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La depresión en los deportistas, un mal que sigue presente
Las enfermedades mentales continúan siendo una de las barreras que la ciencia busca romper. El caso de Álex Abrines ha sido el último en sumarse a la lista de los deportistas que han dado a conocer que han sido víctimas de depresión.
04 Julio 2019
|El jugador de baloncesto Álex Abrines ha desvelado por fin la causa de su ausencia de las pistas de baloncesto. El escolta español ha anunciado a través de su cuenta de Twitter que ha sufrido una depresión durante los últimos meses. El jugador balear ha publicado un vídeo en el que transmite, de forma breve, su relación con el baloncesto durante esta etapa.
#Queridobalón???? pic.twitter.com/AWnh5JDxeq
— Alex Abrines (@alexabrines) 3 de julio de 2019
La situación de Álex Abrines cambió de la noche a la mañana. Hace pocos meses, el escolta anunció que dejaba de jugar al baloncesto. Se desconocía si aquel comunicado certificaba su retirada, ya que la información no fue detallada ni por él, por alguien cercano a él ni por ningún medio de comunicación. Cortaba de raíz su vínculo con los Oklahoma City Thunder de la NBA, acordando que la franquicia no le pagase ni un solo dólar del contrato que restaba en su contrato. Esto solo provocó una mayor incertidumbre a su caso. Hasta que ya hemos descubierto la verdad.
No es el primero
El caso de Álex Abrines no ha sido el único caso que ha sufrido de alguna enfermedad mental que se ha visto tanto en la NBA como en el mundo del deporte. Su nombre se suma a los de Kevin Love, DeMar DeRozan o Paul Pierce en la liga estadounidense, mientras que deportistas como Michael Phelps, Rafael Nadal, Anna Boada o Andrés Iniesta también han sufrido depresión. Por no hablar del futbolista Robert Enke, quien fuera portero del F.C. Barcelona y se suicidó después de varios años de sufrir una depresión que no hizo pública.
En el vídeo publicado por Álex Abrines, el jugador nacido en Palma nos habla sobre cómo su relación con el baloncesto cambió por completo. Pasó de ser prácticamente su vida, a ser un factor que le daba miedo, que incluso llegó a odiar y que evitaba afrontar. Su relato recuerda mucho al de Kevin Love, que hablaba así sobre uno de los episodios más trágicos de su vida: "Sufrí un ataque de pánico en pleno partido. Todo me daba vueltas. Era como si mi cuerpo tratara de decirme que estaba a punto de morir". Sus palabras en 'The Players Tribune' conmocionaron a la NBA y al mundo, y se empezó a tomar conciencia sobre las enfermedades mentales en la élite del deporte.
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Un obstáculo difícil de superar
Los deportistas se enfrentan a grandes retos durante toda su carrera. Desde que son pequeños tienen que conciliar el máximo rendimiento con la vida familiar, social y educacional. Mientras que, una vez llegan a la élite (los que lo consiguen), esos retos se ven multiplicados exponencialmente.
La época actual en la que las personas deben mostrar su mejor cara en todos los momentos del día, este tipo de enfermedades acrecentan su efecto, ya que la tristeza se ve relegada a un papel individual y solitaria. DeMar DeRozan, jugador de San Antonio Spurs, también habló de la depresión, enfermedad que lleva padeciendo desde joven: "Es una de esas cosas que da igual lo invencible que parezca que somos, todos como personas al fin y al cabo".
Las lesiones, un factor diferencial
Una parte importante de las causas que llevan a los deportistas a sufrir una depresión es la presión, tanto mediática como deportiva. La capacidad de soportar una carga que día a día te exige ser el mejor, es un factor que no todos pueden llevar consigo, y menos si no se recurre a ayuda profesional. No obstante, existe otro punto más diferencial a la hora de mantener la mente serena.
Rafa Nadal, uno de los tenistas más importantes de la historia, ha destacado siempre por tener una actitud fuerte y soportar los golpes de una manera que sus rivales no podían. Sin embargo, el manacorí no pudo llevar solo una de las etapas más difíciles de su carrera: las lesiones. Sufría un agobio interior. No controlaba la bola ni la respiración. Reflexionaba: 'Lo has logrado todo y no tiene ningún sentido tener ansiedad a estas alturas', pero aun viendo todo eso muy claro, no lograba mantener el control", llegó a decir en su momento.
Andrés Iniesta, meses antes de conseguir el gol más importante de la historia de España, estaba inmerso en una vorágine de lesiones que que no le permitieron rendir al nivel que esperaba, ni al que se le exigía, lo que le hizo caer en depresión. "Caí en un pozo sin salida. Solo deseaba que llegase la noche para poder tomarme una pastilla y dormir. Me di cuenta de que o buscaba ayuda, o no sé dónde iba a parar. Cuando sufres depresión no eres tú" confesaba a Jordi Évole en el programa 'Salvados'.
Hemos consultado a Jesús Portillo, psicólogo deportivo de Psicólogos del Deporte Online, sobre algunas de las causas que pueden guardar relación con estos casos más actuales de depresión en deportistas. Si bien las redes sociales son una vía más de exposición de la intimidad, también puede ser una herramienta. "Creemos que desde la parte humana, es positivo que deportistas puedan dejar de esconderse cuando viven situaciones personales más difíciles. Esto les humaniza, y en ocasiones puede que incluso los espectadores se acerquen más al llegar a entender lo que puede estar viviendo esa persona" dice Portillo.
Uno de ellos es la exposición constante en redes sociales y la incapacidad de los deportistas para expresar su estado de ánimo. Jesús Portillo nos cuenta lo siguiente: "Por un lado, es evidente que conocemos mucho más hoy día de la vida de los deportistas famosos de lo que podíamos conocer años atrás". Y matiza: "Pero por otro lado nos gustaría pensar que también la sociedad está más sensibilizada con este tipo de cuestiones y eso hace que haya deportistas que decidan dar el paso a comentar por la realidad que están pasando en esos momentos".
La depresión, y en general las enfermedades mentales, son un tabú que se está diluyendo cada vez más. Los deportistas son víctimas igual que el resto, pero su influencia y repercusión pueden ayudar al resto a normalizar este tipo de situaciones y no encerrarse en una burbuja para evitar enfrentarse a lo realmente importante.