Cuarentena: 10 situaciones y momentos que estamos viviendo todos

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Tomarse la temperatura constantemente, pensar que estás malo... 10 situaciones que estamos viviendo todos esta cuarentena

Cada uno desde nuestras casas, estamos viviendo todos las mismas situaciones en esta cuarentena. Y si no lo creéis, leed este artículo. Os sentiréis identificados.

Por Guille Galindo  |  30 Marzo 2020

Cuando empezamos el mes de marzo de 2020, posiblemente el más largo de nuestra vida, ninguno de nosotros (ni siquiera los capitanes a posteriori que ahora abundan) se imaginaba que viviríamos una situación como a la que hoy tenemos que hacer frente, con miles de muertos y un confinamiento cada vez más extremo.

Una cuarentena a la que no vemos fin (tranquilos, llegará), y que ha cambiado nuestras rutinas, y quién sabe si nuestra forma de ser. Pero sobre todo, una cuarentena que nos está dejando una serie de situaciones, momentos y actuaciones que todos estamos repitiendo desde nuestras casas. Seguro que os sentís identificados con las que vamos a repasar a continuación.

1 Pensar que tienes coronavirus

En serio, ¿cuántas veces hemos pensado durante este mes que tenemos coronavirus? ¿Te levantas con malestar? Coronavirus. ¿Llegas por la noche algo cansado? Coronavirus. ¿Te notas un poco caliente? Estás ya con el abrigo en la mano para ir a urgencias. El bombardeo de información y de noticias negativas al que estamos sometidos nos afecta, y provoca (y más si eres un tanto hipocondríaco) que pensemos constantemente que vamos a ser los siguientes en contagiarnos.

2 Tomarse la temperatura varias veces al día

Hemos usado más veces el termómetro este mes que en toda nuestra vida. Lo peor, relacionado con el punto de arriba, es que cuando nos medimos la temperatura y nos sale 35,6ºC, creemos que algo falla, que el termómetro ha dejado de funcionar. Nos lo ponemos otra vez y nos sale 35,7ºC. ¡Y parece que hasta nos molesta!

'Uf, tengo fiebre seguro, voy a ver. Ah, pues 36,2ºC.'.
"Uf, tengo fiebre seguro, voy a ver. Ah, pues 36,2ºC.". Shutterstock

3 Lavarse las manos como si no hubiera un mañana

De aquí alguno termina como Leonardo DiCaprio en 'El Aviador'... Lavarse las manos es la única solución, confinamiento aparte, que nos han dado para alejar el virus, y nos la hemos tomado al pie de la letra. Geles antisépticos y jabones de todo tipo son ya un elemento más de nuestra casa, posiblemente el más preciado en la actualidad. Y ahí que vamos a hacer uso de ellos en cuanto tocamos lo que sea. Si hay algo que esté sufriendo estos días más que nosotros, son nuestras manos.

A lavarse las manos de nuevo...
A lavarse las manos de nuevo... Shutterstock

4 Caminar sin una dirección clara

Cuando tu cerebro no puede aguantar ni un minuto más pegado a una pantalla, decides ponerte a caminar. ¿Adónde? Sin rumbo, por toda la casa, esperando (sin éxito) que el tiempo pase más deprisa. Tus compañeros de piso o familia levantan la cabeza, te ven y te preguntan: "¿Qué haces?". A ti ya no te quedan fuerzas para inventarte una excusa, y dices: "Nada, caminar". Por suerte, estamos todos tan cansados que no te juzgarán, simplemente se callarán. Vía libre para conocerte todos los rincones de tu hogar. Que no se te ocurra quejarte ni una vez más en tu vida de que pasas poco tiempo en casa.

