El adulterio y las amantes de los Reyes de España

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Borbones adúlteros: las "amigas entrañables" de los Reyes de España

No está demostrado científicamente que la infidelidad y el adulterio tengan causa genética, pero siempre se ha hablado del "gen Borbón" para caracterizar la facilidad para los affaires amorosos de la dinastía que reina en España. No hay que remontarse demasiado al pasado para encontrar casos, pero vamos a repasar todos aquellos que llegaron antes del rey emérito y también fueron infieles.

Por Guillermo Álvarez  |  19 Septiembre 2018

Los Borbones son la dinastía reinante en España desde que en 1700, la muerte del Rey Carlos II colocara en el Trono a Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia, el Rey Sol. Su reinado ya empezó mal por la pretensión de Carlos de Austria de obtener la Corona para sí, y continuar de esta forma el linaje Habsburgo en el Trono. La Guerra de Sucesión estalló y tuvo como vencedor al Borbón. El Reino de España cambiaba de dinastía, pero no de familia, ya que Carlos II era tío abuelo y Felipe IV bisabuelo de quien reinó como Felipe V.

La Casa de Borbón entraba en España e impuso su manera de gobernar, y de paso introdujo en la Familia Real Española a hombres y mujeres con una sexualidad muy fuerte. No es que los Austrias fueran unos santos, pero las andanzas de los Borbones han sido y son legendarias, si bien es cierto que la conducta de Felipe VI, el undécimo Borbón que reina en España, es intachable y no se le conocen aventuras extramatrimoniales.

Nada que ver con sus antepasados y antepasadas. Para conocer su historia hay que remontarse a los Borbones de Francia, o al menos a uno de los Reyes más grandes que ha dado la Monarquía gala, el Rey Sol. El Soberano que ordenó la construcción de Versalles tuvo descendencia con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, pero también fue padre de cuatro vástagos con la Duquesa de La Vallière, de los cuales dos fueron legitimados. Con la Marquesa de Montespan tuvo la friolera de siete hijos, Claudia de Vin des Œillets le dio una hija, mientras que María Angélica de Scorailles tuvo dos vástagos del Rey Sol. No fueron las únicas amantes, ya que por su real lecho pasaron también Mademoiselle de Nantes y Mademoiselle de Blois, entre otras.

Felipe V, apasionado pero dentro del matrimonio

El desmedido afán del Monarca por el sexo fue heredado por Felipe V y otros parientes Borbones, y a su vez este se lo traspasó a su prole, tanto varones, como mujeres, si bien es cierto que sus descendientes más directos supieron comportarse. En el caso del primer Borbón de España, tenía un gran apetito sexual, pero era tan religioso que no quiso tener amantes. Estuvo casado con María Luisa Gabriela de Saboya y con Isabel de Farnesio. Los desgraciados Luis I y Fernando VI, vástagos de Felipe V y la Reina María Luisa Gabriela, fueron más comedidos, al igual que Carlos III, hijo que el primer Borbón tuvo con Isabel de Farnesio, que además de ser el más cuerdo de la Familia (Real), fue fiel a su esposa, María Amalia de Sajonia. No tuvo esa suerte su heredero, Carlos IV, que sufrió a una esposa infiel, María Luisa de Parma, durante todo su matrimonio. Que no engañe el apellido de la consorte, que era tan Borbón como Carlos IV, ya que su padre fue Felipe I de Parma, hermano de Carlos III, y de Luisa Isabel de Francia, hija del Rey Luis XV. Por tanto, María Luisa de Parma era otra Borbón y Borbón. En esta dinastía han sido muy dados a casarse entre primos, pero esa es ya otra historia.

María Luisa de Parma, la amante de Godoy

Pese a que a lo largo de la historia han sido ellos los infieles, y ellas las consortes que han tenido que sufrir las humillaciones, en algunas ocasiones han sido ellas las que no cumplieron con sus votos de fidelidad. No, la Reina María Luisa no apostó por la fidelidad marital, y de hecho según cuenta José María Zavala en 'La maldición de los Borbones', la esposa de Carlos IV habría confesado en su lecho de muerte que ninguno de sus hijos era del Rey. ¿La dinastía Borbón desaparecía en España? No, aunque esto fuera verdad, ya que María Luisa era una Borbón, y generaciones posteriores volvieron a emparentar con miembros de la familia. De otra cosa se les puede acusar, pero de no ser Borbones no es una de ellas. La consorte real era Borbona, muy Borbona, y por eso no dudó en tener amantes. Su gran amor fue Manuel Godoy, un extremeño que entró en el cuerpo de guardias de Corps y que fue escalando posiciones hasta lograr ser Primer Ministro, cargo que ostentó entre 1792 y 1798. Después siguió llevando el poder, pero ya en la sombra. La Reina tenía pasión por él, y Carlos IV le adoraba. Entre tanto, él se dejaba querer y consiguió, además de poder, ser Caballero de la Orden de Santiago, obtuvo la Gran Cruz de Carlos III, el Toisón de Oro y hasta logró ser Príncipe de la Paz. Lo tenía todo, y eso que no fue fiel a María Luisa de Parma, que por otra parte, tampoco se limitó a Godoy.

