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Coches de hidrógeno o eléctricos: ¿cuál es la tecnología del futuro?
Parece evidente que hay que acabar con los combustibles tradicionales que tanto contaminan. Hasta ahora, se pensaba que el motor eléctrico era la solución, pero en los últimos tiempos se está abriendo una tercera vía, la de los coches de hidrógeno.
22 Noviembre 2021
|Cuando parecía que el futuro del motor pasaba por los coches eléctricos, nuevos modelos aparecen para crear incertidumbre en el porvenir del transporte. El principal y del que todo el mundo habla, la pila de combustible de hidrógeno, una salida para muchos más interesante que las baterías eléctricas para frenar la contaminación del sector del automóvil.
Diferencias entre el coche de hidrógeno y el coche eléctrico
Los coches de hidrógeno tienen una base mecánica idéntica a la de los coches eléctricos. Ambos tienen un motor eléctrico con el que se evita hacer uso de combustibles como la gasolina. Sin embargo, la diferencia más notable reside en la forma de conseguir la electricidad que alimente el motor. Mientras que en el caso de los sistemas eléctricos la energía se consigue gracias a la carga de una batería, conectándolo a un enchufe, el sistema de hidrógeno utiliza una pila de combustible. Es decir, se almacena el hidrógeno para que este, al entrar en contacto con el oxígeno, produzca una reacción química y aparezca vapor del agua. Este vapor será el que se utilice para poner en funcionamiento el motor eléctrico del coche.
Por todo ello, los sistemas de hidrógeno plantean una serie de ventajas respecto a los coches eléctricos:
- Mayor autonomía: si bien es cierto que los coches eléctricos están consiguiendo aumentar el número de kilómetros que se pueden hacer sin tener que parar a cargar la batería, el sistema hidrógeno cuenta con una diferencia notable. Tener un almacenamiento de hidrógeno que produce electricidad de forma autosuficiente ayuda a aumentar la autonomía, superando con creces los estándares actuales de la batería eléctrica.
- Contaminan menos: ¿cómo puede ser que contaminen menos que un coche eléctrico, el cual no contamina nada? Pues bien, nuevos modelos están consiguiendo que el sistema utilizado consiga purificar el aire mientras está en marcha. El súmmum ecológico.
- Recarga más rápida: uno de los aspectos fundamentales que hacen del hidrógeno una alternativa interesante es que no hace falta poner el coche a cargar durante horas. Su sistema de pila de combustible permite recargar el hidrógeno en menos de 5 minutos, algo similar al tiempo que se tarda en echar gasolina.
Sin embargo, los coches de hidrógeno también tienen algún que otro inconveniente. El principal problema es que nos encontramos ante una industria desértica debido a la ausencia actual de desarrollo. Por ejemplo, en España solo existen cuatro puntos de recarga de hidrógeno. Esto, obviamente, es un inconveniente de peso, y es que limita la movilidad del coche de forma abusiva. Además, todavía no hay muchos modelos donde elegir, y los que salen al mercado son realmente caros. El modo de recarga de hidrógeno es, por lo general, más caro que el de los sistemas eléctricos, cuyos precios comienzan a descender con el paso del tiempo.
Ahora bien, que al principio cueste entrar en el proceso de comercialización es algo normal. Sucedió también con los propios coches eléctricos. El problema de estos es que su situación sigue sin mejorar mucho. Pese a que las facilidades están aumentando, y parece que se está haciendo todo lo posible para que el coche eléctrico se comercialice, sigue estando lejos de asentarse como una de las principales opciones entre los consumidores. Pocos puntos de carga son de carga rápida, y muchos otros están averiados. Comprarse un coche que no contamine está bien, pero tardar horas en poder cargarlo dificulta que este nuevo modelo sea un éxito comercial. Al fin y al cabo, los hidrógenos están en un paso inicial que justifica su escasa comercialización, pero los coches eléctricos llevan tiempo trabajando en llegar a un escenario que todavía parece inalcanzable.
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Toyota, y su gran apuesta por el motor hidrógeno
Si casi todo el sector está pendiente de los coches eléctricos, la marca japonesa parece haber cambiado el paso y está comandando la transición al sistema de hidrógeno, no sabemos si para desmarcarse del resto o porque se han dado cuenta antes de que el coche eléctrico está condenado al fracaso. Junto con Honda, Toyota trabaja actualmente para crear una infraestructura de hidrógeno en Montreal, y de esta forma avanzar en la evolución de esta nueva tecnología. Además, el hidrógeno es uno de los recursos más abundantes del mundo, y en California está creciendo a una velocidad de vértigo. En la actualidad hay 39 estaciones públicas de abastecimiento de hidrógeno, y se están desarrollando otras 25.
Es innegable que puede ser una tecnología que marque el futuro, y Toyota tiene clara su apuesta. Ahora bien, desde Toyota afirman que los coches eléctricos y de hidrógeno no deberían competir entre ellos, ya que el verdadero enemigo es el carbón. Toyota cree en una combinación de ambas tecnologías, y no en la pugna por alzarse con la hegemonía del sector.
¿Evitar el desastre mundial es una convicción moral o un simple negocio?
En 2017, Elon Musk no dudó en criticar de forma descarada la tecnología de hidrógeno. La consideró "alucinantemente estúpida" y afirmó que su éxito era simplemente imposible. El CEO de Tesla, una de las empresas que más interesadas está en el avance del sistema eléctrico de coches, no creyó conveniente apoyar una tecnología emergente. Con el paso del tiempo se ha comprobado que el sistema de hidrógeno puede ser una alternativa eficaz, y de esta forma, deja en evidencia las palabras de Musk. ¿Deberían las empresas que se dedican a invertir en estas nuevas tecnologías luchar entre ellas, o aunar fuerzas en pro de conseguir un futuro con menos contaminación?
Parece que el mercado no perdona, y que el negocio de las grandes empresas es lo más importante. Luego viene todo lo demás. Sin embargo, en una situación tan delicada como la actual, donde el futuro del planeta depende del éxito de sistemas como los coches eléctricos o de hidrógeno, no deberíamos dejar que disputas mercantilistas creen un clima hostil para la comercialización.