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La caída de DeMarcus Cousins: un infierno de lesiones acompañado de una orden de arresto
DeMarcus Cousins, quien fuera uno de los grandes nombres de la NBA, ha sido acusado de violencia machista por parte de una expareja. Es el último acontecimiento de la caída a los infiernos del pívot, que lleva dos años viviendo un calvario con las lesiones.
| 03 Septiembre 2019
La NBA está marcada de historias de superación, de hazañas épicas y de grandes nombres del deporte. Pero siempre, temporada tras temporada, la mejor liga de baloncesto del mundo nos trae algunas noticias trágicas. La última la ha protagonizado DeMarcus Cousins, actual pívot de Los Angeles Lakers, que ha recibido una orden de arresto. Según ha publicado el portal TMZ, el jugador habría amenazado e intentado estrangular a una expareja. Esta orden de arresto se ha emitido desde la corte municipal de Mobile, localidad que se encuentra en Alabama y lugar de nacimiento del jugador.
La noticia ha supuesto todo un shock para el mundo del baloncesto, tanto para los aficionados, como para jugadores y entrenadores. El jugador había fichado este mismo verano por Los Angeles Lakers, y se reencontraba con Anthony Davis, quien fuera su compañero de equipo en New Orleans Pelicans, además de su amigo. También se sumaba a LeBron James, considerado uno de los mejores jugadores de la historia. Con todo, el pívot parecía recuperar la importancia que una vez tuvo dentro de la NBA, pero parece no salir del infierno en el que se sumió hace apenas un año.
Un temperamento complicado
Después de militar en la universidad de Kentucky en su etapa en la NCAA, DeMarcus Cousins llegó como uno de los mayores talentos jóvenes de la NBA. Esto le valió para ser escogido por los Sacramento Kings, equipo en el que se convertiría en su estrella a la postre. El natural de Alabama tuvo un gran impacto en su primera temporada con los Kings, formando una buena pareja con Tyreke Evans, y que ilusionaba a la afición de Sacramento.
Su talento ha continuado desarrollándose con el paso de las temporadas. Sus estadísticas han mejorado con el paso de los años, así como su importancia, impacto y peso sobre la pista. Sin embargo, siempre ha habido un componente que le ha lastrado durante su carrera deportiva: su carácter.
DeMarcus Cousins siempre ha pertenecido al selecto grupo de jugadores mentalmente más inestables sobre las pistas de la NBA. Sus impulsos le han costado la expulsión del partido en decenas de ocasiones. Su temperamento siempre había sido un aspecto por solucionar por parte de compañeros, entrenadores y, por supuesto, de él mismo. De hecho, durante las dos últimas temporadas, sus gritos al cuerpo arbitral y sus faltas fuera de contexto se han visto reducidos de forma considerable, pero este no ha sido su único lastre.
El pozo de las lesiones
La mala fortuna se ha cebado con DeMarcus Cousins en forma de lesiones. En su segunda y última temporada en New Orleans Pelicans, el pívot sufrió la primera lesión grave de su carrera, una rotura del tendón de Aquiles. La tragedia fue especialmente dolorosa, ya que este hecho se produjo en uno de sus mejores momentos a nivel individual. Llegaba tras firmar 44 puntos, 24 rebotes y 11 asistencias frente a los Chicago Bulls, su mejor partido hasta la fecha. Fue al día siguiente cuando se produjo la lesión, en el transcurso del partido frente a Houston Rockets, donde firmó otro triple doble: 15 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias.
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La rotura del tendón de Aquiles le mantuvo apartado durante todo un año de las pistas. Y no solo eso, también le relegó al ostracismo de la NBA, ya que no había ningún equipo interesado en sus servicios a excepción de los New Orleans Pelicans, oferta que rechazó, y los Golden State Warriors, oferta que aceptó.
No obstante, ya en la disciplina de los campeones de la NBA, Cousins también tuvo que permanecer fuera de las pistas buena parte de la temporada, por lesiones que, si bien eran menores, no le permitieron recuperar su nivel de juego previo a la rotura del tendón de Aquiles. Su contrato finalizó este mismo verano con unas finales para olvidar y GSW perdiendo el trono y, de nuevo, los equipos de la NBA no estaban dispuestos a firmarle un gran contrato después de su relación con las lesiones.
Como decíamos antes, finalmente Cousins consiguió firmar un año con Los Angeles Lakers de LeBron James y Anthony Davis, en el que parecía postularse con un puesto entre los titulares y poder recuperar la confianza. Pero el idilio duraría apenas unas semanas, ya que DeMarcus Cousins volvía a la enfermería. El pívot sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de su pierna derecha el pasado 16 de agosto, lo que supone no solo una baja importante para la franquicia angelina, sino el hecho de que el pívot tendrá que lidiar, una vez más, con una lesión de larga duración por segunda vez en dos temporadas, lo que que se traduce en una extrema dificultad para recuperar su sitio en la NBA.
La orden de arresto
El último ingrediente para cocinar la desgracia de DeMarcus Cousins llegó poco después, cuando el pívot tuvo el episodio ya citado con su ex pareja, Christy West. La afectada confiesa que el jugador intentó estrangularla y posteriormente, el propio Cousins la amenazó con "ponerle una bala en la cabeza". Esta discusión se produjo a causa de la reciente boda del jugador de los Lakers, ya que Cousins quería que el hijo en común de ambos asistiera, y Christy West se negó.
"Somos conscientes de la acusación que involucra a DeMarcus Cousins y, por supuesto, tomamos esta afirmación en serio. Estamos en el proceso de recopilar información y nos reservaremos más comentarios en este momento" decía el comunicado emitido por Los Angeles Lakers. Por su parte, la NBA también está involucrada y está realizando investigaciones para llegar al fondo del asunto.
Lesionado de gravedad, acusado de violencia machista, y relegado a la irrelevancia por los equipos de la NBA, DeMarcus Cousins suma un último episodio en su calvario que lleva desde el 28 de enero de 2018 y que, por ahora, no parece tener fin.