Unsplash
¿Y si el coronavirus nos ha vuelto asociales?
¿En qué momento dejó de apetecernos otro plan que no sea estar en casa viendo Twitch? ¿Qué consecuencias puede tener el habernos vuelto más asociales por la pandemia?
07 Abril 2021
|Ya ha pasado más de un año desde el inicio de una pandemia que ha cambiado nuestras vidas por completo. Han sido muchas las consecuencias, pero entre ellas nos encontramos un problema muy extendido al que no se le está poniendo la atención suficiente: mucha gente se está volviendo asocial y se está apartando de los planes y de los amigos para refugiarse en uno mismo.
La pandemia de las personas asociales cada vez se extiende más
Que psicológicamente la crisis del coronavirus nos está pasando factura no es una novedad, pero sí es preocupante que la única solución haya sido adaptarse al entorno y renunciar a más cosas que nunca. La pesadilla de la llamada 'nueva normalidad' ha provocado que hayamos perdido poco a poco el contacto con personas que sí estaban en la vieja normalidad, bien porque consideremos que no respetan las medidas lo suficiente, o bien porque el cansancio mental o distanciamiento ha quitado las ganas de socializar por completo, sintiéndonos más cómodos en la burbuja que es nuestra habitación.
Hay que dejar claro que uno no se hace asocial de la noche a la mañana ni porque le apetezca, sino que probablemente le hayan dado motivos para serlo o no ha afrontado la pandemia de la mejor manera. Frustra ver que el nivel de empatía está por los suelos mientras que las olas siguen llegando con fuerza a la orilla, por lo que la decisión para muchos acaba siendo apartarse de lo que a uno no le hace sentir cómodo. Dicen que no hay mal que por bien no venga, y es que abrir los ojos aun sabiendo lo dura que a veces es la caída, es mejor que vivir ciego de por vida poniendo en peligro a los demás.
Por otro lado, en tiempos difíciles es cuando más tenemos que cuidar a nuestro entorno y no olvidarnos de que tanto internet como las redes sociales nos han dado la oportunidad de mantener un contacto no físico que tiene un valor incalculable, hasta el punto de ser una especie de salvavidas para los más solitarios. Aun así, estas nuevas formas de comunicación son capaces de generar una situación totalmente opuesta, ya que un estudio realizado por la Universidad de Harvard y varios equipos del MIT llegó a la conclusión de que las redes han sido un espejo encargado de reflejar cómo la pandemia ha perjudicado la salud mental al convertirse en un lugar para desahogarse expresando nuestros sentimientos. Y claro, esto solo servía para retroalimentarnos en nuestra desgracia, aumentando el estrés y las ganas de aislarnos del mundo.
Son muchos los factores que han provocado este problema, y ahora estamos sufriendo las consecuencias. El hecho de que nos dé pereza todo, que cualquier posible plan se nos haga bola y que estemos más cómodos pasando la tarde viendo Twitch con un chándal tiene muchos efectos negativos que iremos comprobando con el paso del tiempo. Ante tanto ruido exterior, las cuatro paredes de nuestra habitación han sido el refugio idóneo a nuestros problemas. Salir de este confort puede costar horrores, y en ello están muchas personas.