Vasiliy Kamotskiy, campeón del mundo de bofetadas: su historia

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La historia de Vasiliy Kamotskiy, el Campeón del Mundo de Bofetadas que se entrena reventando sandías

Vasiliy Kamotskiy ya es Campeón del Mundo de Bofetadas, pero quiere más, por eso no deja de entrenar. Ahora, este bonachón de la estepa siberiana y sus más de 150 kilos de peso se ha aficionado a entrenar reventando sandías a tortazos. Y no se le da nada mal.

Por Ramón Fernández  |  21 Junio 2019

Todos sabemos que con los rusos no se puede andar con tonterías. Incluso su presidente, Vladimir Putin, pese a ser considerablemente bajito para la media del Este de Europa (aproximadamente 170 cm de estatura), aterra en el cuerpo a cuerpo al más profesional y forzudo de los luchadores españoles que se pudiera echar a la cara. No todos los días se enfrenta uno a un hombre capaz de montar a lomos de un oso y de un caballo salvaje, que es cinturón negro en artes marciales, fue espía de la KGB y consiguió pasarse el Tetris. Bueno, vale, probablemente ni lo del oso ni lo del Tetris sea cierto. Pero la rudeza de Putin, y en general del pueblo ruso es hartamente conocida en todo el mundo.

Vladimir Putin cabalgando sobre un oso a pecho descubierto, y alguno se atreverá a decir que es un montaje
Vladimir Putin cabalgando sobre un oso a pecho descubierto, y alguno se atreverá a decir que es un montaje Twitter

No se saben las razones. Puede ser el frío, puede ser el vodka, o puede ser simplemente que se aburren, pero lo cierto es que en Rusia es donde se maquinan los concursos más brutales del mundo. Al fin y al cabo, fue allí donde se plantearon llevar a cabo una especie de Juegos del Hambre como reality de televisión. Solo se les podía ocurrir a ellos semejante brutalidad. A su lado, los mil golpes que recibían los concursantes de 'Humor Amarillo', y la trágica muerte programa tras programa de 'El Chino Cudeiro' son un juego de niños.

Bofetadas para pasar el rato

Pero conseguir labrarse el respeto de sus semejantes no es una tarea sencilla, requiere de mucho esfuerzo y perseverancia, por lo que buscan cada día nuevas formas de sorprendernos con su poderío físico sin parangón. La última de estas brillantes ideas es el campeonato de bofetadas. Y consiste básicamente en eso, en reventarle la cara a tu oponente como si no hubiera un mañana. A bofetón por turno. El que tumbe al oponente gana, el que se rinde pierde, si el árbitro ve muy mal a uno de los contendientes, o a los dos, puede parar el combate y designar al ganador.

Y ya está. Esas son todas las normas de esta complejísima disciplina que exige una capacidad mental sobrecogedora. Reconozcamos también que no es una idea original rusa. Este tipo de concursos se hacen en Estados Unidos desde hace tiempo, pero han sido los certámenes rusos los que nos han sobrecogido. Eso sí, los estadounidenses a la hora de repartir leches tampoco se quedan atrás.

Con estos ejemplos, ¿cómo vamos a tener representación cuando este deporte llegue a ser Olímpico?
Con estos ejemplos, ¿cómo vamos a tener representación cuando este deporte llegue a ser Olímpico? Giphy

Aun con unas normas tan rematadamente simples, podemos ver bofetones de todo tipo y manera. Algunos que parecen caricias, otros intentan matar una mosca en el moflete de su rival, gente que marca el golpe y quien le parte la cara a su oponente como quien no quiere la cosa.

Su llegada a España se debe al gran Ibai Llanos, narrador de eSports (y de todo lo que le echen), que popularizó estas imágenes con su voz de fondo. En ellas se podía ver el campeonato de bofetones como un concurso más dentro de un evento de fisioculturismo en Siberia, el Siberian Power Show. Casi todos tienen una capacidad abofeteadora envidiable, pero el ganador, Vasiliy Kamotskiy era el favorito desde el primer combate, y demostró con creces que ha nacido para reinar en este deporte. Su estilo es impecable. Cuando le atizan, apenas si se inmuta, y golpea con la mano pero con la potencia de su enorme cuerpo, haciendo un movimiento propio de luchador, aunque él asegura que es una persona muy pacífica.

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En su primer 'choque', el rival duró un guantazo. Uno nada más. La fuerza bruta de Vasiliy le dejó lo suficientemente noqueado para que el árbitro decidiera que era peligroso que siguiera la pelea. El segundo oponente era tan joven que Vasiliy tuvo piedad de él y le ganó sin emplearse al cien por cien. Debajo de esas capas de músculo, y grasa, hay un ser compasivo y misericordioso con un corazón que no le cabe en el pecho.

En semifinales, su tercer rival ni siquiera se atrevió a competir, saltó a la mesa de la tortura, y se rindió antes de comenzar el combate. Probablemente fue el más cobarde, pero se fue a casa consciente y con la cara entera, por lo que puede que también fuera el más listo. En cuanto a la final, parecía un duelo entre dos colosos, pero resultó que solo había uno. De nuevo Vasiliy, que en esta ocasión necesitó de dos de sus derechazos para aturdir completamente a un contrincante del que se esperaba mucho más, pero ni tuvo la fuerza en el golpeo ni el aguante en la recepción.

No nos sorprende que el bueno de Kamotskiy arrase en los torneos, solo hay que ver su entrenamiento, que se ha hecho viral en las redes sociales. La víctima, una pobre sandía que se rompe en mil pedazos con la fuerza del golpe. ¿Cómo lo consigue? A través del uso de la energía cinética en el movimiento, y con la posición perfecta de las piernas (energía potencial) para que toda la fuerza recorra su cuerpo hasta llegar al objetivo. Después de esta miniclase, vayamos a lo importante, a ver a este tipo destrozar una sandía.

Suponemos que a estas alturas de la vida no le quedarán muchos por retar. Desde MENzig le proponemos los dos únicos contrincantes que se podrían medir con esta fuerza de la naturaleza:

En América, el influencer Logan Paul se ofreció para retar a Vasiliy, pero según mostró, en uno de los entrenamientos dejó inconsciente a su sparring, y desde entonces su ansia de violencia cesó abruptamente. La cosa es que esta bofetada ha creado polémica, pues hay quien dice (incluido el que sufrió el golpe) que le dio miedo la bestia siberiana y montó el numerito para tener una excusa suficientemente válida para con sus millones de seguidores, mientras que Logan Paul asegura que todo fue real. En cualquier caso, el duelo se aplazó 'sine die'.

Lo que no sabía Logan Paul es cómo se debe entrenar. El campeón estepario no abofetea personas para practicar (tampoco es que lo necesite demasiado). Como podéis ver, él golpea sandías. Bueno, golpea es un eufemismo. Él destroza, aniquila, reduce a la nada las sandías. Solo de pensar en poner la cara en la trayectoria de esa enorme mano se le ponen los pelos de punta a cualquiera. Y tú, ¿te atreverías?

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