Isabel II, conocida por muchos como la 'reina ninfómana' en una de las pocas fotografías suyas.
Isabel II, conocida por muchos como la "reina ninfómana" en una de las pocas fotografías suyas. J Laurent

Fernando VII e Isabel II, de tal palo, tal astilla

Poco apreciaban los Reyes Carlos IV y María Luisa a su hijo Fernando, quien subiría al Trono como Fernando VII. El Rey Felón fue el peor Monarca que ha tenido España, y tampoco supo comportarse en su vida íntima. Dotado de una enorme voracidad sexual, durante los primeros años de su vida no era capaz de tener relaciones, pero después lo compensó entregándose a los placeres de la carne pese a sufrir macrogenitosomía genital, lo que dificultaba tener intimidad. Cuatro fueron las esposas de Fernando VII, y aunque no coleccionaba amantes, sí fueron famosas sus correrías nocturnas que tanto humillaron a sus Reinas. Se casó con María Antonia de Nápoles, con María Isabel de Braganza, que fue la que más sufrió las infidelidades del Felón, con María Josefa Amalia de Sajonia, una pobre desgraciada que pasó una de las peores noches de bodas de la realeza, y por fin María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Isabel II fue una reina desatada a nivel sexual y calificada como ninfómana.

La cuarta esposa y sobrina de Fernando VII (todas sus mujeres estaban emparentadas con él), tenía fama de haber heredado el 'Gen Borbón', y aunque iba predispuesta, en 'La maldición de los Borbones' se explica que en su primera relación sexual fue violada por el Rey, lo que ponía de manifiesto la clase de persona que era Fernando VII. Ambos fueron padres de Isabel II, una Reina desatada a nivel sexual y calificada como ninfómana. Si bien es cierto que tenía un apetito sexual fuerte, no fue más que el de otros miembros de la dinastía, solo que como suele ocurrir, el machismo ha hecho más daño a su figura. Sea como fuere, Isabel II fue de amante en amante, solo que ella, en lugar de traer al mundo a bastardos, daba a luz a Infantes de España. Casada con su primo Francisco de Asís de Borbón, de quien se dice que era homosexual y con el que nunca tuvo un matrimonio feliz, fue de hombre en hombre y se cuenta que ninguno de sus vástagos fueron concebidos con el Rey consorte. Con José Ruiz de Arana habría tenido a la Infanta Isabel, la Chata; con Enrique Puigmoltó, a Alfonso XII; mientras que con Miguel Tenorio de Castilla habría concebido a las Infantas Pilar, Paz y Eulalia. Emilio Arrieta, Carlos Marfori, el General Serrano, Manuel Lorenzo de Acuña y Tirso Obregón fueron otros de los varones que pasaron por el lecho real.

Los Alfonso y sus bastardos

El único varón de Isabel II fue el enfermizo Alfonso XII. No tenía buena salud, pero el apetito sexual tampoco le faltaba. Se enamoró perdidamente de su prima hermana, María de las Mercedes de Orleans, con la que se casó el 23 de enero de 1878. Su feliz unión pudo haberle alejado de las infidelidades, aunque justo antes de casarse andaba con varias mujeres, pero la desgracia se cebó con la pareja. La Reina murió de tuberculosis menos de 6 meses después de casarse. Alfonso XII se vino tan abajo que se temió por su salud, pero logró restablecerse y se casó con María Cristina de Habsburgo-Lorena. Ella sufrió las infidelidades de su real marido, que tuvo una larga relación con la cantante de ópera Elena Sanz, que le dio dos varones, Alfonso y Fernando, y con la mujer del embajador uruguayo en España, con la que tuvo una hija. Adelina Borghi fue otra de sus favoritas, y si no hubo más fue por la temprana muerte del Monarca, fallecido de tuberculosis el 25 de noviembre de 1885, cuando le quedaba 3 días para cumplir 28 años.

