay en marcha varios proyectos de prevención contra el cambio climático, como la Agenda 2030 de la ONU y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Dentro de ellos, podemos encontrar un fomento y la mejora de otros medios de transporte que no sean el avión. Algunas figuras públicas, como la activista Greta Thunberg promueven estos cambios y prefieren viajar en tren o en barco.

Por ahora, el vuelo comercial se sigue presentando como la opción más barata y rápida de viajar. Sin embargo, el sector del ferrocarril no se va a quedar atrás y ya está buscando opciones para hacerle frente. No obstante, y por mucho que lo intenten, los usuarios no van a poder obligar a las celebridades a dejar de utilizar sus jets privados. Aun así, no habría motivos para que no empiecen a utilizar más el tren, aunque sea montados en uno de lujo.

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