'Exponiendo Infieles', el fenómeno mexicano que revoluciona YouTube

Badabun

'Exponiendo Infieles': el fenómeno mexicano de YouTube que se ha hecho viral rompiendo parejas

Si nos preguntábamos de qué otras maneras Internet podía indagar en la vida primada e íntima de las relaciones, llega 'Exponiendo Infieles', el nuevo fenómeno de YouTube que oscila entre los límites de la ética y la diversión, pero que tiene enganchadas a millones de personas.

Por Celia Varona  |  06 Febrero 2019

El canal de YouTube 'Badabun' lleva ya algún tiempo publicando unos vídeos titulados 'Exponiendo Infieles'. En ellos, una youtuber entrevista a parejas por las calles de las ciudades de México. A cambio de cien o doscientos pesos, Lizbeth Rodríguez pide que le dejen revisar el teléfono móvil, ya sea Messenger, Instagram, WhatsApp o la galería, para demostrar que esa persona es fiel a su pareja y no hay nada sospechoso de lo que preocuparse.

La mayoría de las parejas a las que entrevista son infieles, por una de las partes o por ambas. Se descubre el pastel y se monta el pollo, como no podía ser de otra manera. La cámaras y micrófonos de Badabun lo recogen todo: gritos, golpes y malas explicaciones nada convincentes por parte de la persona infiel. El show está servido, como se puede ver alrededor de las cámaras de Badabun, con decenas de personas grabando todo el espectáculo.

Parejas de todas las edades descubren infidelidades de lo más variadas: con familiares, con más de una persona, durante más de 20 años o durante los tres días que dura la relación. A través de fotos, vídeos, mensajes o llamadas, Lizbeth interroga a los dueños del móvil hasta revisar todo el teléfono.

Este fenómeno ha revolucionado Internet, ya sea porque nos atrae ver las desgracias ajenas o porque nos gusta el cotilleo. Ahora bien, pasados ya 50 programas en los que hemos visto de todo, es inevitable abrir una serie de debates morales y sobre la autenticidad del mismo: ¿Está amañado? ¿Son actores y actrices? ¿Está bien destapar esas cosas en público? ¿Qué tenemos que pensar de nosotros mismos al vernos disfrutar con el sufrimiento ajeno? ¿Cómo nos iría en el programa?

Podemos responder a una de las respuestas. Como Lizbeth ha desvelado en varias entrevistas, muchas veces la elección no es aleatoria, está pactada. Un miembro de la pareja que no se fía de su novio o novia acuerda con ellos quedar en un sitio determinado. Las cámaras y Lizbeth llegan y se hace el sorprendido o sorprendida para conocer todo sobre su pareja. Porque intentar confiar en ella, como que no. En un vídeo del mismo canal, Lizbeth desvela que selecciona los mensajes que le llegan acerca de sospechas de infidelidades y acuerda a quién entrevistar. También firman una hoja con derechos de imagen y otros acuerdos con el programa. Aparte de las cámaras y ayudantes, el equipo de Lizbeth tiene una persona de seguridad para evitar agresiones a cualquier miembro Badabun o entre las propias parejas.

¿Vale todo?

Entendido cómo funciona y después de haber visto un par de capítulos... o cinco seguidos, como me pasó a mí, vamos al debate. ¿Cómo podemos definir este tipo de contenido? ¿Es ético, o la ética ya está pasada de moda? ¿Lizbeth es una Robin Hood moderna que vela por las causas perdidas o solo quiere carnaza para sumar visitas y popularidad? Ella misma cuenta que el motivo por el cual decidió embarcarse en esta aventura fue tras descubrir una infidelidad de su pareja. Por eso ahora, según asegura, presenta 'Exponiendo Infieles' para ayudar a la gente a descubrir lo que a ella tanto le costó.

Desconocemos cuánto de verdad tiene eso, pero volvamos a las parejas. Por una parte, no está de más destapar estos problemas en una relación. Supuestamente, si esta es sana y hay confianza y respeto, cualquier infidelidad puede tratarse hablándolo tranquilamente. Por otro lado, si la relación es abierta no debería haber ningún tipo de problema en separar lo físico de lo emocional.

Cabe señalar que la mayoría de relaciones que se muestran en 'Exponiendo Infieles' son celosas y controladoras. Nadie tiene ningún tipo de apuro en decir: "sí, le miro a mi pareja el móvil frecuentemente" o "tiene contraseña, eso es que tiene que ocultar". Y vale que todas las relaciones tienen sus más y sus menos, pero las que vemos en el programa difieren mucho de lo que se puede considerar una relación sana, con respeto y comunicación.

En los vídeos vemos como la parte que ha puesto los cuernos es humillada, la gente de alrededor le grita y, lo mínimo que hace la pareja es darle plantón. Y bueno, si consideramos que el infiel se lo merece, podemos dejarlo pasar, pero... ¿qué hay de quien sufre la infidelidad? La mayoría de veces se va del lugar mientras le grita a la otra persona que desaparezca de su vida. Quizás lo suyo sería que el perjudicado o perjudicada por el programa recibiera un poco más de atención por parte del mismo. Al fin y al cabo, acaban de fastidiarle la relación. ¿Qué pasa después? ¿Lo destapan y ya está? ¿Que siga su vida? No sé, ya que descubre eso pues... al menos un poco de ayuda emocional, ¿no? Y si la hay, en los vídeos no se ve, porque no interesa.

Para qué mentir, demasiadas cuestiones, tanto morales como de otros tipos, rodean a esta especie de reality. Es evidente que engancha, pero hay momentos tan violentos que rozan la legalidad y dejan un mal sabor de boca. Sin embargo, su viralización provoca que 'Exponiendo Infieles' esté cada vez más cerca de extenderse por toda Latinoamérica y quién sabe, de aterrizar en España. Vayan borrando sus conversaciones por si acaso.

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