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Consejos para volver al trabajo sin morir en el intento
Todos aquellos que han tenido vacaciones este verano están viviendo en este momento la vuelta al trabajo, la vuelta a la rutina, la vuelta al estrés. ¿Cómo suavizar este enorme cambio? Os damos varios consejos.
02 Septiembre 2019
|La vuelta al trabajo después del período de vacaciones puede hacerse muy cuesta arriba. Pero debemos tener claro que las vacaciones no son eternas y que, más tarde o más temprano, toca acostumbrarse de nuevo a la rutina. La dificultad de esto no es la misma para todos. Obviamente, si te gusta tu trabajo, tampoco resulta tan difícil este momento. Pero, aunque te apasione lo que haces, si te genera sentimientos de nerviosismo, frustración o estrés, y lo añades a una vida personal rutinaria y extenuante, la vuelta puede convertirse en un auténtico suplicio.
Ahora bien, tanto si te gusta tu trabajo como si lo odias con todas tus fuerzas; tanto si tu rutina familiar te ocupa mucho tiempo como si puedes dedicar las horas de ocio a ti mismo, los meses de trabajo son más duros que la habitual felicidad unas buenas vacaciones. Pero el cambio brusco que conlleva la desconexión de las vacaciones con la organización de la vida normal hace que sea interesante aplicar un período de adaptación para ello. Por eso, os traemos una serie de consejos para que tu cuerpo y tu mente noten lo menos posible el cambio y evitemos el temido síndrome posvacacionals, que cada año afecta a más y más personas. Si este año ya no puedes superar la amargura, al menos que te sirva para el próximo...
1 Programa tu vuelta con tiempo
No vuelvas a tu lugar de residencia el día antes de comenzar de nuevo el trabajo. Normalmente, no nos vamos a una localidad que esté al lado de nuestra casa, por lo tanto, los viajes nos hacen llegar bastante cansados. Si a esto le añadimos adecentar la casa que lleva días vacía, deshacer el equipaje y organizar la semana que comienza, el primer día se complica. Se necesita un tiempo para aclimatarnos, aunque siempre parezca que apurar el máximo tiempo posible lejos de casa es la opción más sensata.
2 Comparte tus sensaciones con los compañeros
Los trabajadores no somos robots sin sentimientos. Nos gusta compartir como hemos pasado las vacaciones, pero también la dificultad de volver. Esto, aunque no lo parezca, es muy positivo. En primer lugar, porque siempre se encontrará a alguien que esté incluso peor, y segundo, porque nos sirve para empatizar y crear lazos de unión con unas personas con las que vamos a pasar cientos de horas durante el año. Las conversaciones en la sala 'office' de las oficinas, o en los lugares habilitados para ello, parecen algo trivial, pero en realidad tienen unas funciones muy importantes, como fomentar el compañerismo y superar juntos estas pequeñas crisis.
3 Haz deporte
Sabemos que si ya volver a la rutina del trabajo, que es algo que tenemos que hacer sí o sí, es complicado, si encima debemos adquirir la rutina deportiva, puede parecer insoportable, pero nada más lejos de la realidad. El deporte te permite descansar tu mente durante unos minutos de las tareas del día a día, amén de ayudarte a estar en forma y suavizar los excesos cometidos durante las vacaciones. No negamos que es más agradable descansar la mente en la playa, pero si esta opción no es posible, no hay que desechar la actividad física como desestresante natural.
4 Analiza tu jornada y elimina los errores
Antes de comenzar, o durante los primeros días de trabajo, debes en algún momento sentarte a solas con tus pensamientos para reflexionar: ¿qué querría cambiar de mi rutina? ¿por qué? ¿cómo conseguirlo? Habrá cosas que no puedas cambiar, lo sentimos. Lo más probable es que te toque lidiar con tu jefe por mucho que no quieras, o hacer esa tarea que tanto odias. Para no quemarte a las primeras de cambio, apóyate en tus compañeros si lo necesitas, y en tu pareja o familia en casa.
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5 El ocio no se terminó
Aunque apenas lo recuerdes, antes de que llegaran las vacaciones tenías momentos de ocio en los fines de semana, e incluso durante algunos días laborables. Tienes que seguir fomentando esto. Es muy positivo y te ayuda a descansar, a disfrutar, y en muchas ocasiones a ver caras nuevas, cosa que siempre alegra. Porque las próximas vacaciones seguramente estén muy lejos, pero el próximo día libre o el siguiente plan interesante que estás preparando con tus amigos está a la vuelta de la esquina. Recuerda, trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.
6 El tiempo es oro
Sabemos que no todo el mundo tiene la opción, pero, si es posible, sal del trabajo a tu hora. Si, por lo que sea, tienes que quedarte más tiempo, cosa razonable en algunas épocas, deberás intentar que esas horas extras sean pagadas. El trabajador estará así más motivado en esas duras horas si por lo menos las cobra. Tu tiempo vale oro.
7 El esquema 8-8-8
Los días duran 24 horas. Si de esas horas pasamos ocho en el trabajo, y ocho durmiendo, presuponemos que nos quedan ocho para el ocio. Esto tampoco es exactamente así. Porque en la vida hay que hacer mil tareas, tampoco se incluye el tiempo que se tarda en ir y volver del trabajo, ni siquiera las horas dedicadas a comer. Por lo tanto, ya que del tiempo de ocio estamos seguros de que se pierde como mínimo más de la mitad todos los días en otras labores que no son precisamente tranquilas.
Por lo tanto, como mínimo debemos respetar muy claramente las ocho horas de sueño. Es vital para aguantar un ritmo de vida alto y llegar a todo de la forma más descansada. Las excusas no valen, y si es el móvil o el propio trabajo quien te quita el sueño, desconectar es más importante para tí que para nadie.
Somos conscientes de la dificultad que conlleva la vuelta a los horarios, que no siempre son los más interesantes, la vuelta a una rutina que no suele ser demasiado estimulante. Pero siempre quedan momentos en los que disfrutar de las cosas que nos hacen felices, y si tenemos la suerte de que sea el propio trabajo una de estas fuentes de felicidad, debemos aprovecharlo. Mucho ánimo, y a disfrutar de la vuelta a la rutina.