Cómo sobrevivir a la cena de Nochebuena (y al resto de reuniones familiares navideñas)

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Nociones básicas para sobrevivir a la cena de Nochebuena (y al resto de reuniones familiares navideñas)

La cena de Nochebuena da el pistoletazo de salida a dos semanas intensas cargadas de emociones y encuentros familiares. Sabemos que sobrevivir a esto es muy difícil, por eso vamos a exponer los momentos clave y cómo debéis actuar ante ellos para tener unas fiestas lo más tranquilas posible.

Por Guille Galindo  |  24 Diciembre 2018

Ya está aquí, un año más. Ha llegado la Nochebuena. Y la Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y el día de Reyes. Un recorrido tan duro y montañoso y sin apenas descanso que ríete tú del Alpe d'Huez. Os advertimos desde ya que no tenemos la fórmula mágica para que pase todo rápido, solo queremos ayudaros a afrontar las cosas que sí o sí van a suceder y con las que tendréis que estar muy atentos.

No hay nada que una más a los españoles en Twitter que contar sus penurias en estas cenas y comidas, todas bajo unos mismos patrones: conversaciones incómodas, momentos aún más incómodos, soluciones a todos los problemas del mundo y, sobre todo, mujeres quitando la mesa mientras los hombres siguen bien apoltronados en sus asientos. Adentrémonos pues en este mundo de caos, vergüenza y frenesí en el que, por mucho postureo que pongamos en redes sociales, al final nos encanta.

Si tu familia celebra una Navidad puramente cristiana, para eso no tenemos solución. Lo sentimos.
Si tu familia celebra una Navidad puramente cristiana, para eso no tenemos solución. Lo sentimos. Shutterstock

Serás el foco de atención solo cinco minutos, pero qué cinco minutos

Trece. Trece son los días que separan Nochebuena del día de Reyes, justo el número de la mala suerte. ¿Casualidad? Permítanme que lo dude. Trece días en los que podemos juntar hasta cinco eventos importantes (cena de Nochebuena, comida de Navidad, cena de Nochevieja, comida de Año Nuevo y comida el día de Reyes). ¿Cómo superar esto sin sufrir consecuencias físicas o psicológicas? Lo primero de todo, recordando que es una maratón, no un sprint. No saques toda la artillería pesada ni todos los temas interesantes en Nochebuena si no quieres aburrirte el resto de días. Eso, claro, si es que tienes algo interesante que contar sobre tu vida. Como lo más probable es que no (como todos, vaya), tu objetivo debe ser desviar la conversación hacia las típicas chorradas que no vayan a crear conflicto, como Eurovisión o lo mucho que te ríes con las entrevistas de David Broncano.

Sin embargo, por mucho que trates de que nadie muestre el mínimo interés por tu vida, siempre hay un momento de silencio en la mesa que aprovecha tu tía, con la que has intentado no establecer contacto visual en toda la noche sabiendo lo que ello podría desembocar, para hacerte la tan temida pregunta: "bueno hijo/hija, ¿y tú qué tal?".

Y de repente, todo el plan trazado desde las 6 de la tarde se va al traste. Ya tienes decenas de ojos apuntando hacia ti, esperando que cuentes algo reseñable. Afronta estas situaciones como si fueras sospechoso de un crimen y estuvieras en pleno interrogatorio: limítate a contestar las preguntas de una manera amable y natural, no abuses de los monosílabos pero tampoco cuentes tu vida, porque eso dará pie a más y más preguntas en las que empezarán a participar todos los miembros de la familia buscándote las cosquillas.

Tendrás un momento en el que todos te miren como a esta pobre niña, con la mayor sonrisa incómoda que se recuerda.
Tendrás un momento en el que todos te miren como a esta pobre niña, con la mayor sonrisa incómoda que se recuerda. Shutterstock

Es posible que, por mucho que intentes esquivarlos, algún golpe directo a la mandíbula te lleves. El más duro, el de preguntarte por tu pareja. Esta cuestión bien podría merecer un artículo en sí mismo, pero como estamos en fiestas y no apetece ponerse demasiada carga de trabajo, lo hemos resumido en un pequeño pero interesante cuadro con algunas claves si tu tío, ese que no se corta un pelo, está empeñado en desgranar tu vida privada como si fueras un invitado de 'Sálvame'.

