¿Por qué cuando se acerca la época navideña sentimos tristeza o angustia? Hay una explicación
La depresión navideña existe, y hay muchas razones por las que puedes estar triste en Navidad.
29 Noviembre 2021
|La Navidad es momento de reencuentro, de solidaridad, de ilusión, en el que parece casi obligatorio tener que ser feliz, sonreír y ser amable. Sin embargo, para aquellas personas que no les gusta la Navidad porque se sienten presionados a reproducir unos comportamientos con los que no se sienten identificados, o aquellas que están pasando por un mal momento, esta época podría no hacer más que potenciar esa angustia y ansiedad que padecen.
No ayuda en estas circunstancias la situación actual, donde la pandemia, las restricciones y las preocupaciones no parecen tener fin. Si a todo esto le sumamos el aumento de casos de problemas de salud mental, estamos ante una Navidad que contará con muchos detractores, especialmente jóvenes. En Menzig hemos querido hablar con cinco de ellos, que nos exponen sus sentimientos acerca de la Navidad que se avecina, y que seguro que muchos lectores compartirán:
- Mario: "Me veo obligado a ver a familiares que no veo en todo el año por el simple hecho de ser Navidad y ser mi 'familia'."
- Andrés: "El capitalismo ha hecho que parezca que solo importen los regalos cuando hay muchas cosas más."
- Antonio: "La Navidad me pone un poco triste porque soy muy familiar y hay años -como este- en los que no nos podemos reunir todos."
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- Roberto: "No lo vivo con la misma ilusión porque van pasando los años y la Navidad ya no es lo que era. Me pongo muy nostálgica en estas fechas."
- Pascual: "Me gusta la Navidad pero este año sí que estoy un poco más triste porque mi abuela ha fallecido y pensar en la cena de Nochebuena sin ella me desgarra".
La pérdida de un ser querido, estar pasando por una mala racha laboral, la añoranza de la infancia o la soledad son algunas de las causas que provocan tristeza y melancolía. No ayuda el bombardeo mediático al que nos vemos expuesto durante un mes, ya sea en las noticias, los anuncios, las redes sociales o las películas de la sobremesa. Tanta felicidad, tanto rojo y verde y tanto sentimiento opuesto al que estamos experimentado nosotros nos puede llevar a pasarlo peor.
La Navidad también es ese momento en el que solemos hacer balance y reflexión sobre cómo ha ido el año. Algunos harán una lectura llena de éxitos y deseos conseguidos mientras que otros apuntarán un año negativo, sumando otro sin alcanzar el objetivo deseado. Dependiendo de las circunstancias, se encararán con más o menos ilusión las Navidades. Hay personas que por lo contrario, no es que estén pasando por un momento complicado sino que la Navidad en sí les produce rechazo, y esto genera un deseo de que pase con rapidez siempre, de cerrar los ojos el 23 de diciembre y abrirlos el 8 de enero.
Reuniones incómodas con familiares, cenas de empresas no deseadas, reencuentros con antiguos compañeros de colegio o universidad o la oposición hacia un consumismo excesivo son algunos ejemplos de compromisos y situaciones con los que una persona puede no identificarse y cuya presión social provoca ansiedad. Y todo ello es COMPLETAMENTE NORMAL. No te angusties si la Navidad no es lo tuyo o si te sientes un bicho raro. Ya sea temporal o indefinidamente, alejarte de la Navidad en la medida de lo posible es tan respetable como querer lucir jerséis navideños cada día de diciembre. No pienses que lo tuyo es peor.
Cómo prevenir y combatir la 'depresión navideña'
Si la Navidad te causa una especie de depresión o directamente la odias, existen algunos trucos para sobrellevarla lo mejor posible:
Ser consciente y reconocer los sentimientos negativos que nos provoca la Navidad.
- Aceptar que no nos gusta la Navidad, entender que estamos mal y permitírnoslo.
- Averiguar el conflicto , qué es lo que realmente nos daña, o por qué nos afecta este periodo festivo. Cuando lo localicemos, deberemos trabajar en él para que este tiempo no suponga una angustia en nuestras vidas.
- No seguir ningún patrón establecido de celebración. Cuantas más expectativas te hagas, más frustraciones sentirás y es más fácil que te entristezcas.
- Vivir el presente y ser más positivo. Dejar atrás los pensamientos negativos y poner el foco en lo positivo, en lo que sí tienes, en lo que sí puedes disfrutar por pequeño que sea.
- Contar a nuestro entorno cómo nos sentimos en estas fechas.
- El autocuidado: buscar pequeños momentos de respiro, de cuidado, poder estar a solas, relajarse o pedir apoyo pueden alejar el estrés.