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Te explicamos las cinco fases del duelo que te ayudarán a comprender mejor tus tiempos y sentimientos
Cuando nos dejan, nos traicionan o perdemos a alguien nos sentimos desorientados. Sin embargo, esto no es otra cosa que una fase en la vida de cualquier persona. Conocerla en profundidad te ayudará a afrontarla de otra manera.
06 Junio 2019
|Las pérdidas duelen. Los fallecimientos, las rupturas de pareja, las traiciones de amistades, etc., son posiblemente las experiencias más tristes que vivimos nosotros, como seres humanos y sociales. Sin embargo, todo tiene un comienzo y un fin, y el dolor y la pena que experimentamos también lo tienen. A este proceso de turbulencias, hasta volver al equilibrio, se le denomina duelo.
En este artículo vamos a ver las fases del duelo, porque conocer nuestros procesos es lo mejor para poder abordarlos, llevarlos y cuidarlos (y cuidarnos) mejor. Porque es cierto eso que dicen de que la procesión va por dentro, pero no podemos vivir sin exteriorizarlo. Después de esto, ¿cuáles son las fases del duelo?
1 Negación
Los primeros pensamientos cuando nos traiciona una amistad o rompen con nosotros es de negación. Los "estoy viviendo una pesadilla y me voy a despertar" o la incredulidad que sentimos, la paralización y el no saber reaccionar, todo a ello es fruto de esta primera fase. Es cierto que es de las más cortas ya que no puede sostenerse en una realidad y contrasta de pleno con esta. Esta etapa tiene mucho que ver con la forma de ser de la persona, que aceptará y se dará cuenta en más o menos tiempo de lo que verdaderamente ha ocurrido.
2 Ira
Cuando nos damos cuenta de que esa situación es real e irreversible (una persona ha fallecido, hemos perdido esa amistad o nuestra pareja no va a volver con nosotros), llega la ira y la frustración. Estos pensamientos pretenden dinamitar lo que queda de negación y afrontar la realidad de una manera brusca. La victimización, la furia y frustración contra la otra persona son características de esta fase. Tenemos que mantener la mente lo más fría posible, en la medida que podamos. La visualización, relajación y el conocimiento de que estas fases pueden servirnos de estrategias para lograr el autocontrol.
3 Negociación
Tratar de reemplazar las personas fallecidas por otras sin fundamento y de forma impulsiva es la estrategia de negociación más común. Las conversaciones que tratan de arreglar amistades o los intentos de volver con los ex también forman parte de esta etapa, que puede durar largo periodo en el tiempo y está muy unida a la esperanza irracional de volver a recuperar a esa persona, cuando quizás lo mejor sea echarse a un lado. Puede haber casos mínimos en los que las parejas se reconcilien, pero porque la situación no habrá sido tan extrema como para iniciar el proceso de duelo.
Conviene, en esta etapa, hacer frente a la realidad, expresarla y verbalizarla y poner nombre a los sentimientos y a por qué hacemos lo que hacemos. Esto nos ayudará a darnos cuenta de que la sensación de control y de recuperar a esa persona es errónea y nuestro proceso de duelo podrá continuar.
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4 Tristeza
Posiblemente sea la etapa más larga. Nos hemos dado cuenta de que no recuperaremos a esa persona y esos sentimientos de ira comienzan a relajarse (la ira y el enfado no son sentimientos permanentes, sino a corto plazo). Esta etapa podría materializarse en la escena de 'Bridget Jones' comiendo helado y chocolate, encerrada en casa, embutida en una manta y viendo películas de amor sin moverse del sofá. Afortunadamente, también se pasa.
El recrear situaciones de desamor y rutinas semejantes a la que nuestro cerebro ya ha visto (como películas) puede ayudarnos a avanzar en nuestro duelo. Si nos pasamos tres días comiendo chocolate y viendo comedias románticas, teniendo en nuestra mente que eso es lo que hay que hacer cuando hay una ruptura o una traición (y que es más complejo en caso de un fallecimiento) nuestro cerebro recordará todas esas escenas vividas y sabrá que hay un punto en el que el dolor pasa y la persona se reinventa.
Hay muchas estrategias para pasar esta laaaaaaaaaaarga etapa de la que no solemos ver el fin: escribir cartas a la persona perdida (sin entregárselas en caso de ruptura, claro) o grabar vídeos con las vivencias de cada día y la evolución del dolor o similares pueden ayudarnos a verlo todo con un poco de perspectiva.
5 Aceptación
No confundir con resignación, sentimiento que forma parte del punto anterior. La aceptación nos reinventa. Sufrimos un cañonazo de adrenalina y, si lo hacemos bien, sabremos sacar lo mejor de la relación perdida para transformarla en algo positivo y de aprendizaje.
Lo más importante es aprender de todo lo que hemos pasado, como hemos llevados el duelo, cómo hemos reaccionado a cada etapa y lo que hemos sentido. Esto nos permitirá tener más herramientas para afrontarnos mejor a situaciones venideras. Los duelos, si se completan bien, refuerzan.
Para que el duelo se complete bien, es necesario que ninguna de las etapas y los sentimientos se patologicen: que no se pase de la tristeza a la depresión ni de la frustración a la violencia irracional. Podrás superarlo.