Finsta, o cómo huir del postureo de Instagram... en Instagram
Finsta es una iniciativa de los usuarios para luchar contra la vida irreal que promulga Instagram. Se trata de una cuenta (normalmente privada) donde compartir tus fotos más reales, huyendo de las apariencias dentro de la plataforma madre del postureo.
05 Octubre 2022
|Para los jóvenes españoles, Tuenti está directamente ligado con el comienzo de las redes sociales y el compartir su vida a través de ellas. En 2006 nada importaba, no teníamos un concepto de nuestra imagen en la red social. Compartíamos sin complejos nuestras fotos más vergonzosas con amigos. No fue hasta la creación de Instagram en 2010 que iniciamos el camino hacia la perfección.
En España, el boom llegaría unos años más tarde, en parte porque teníamos las necesidades cubiertas con Tuenti. Con su caída, el desembarco a Instagram fue masivo, y en 2015, la red social contaba con más de 7 millones de usuarios dispuestos a compartir la delicatessen que se estaban comiendo, lo divertidas que estaban siendo las vacaciones en Matalascañas y el buen rollo que había con sus amigos. Porque compartir las sobras que comiste el otro día, las discusiones con tu madre o cómo todos hablan mal de todos a sus espaldas en tu grupo de amigos no resulta tan estético. Con esto empieza la carrera por ver quién tenía la vida más perfecta, más seguidores, quién era el más guay. En resumen, el postureo (o la falsedad, como quieras llamarlo).
Aunque el auge del postureo comienza digitalmente en Instagram, el ser humano lleva buscando casito impostado desde la Antigüedad, literalmente. En el año 356 a.C, Eróstrato incendió una de las 7 maravillas del mundo antiguo, el Templo de Artemisa, solo para ser recordado. ¿Cuántos likes tendría Eróstrato por ello si tuviese cuenta en Instagram y lo subiese en un Reel?
Volviendo unos miles de años más adelante, el régimen de terror de Instagram, con los problemas de autoestima que han generado a un par de generaciones, han provocado una reciente corriente contraria de insurrección hacia todo lo que supone Instagram. Todos conocemos BeReal, la gran precursora, así como TikTok Now, la gran... ¿copia? Pero hay una tercera vía, y está actuando desde dentro: Finsta.
¿Qué es Finsta?
Finsta es un juego de palabras entre fake (falso) e Instagram. Desde 2018, comenzaron a surgir cuentas secundarias en Instagram con el fin de compartir fotos más personales, reales y auténticas. El Finsta suele ser una cuenta privada en la que solo se da acceso a un círculo de personas más reducido, pudiendo mostrarte tal y como eres, sin filtros ni encuadres trabajados.
Esto hace que muchos famosos, habituados a mostrar siempre su mejor cara, tengan Finsta para descansar de lo que la gente espera de ellos. Kristen Stewart, Gigi Hadid y Ben Affleck han afirmado tener una cuenta secundaria. Incluso Rosalía la tiene, y además pública, con 'solo' 400.000 seguidores, una minucia en comparación a los 22,4 millones que tiene en su cuenta principal.
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¿Tiene la culpa Instagram de cómo usamos su app?
En parte, Instagram es un reflejo de la vida misma. Una vida en la que nos preocupamos por el qué dirán y no dejamos entrever nuestras desgracias diarias. Por otra parte, ¿hace falta realmente mostrar lo malo en una red social y no guardarte nada para ti o tus seres queridos? Es difícil encontrar el fino equilibrio entre "ser más real" en redes sociales y caer en sobreexponerse en internet, como ya hemos visto con el fenómeno del sadfishing.
Entonces, ¿la culpa es de Instagram? Sí y no. Es un hecho que desde Meta, propietaria de Instagram, saben el efecto que esta app puede llegar a causar en quienes la usan. En 2021, Wall Street Journal publicó los datos de la filtración interna producida en la compañía de Zuckerberg. Diapositivas, mensajes y documentos varios mostraron que la compañía llevaba tres años estudiando el impacto de Instagram en la salud mental de sus usuarios.
¿A qué conclusión llegaron? La red social "empeora los problemas mentales sobre la propia imagen en una de cada tres adolescentes". Lo peor de todo es que Zuckerberg y toda la compañía lo saben desde 2019 y no han hecho nada para cambiarlo. Está claro que la salud mental no les sale rentable.
Según esta filtración, el algoritmo de Instagram alimenta la llamada comparación social, un fenómeno por el cual los usuarios valoran su propia belleza, riqueza y éxito comparándose con otras personas.
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Pero, para ser justos, la raíz del problema no son las redes sociales. Prueba de ello es que la teoría de la comparación social lleva estudiándose desde 1954, cuando fue propuesta por el psicólogo social Leon Festinger. Instagram solo exacerba las inseguridades que ya arrastramos. Si bien antes podíamos ver en la calle cómo otras personas llevaban ropa de marca que nosotros no podíamos permitirnos, ahora también tenemos un recordatorio diario de ello a través de nuestros teléfonos. Navidades con decenas de regalos, parejas perfectas y vacaciones de ensueño que no creemos ser capaces de alcanzar. Pero la realidad es que no es oro todo lo que reluce.
Huyendo dentro de la jaula
Resulta irónico querer huir de la presión de cuentas perfectas, un feed cuidado y una imagen perpetua de felicidad en una plataforma como Instagram, la reina del postureo.
Nos cabe preguntarnos qué podemos hacer nosotros para evitar que esto nos afecte. La base del problema no son tanto las redes sociales como el uso que hacemos de ellas y nuestra propia autoestima a la hora de agarrar la pantalla y consumir horas de postureo.