En el momento de su muerte, la Reina María de las Mercedes estaba embarazada. El 17 de mayo de 1886 nació Alfonso XIII, digno heredero de su padre, de su abuela, de su bisabuelo y de su tatarabuela al menos en lo que a instintos sexuales se refiere. Su matrimonio con Victoria Eugenia de Battenberg fue feliz en sus inicios, pero la hemofilia que introdujo en la Familia Real Española (y que provenía de la Reina Victoria de Reino Unido) y sus apetitos carnales pronto hicieron de esta unión una fuente de desgracias para la Reina Victoria Eugenia. La princesa británica no tardó en tener claro que si los españoles le parecían malos maridos, los Borbones eran todavía peores.

Alfonso XIII escribió el guion de varias películas eróticas para uso privado.

Alfonso XIII mantuvo relaciones esporádicas y otras más estables. Tuvo una hija con Beatrice Noon, Juana Alfonsa Milán, además de otros dos vástagos, Leandro y María Teresa. Estos últimos nacieron fruto de su relación extramatrimonial más importante, la que mantuvo con la actriz Carmen Ruiz Moragas. Su apetito sexual iba más allá, así que el Conde de Romanones contrató a Ramón y Ricardo Baños para que rodaran una serie de películas de contenido erótico de cuyos guiones se encargó Alfonso XIII y que eran de uso privado. Y mientras tanto, la Reina Victoria Eugenia, desdichada y humillada, ampliaba su colección de joyas a cada infidelidad, que era la manera que tenía Alfonso XIII de sentirse mejor ante su legítima esposa. El tesoro que consiguió la consorte es legendario y algunas de esas piezas forman parte del joyero de la Familia Real Española para las grandes ocasiones.

Las infidelidades de la corte de Isabel II fueron retratadas por una serie de pinturas supuestamente atribuídas a los hermanos Becquer.
Las infidelidades de la corte de Isabel II fueron retratadas por una serie de pinturas supuestamente atribuídas a los hermanos Becquer. Hermanos Becquer.

Don Juan, el conquistador sin corona

Don Juan de Borbón, hijo de Rey, padre de Rey y nunca rey, fue otro conquistador empedernido. Su matrimonio con la Princesa María de las Mercedes fue feliz pese al exilio, a no regresar a España como Reyes y a la trágica muerte de su hijo menor, el Infante Alfonso. Sin embargo, no consideraba que hiciera mal en tener sus escarceos amorosos. Se comenta que estuvo con Zsa Zsa Gabor, además de con otras aristócratas, aunque la mayoría de los nombres de sus amantes, que fueron muchas, no se conocen. El Conde de Barcelona era un mujeriego que demostró que los Borbones no perdían su esencia pese a haber perdido la Corona.

El Rey Juan Carlos y sus mujeres

Mención especial merece el Rey Juan Carlos, todo un conquistador que heredó ese 'gen Borbón' que tantos disgustos ha causado a la Reina Sofía... y no solo a ella. En su juventud, se esperaba que contrajera matrimonio con una princesa real y quizás por ello empezó a salir con María Gabriela de Saboya, hija de Humberto II, el último Rey de Italia. La Familia Real Española y la Familia Real Italiana pasaban su exilio en Estoril, y aunque ya por entonces Juan Carlos de Borbón vivía en Madrid, se veían todo lo que podían. Su relación no fue a más porque el dictador Franco no la veía con buenos ojos, y además ella no se veía como posible y futura Reina de España. Su noviazgo no prosperó, pero siempre se llevaron bien. Pero los ardores de juventud del por aquel tiempo Príncipe Juan Carlos eran intensos, así que no dudó en estar con otra mujer mientras salía con la princesa italiana. Se trató de la Condesa Olghina de Robilant, con la que vivió un tórrido romance que tampoco llegó a nada porque Don Juan Carlos supo ver que no era la persona adecuada para acompañarle en el camino que estaba llamado a recorrer. Su relación acabó cuando Juanito se planteó tener algo con Sofía de Grecia, que tras el chasco de quedarse sin Harald de Noruega, quería volver a enamorarse de un royal. "Me enamoré de Sofía inmediatamente. Es una de las pocas mujeres que conozco capaz de llevar con toda dignidad una corona real", afirmó en su momento Juan Carlos de Borbón. Hubo boda el 14 de mayo de 1962, y nacieron tres hijos. Sin embargo, su matrimonio no fue feliz durante mucho tiempo.