  • Si tienes pareja estable y os va bien, puedes estar tranquilo. Habla un poco de cómo le va y la gente se quedará satisfecha. El peligro aquí es que ese mismo tío te haga la pregunta con más vino en su cuerpo de la cuenta y saque el tema del sexo. Ríete algo avergonzado, como si fueras uno de los cantantes de 'Amo a Laura' (que por cierto, ¿sabíais que una de las integrantes de este grupo ficticio era Lara Álvarez? Porque yo lo acabo de descubrir ahora), y rápidamente otros familiares vendrán en tu ayuda.
  • Si tienes pareja estable pero no os va bien, tienes que seguir los mismos pasos que en el punto anterior. No desveles nada de tu crisis si no quieres convertirte en la comidilla de la mesa.
  • Si lo has dejado con tu pareja es más complicado. Tu respuesta dependerá de muchos factores, como el nivel de confianza con tu familia o, especialmente, el tiempo que haya pasado desde la ruptura. Si habéis roto el 22 de diciembre, sigue diciendo que todo va bien, pero que últimamente os veis menos porque tenéis menos tiempo. Eso sí, deja claro a tus padres horas antes el plan, no vaya a ser que ellos se vayan de la lengua por otro lado. Si lleváis más tiempo separados y más o menos lo estás superando, lo más probable es que ya se hayan enterado por su cuenta, así que a lo mejor ni te dicen nada para no hacerte daño. Si eso les da igual o no lo sabían, hazte fuerte y cuéntalo con una media sonrisa en la cara, la típica de "son cosas que pasan". NO LLORES ni empieces a desvelar los motivos reales de la ruptura, porque a ver cómo remontas eso. Si ves que te empiezan a aflorar los sentimientos, es mejor decir que prefieres no hablar más sobre ello. Son tus familiares, no unos ogros. Lo entenderán.
  • Si estás totalmente libre, a priori la respuesta será más fácil y la situación más cómoda, pero aquí nada es ni fácil ni cómodo. Puede suceder que te pregunten de forma indirecta por tu (nula) actividad sexual o, peor aún, podrían empezar a verte como el solterón o solterona que no se come un rosco. Que a estas alturas esto debería dar igual, pero a tu abuela le preocupa, y a tus tíos, aunque te sonrían, también. Como si no estuvieras tú ya lo suficientemente amargado por no encontrar a nadie...
  • Si estás conociendo a alguien o empezando una relación, dependerá del futuro que le veas o de lo ilusionado que estés. En ese momento de plena felicidad te da igual que te pregunten lo que sea, así que si quieres hablar de él o de ella, adelante.
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Política y familia, una combinación que nunca sale bien

El de tu pareja no será el único tema polémico que te encontrarás en estas reuniones familiares de Navidad. Este año no te preocupes especialmente por el fútbol, ya que al final cada uno sabe de qué pie cojea el otro y lo que se va a decir en la mesa. Este año, tu gran preocupación debe ser la política.

Esta familia parece feliz. Eso es porque aún no han hablado sobre Quim Torra.
Esta familia parece feliz. Eso es porque aún no han hablado sobre Quim Torra. Shutterstock

En 2020 todo el mundo se ha quitado ya la careta. Por lo tanto, que no te extrañe si te toca presenciar un alegato favorable a Vox, decir que el coronavirus es un timo o que en España lo provocó el 8-M. Por no hablar del conflicto catalán, del que seguirán hablando sin reparos a pesar de vivir a cientos de kilómetros de allí.

Te diríamos que no entres al trapo, pero es muy difícil. Intenta al menos que no sea el tema principal de la velada, porque de lo contrario puede ser agotador. Si solo deseas pasar una cena o comida tranquila, aprovecha para ir al baño, recoger la mesa o cualquier otra cosa que se te ocurra, aunque sea ir un momento a la otra punta a hablar con tu madre. Quizás haya suerte y puedas estar unos minutos hablando con la gente que haya en esa zona, pero cuidado, que la bomba del "bueno hijo/hija, ¿y tú qué tal?" puede caerte ahí sin tú haberla prevenido.

No te pases con el alcohol

La comida de Navidad y Año Nuevo pueden convertirse en una lucha por la supervivencia como la de Bear Grylls, solo que real. El motivo, el alcohol de las noches anteriores. Sabemos que estas fiestas son, aparte de para festejar la Natividad (ejem), para ponerse un tanto ciego, pero vigilad un poco el desfase, que os espera una comida a las 2 de la tarde al día siguiente de la que necesitáis salir vivos.

A saber cómo habrá terminado esta gente...
A saber cómo habrá terminado esta gente... Shutterstock

Como en el mejor de los casos tendréis una resaca importante, rodéate de personas que hayan podido salir la noche interior y puedan entenderte. En caso de que no sea así, prepárate la jugada días antes.

Al principio habíamos dicho que no quemaras todas tus naves el primer día para no aburrirte el resto. Sin embargo, si sabes que eres de los pocos de tu familia que sale en Nochebuena y Nochevieja y en las comidas del día después solo quieres morir, haz justo lo contrario. Gánatelos en las cenas y mantén las distancias en las comidas para que tu resaca pase desapercibida. Intenta comer como si estuvieras perfectamente, porque si no te preguntarán. Y por Dios, ni se te ocurra vomitar.

Si no tienes intención de salir en Nochebuena o Nochevieja, o no puedes porque las celebras en otro lugar muy alejado de donde van a quedar tus amigos, tampoco es recomendable beber demasiado en la cena y en la postcena. Recuerda que estás con tu familia y que, aunque hay confianza, tampoco es cuestión de pasarse, no vayamos a decir cosas inapropiadas o a actuar de una forma de la que vayamos a arrepentirnos muchísimo al despertarnos. En cualquier caso, controla, son noches peligrosas.

Si consigues solventar todos estos riesgos y pruebas y además sales bien parado, podrás sentirte orgulloso el 7 de enero. Has superado otras Navidades más. Si caes en todas las trampas, te metes en todos los charcos y haces todo lo contrario a lo que te decimos al menos aprovecha y trata de disfrutar de las fiestas y de tu familia lo máximo posible. En unos años seguro que echarás de menos toda esta locura.

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