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Comunicación con tu pareja: la pieza central de una relación
La mayoría de las relaciones mueren por la falta de comunicación o por una comunicación totalmente insana. Esto desemboca o bien en una ruptura o bien en una pareja infeliz, sin motivos aparentes para seguir adelante. Para evitar alguno de estos dos tristes finales, os dejamos varios conceptos importantes y los pasos a seguir con los que mejorar la comunicación y la relación.
05 Agosto 2018
|Mantener una relación es una sensación única, pero no por eso menos complicada. Dos personas libres e independientes que se unen siempre tendrán momentos difíciles que atravesar y roces que superar, más aún cuando convivan juntas. Tener puntos discordantes con el chico o la chica que quieres no es malo, al contrario de lo que se pueda creer. Hablar sobre ello es incluso sano para cerrar un asunto pendiente y avanzar (no os fiéis de aquellas relaciones en las que nunca se discute).
El problema viene cuando las discusiones se convierten en vuestra compañera, cuando la tensión sexual se ha transformado en tensión a secas. Mantener una relación sana y lejos de la toxicidad tan común requiere un ejercicio interior, un cambio en tu forma de ser y actuar que no todo el mundo afronta. Ha llegado el momento de hacerlo si realmente deseas un cambio en la relación. Para ello, el paso fundamental que debes seguir es mejorar la comunicación.
Aquí va un listado de problemas comunes en una pareja:
- Gritos en cuanto las posturas son diferentes con respecto a un tema.
- Rabia y frustración por no tener la vida en pareja que soñabas.
- Criticar cualquier cosa que tu pareja no haga como tú estás acostumbrado.
- Dar por sentado todo.
- Menospreciar las opiniones de la otra persona.
Todos ellos tienen algo en común: con una comunicación sincera y honesta ni siquiera aparecerían. Pero comunicarse mejor no es hablar más, va mucho más allá. Esto es lo que deberíais hacer para solventar los obstáculos cotidianos que están acabando con vuestra relación.
Asertividad y empatía, dos cuestiones fundamentales
Asertividad y empatía son los dos típicos conceptos generales que se dicen a menudo pero que nadie entiende. Ya va siendo hora de explicarlos y de valorar su importancia. La asertividad consiste, básicamente, en expresar tus opiniones y defender tus derechos de una manera tranquila, sin hacer uso de la agresividad o la pasividad para ello, los otros dos estilos de comunicación que existen.
- Agresivo. Imponer nuestros pensamientos.
- Pasivo. Ceder para evitar el conflicto, no decir lo que se piensa realmente.
- Asertivo. Término medio. Se llega a acuerdos a través de una actitud adecuada.
Siendo asertivo, te darás cuenta de que es mejor decir "no" a un plan en pareja y explicar de forma pausada y razonada los motivos que quedarte callado y crear un clima tenso que terminará por arruinar la tarde. Del mismo modo, descubrirás que él o ella también podrá decirte que no a ti, que manipular para lograr el objetivo nunca es buena idea. Se crea de esta forma un respeto mutuo necesario para llegar a acuerdos y mejorar la convivencia.
Lo más visto
La asertividad te permitirá desarrollar la empatía, ponerte en el lugar de la persona a la que quieres y comprender su situación. Dejar el 'yo, mí, me, conmigo' a un lado y analizar la situación desde el punto de vista contrario nos vendrá bien a ambos, aunque el tema pueda ser punzante o doloroso. Además, saber escuchar es fundamental para que toda relación, ya no solo con tu pareja, prospere.
Exterioriza lo que sientes
Se acabó hacerse el machito y no expresar nuestros sentimientos. Aparte de perjudicial para nuestra propia salud, pone en peligro la convivencia. Habla de ti sin pudor, manifiesta tus preocupaciones y todo lo que te molesta de él o ella de una forma asertiva. Tendemos a quedarnos callados cuando algo nos fastidia, y lo único que hace es crear una bola con la que explotamos poco tiempo después o con la que se pierde la confianza progresivamente. Al mezclar sinceridad y formas de expresión asertivas, sin gritos, descalificaciones o acusaciones, verás cómo la situación se tranquiliza y, sobre todo, tu rabia interior se desvanece.
No somos adivinos
La falta de comunicación lleva al punto de presuponer qué es lo que piensa tu pareja del asunto en cuestión por no hablar de ello, o interpretar de una forma concreta lo que ha querido decir. La mayoría de las veces estamos equivocados y se genera un conflicto mayor, conflicto que se podría haber evitado de una forma tan fácil como es preguntar. Si tenemos dudas del punto de vista de tu pareja, pregunta de nuevo y acláralo, no des por sentado nada en función de lo que tú consideras.
Mejor hacer una pausa que hundir la relación
Todos estos consejos pueden llegar demasiado tarde, cuando la crisis con tu pareja sea ya insostenible. En ese caso, la mejor opción es darse un tiempo, reflexionar sobre qué problemas existen y si tienen solución. Las pausas están denostadas, pero no siempre suponen terminar la relación. Puede ser el momento perfecto para hacer ese ejercicio de introspección del que hablábamos al principio, gestar los cimientos sobre los que se puede crear algo más sano para ambos. Al fin y al cabo, llegados a ese punto tampoco hay muchas más opciones... Para, léete este artículo e intenta cambiar. Una buena comunicación hará el resto.