Nunca nos habíamos sentido tan identificados con un meme.
Nunca nos habíamos sentido tan identificados con un meme. Netflix

5 Repasar la nevera una y otra vez

Si el primer bloque (los tres puntos iniciales) tenía que ver con la salud, este está enfocado hacia las acciones de nuestro día a día. Caminar sin rumbo por la casa puede servirnos para activar nuestros músculos, pero tiene una gran pega: siempre terminamos en la cocina. La nevera está jugando estos días un partido contra nuestra fuerza de voluntad, y está goleando. Como estamos en una situación excepcional, nos damos un capricho ("venga, que me lo merezco", como gran excusa), y terminamos yendo a la cocina cada dos por tres. Ya puedes hacer rutinas de entrenamiento en casa si quieres minimizar el impacto de picar entre horas por puro aburrimiento.

Si es que te sabes todo lo que hay de memoria...
Si es que te sabes todo lo que hay de memoria... Shutterstock

6 Mirar a la ventana desesperado

Todavía viene lo peor: estar encerrados cuando llegue el buen tiempo. A ver quién soporta eso. De momento, los días en los que ha hecho sol y calor (afortunadamente, todavía no muchos), no nos ha quedado otra cosa que mirar desde nuestra ventana o nuestro balcón, intentar coger toda la vitamina D que pudiéramos, y lamentar el no poder aprovechar el día en la calle. Algunos para ir a correr, otros para tomarse el vermú, da igual. Las dos Españas ahora son una: la de observar nuestra calle con carita de pena.

Dejad de mirar a la ventana. Es por vuestro bien.
Dejad de mirar a la ventana. Es por vuestro bien. Shutterstock

7 Perder el tiempo

Es increíble la capacidad humana para perder el tiempo incluso cuando estamos confinados en nuestras casas, y quedarnos con la sensación al terminar el día de que, por muy largo que haya sido, no lo hemos aprovechado. ¿Cómo es posible que cuando no parábamos estábamos deseando tener tiempo en casa, y ahora no lo aprovechamos? Somos un desastre.

8 Proponerte hacer cosas al inicio de la cuarentena y no cumplirlas

¿Alguien se acuerda ya de los propósitos de Año Nuevo? O mejor dicho, ¿alguno ha cumplido dichos propósitos? Entonces, ¿por qué confiabais en que esto iba a ser diferente? Ilusos de nosotros, creímos que la cuarentena nos iba a servir para cultivar nuestro cuerpo y mente, para hacer las cosas con las que siempre habíamos soñado. Que al terminar esto, seríamos lo más parecido al superhombre de Nietzsche. Al décimo día, estábamos viendo a Ibai Llanos jugar al Uno. No tenemos remedio.

'Voy a ponerme a estudiar... ¡Anda, un artículo de Menzig!'.
"Voy a ponerme a estudiar... ¡Anda, un artículo de Menzig!". Shutterstock

9 Descargarte todas las apps de videollamada de Google Play

Hay dos tipos de personas: los que el primer día ya estaban con las videollamadas, y los que se dieron cuenta más tarde de que esto iba para largo, y no les quedó otra que descargarse una aplicación. Si al menos solo fuera una...

Tu relación con este mundillo de las videollamadas comienza creyendo que, con la opción que te da WhatsApp, es suficiente. Pero siempre terminarás encontrando a alguien a quien no le va bien, y que te obliga a usar Skype. A partir de ahí, cada vez terminas en videollamadas de más gente (es una espiral peor que la de la droga), hasta que uno sugiere que os hagáis Zoom, que ahí cabe media España. Y de la noche a la mañana tienes varias apps de videollamadas, usando una a las 20:30h. y otra a las 22:00h. A ver cómo sales de eso.

La primera de las cuatro videollamadas en distintas apps que tienes esta tarde.
La primera de las cuatro videollamadas en distintas apps que tienes esta tarde. Shutterstock

10 Leer bulos en los grupos de WhatsApp de tu familia

Todos conocemos el grado de toxicidad de Twitter y Facebook estos días. El problema viene cuando la mayoría de quejas y bulos de esos seres se las cree gente de tu misma sangre, inundando los grupos familiares con todo tipo de basura. Y da igual que nadie les conteste, eh, ellos los siguen enviando igual. Silencia y olvídate. ¿O es que no tuviste bastante con esa cena de Nochebuena?

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