Durante los 13 años que pasaron entre su enlace y la muerte de Franco, su vida familiar fue bastante plena. La estrecha vigilancia a la que el dictador sometía a los llamados entre 1969 y 1975 Príncipes de España para comprobar que fueran intachables obligó a Juanito a serenarse. Una vez convertido en Rey de España, se le olvidó guardar las formas y dio rienda suelta a sus pasiones. Cuenta Pilar Eyre en 'La soledad de la Reina' que en enero de 1976, Doña Sofía quiso dar una sorpresa al entonces Rey y viajó con sus hijos a la finca toledana a la que se había trasladado para cazar. Al ver con quién estaba él, la sorpresa se la llevó ella. Se marchó con lágrimas en los ojos al darse cuenta de que su matrimonio había terminado ese día. La Reina Sofía viajó a La India para visitar a su madre, la Reina Federica de Grecia, y su herrnana, la Princesa Irene, que vivían allí su exilio. Federica de Grecia la convenció para que volviera y aguantara si no quería perder todo, y ella al final aceptó y regresó a La Zarzuela. Quizás aquella mujer no fue la primera, y desde luego que no fue la última.

Una de las más mediáticas ha sido Bárbara Rey, actriz y vedette de Totana, Murcia, con la que mantuvo un romance escandaloso que salió muy caro. Durante la Transición, Bárbara Rey, cuyo verdadero nombre es María Margarita García García, apoyó a Adolfo Suárez en su campaña electoral. El entonces Monarca la llamó para darle las gracias por su apoyo y le ofreció ir a La Zarzuela algún día. Ella no se lo pensó dos veces y no tardó en presentarse ante el Jefe del Estado. Comenzó un amor que se interrumpió cuando ella se casó con Ángel Cristo el 12 de enero de 1980. El matrimonio del domador y la vedette duró hasta 1989, y una vez que ella fue otra vez libre, retomaron un affaire que ha hecho correr ríos de tinta. Lo que quizás no sabía Juan Carlos de Borbón en sus encuentros con la de Totana es que ella lo grababa todo. El material que guardaba era explosivo y estaba dispuesta a utilizarlo para chantajear al Jefe del Estado si llegaba el momento... y vaya si llegó. Rota su historia desde 1994, en 1997 hubo un robo en casa de Bárbara Rey, donde desaparecieron las cintas grabadas por la actriz. Por el camino, y como señala Ok Diario, la murciana habría recibido importantes sumas de dinero que integrantes del CNI habrían dejado a Bárbara Rey en Luxemburgo. Esta relación que tanto humilló a la Reina Sofía volvió a la actualidad dos décadas después de su final, aunque uno ha callado, y la otra ha hablado sin decir nada.

La vedette Bárbara Rey fue una de las primeras 'amigas extrañables' del rey emérito Juan Carlos I
La vedette Bárbara Rey fue una de las primeras "amigas extrañables" del rey emérito Juan Carlos I Gtres

La lista principal de amigas especiales de Don Juan Carlos se completa con la que ha sido una de las mujeres más importantes de su vida: Marta Gayá. Es la más discreta y duradera de todas, la que nunca ha pedido nada a cambio y la que mejor le ha entendido. Se conocieron en Mallorca en aquellos veranos que parecían no terminar nunca con una Familia Real feliz, unida y que se lo pasaba en grande en la isla. Gayá, de familia adinerada, coincidió con el Rey Juan Carlos en aquellos tiempos de gloria, cuando se divertía con una camarilla que flaco favor le hacía. Su relación fue intensa y muy discreta hasta que en 1992, la revista Época publicó un reportaje sobre ella llamado 'La dama del rumor'. Por esa mujer perdió tanto la cabeza que aseguró que nunca había sido tan feliz, aunque generó situaciones que pusieron en peligro la estabilidad de España y de su real familia. Entre mayo y junio de 1992, Juan Carlos de Borbón viajó a Suiza sin motivo aparente. El 18 de junio, el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, declaró que no podía nombrar al ministro de Exteriores porque no encontraba al Jefe del Estado. El escándalo fue mayúsculo, y Juan Carlos I tuvo que regresar. Cumplió con el trámite y volvió al país helvético, donde le esperaba su amada. Para regresar con ella incluso se perdió la fiesta por el 79 cumpleaños de su padre, el Conde de Barcelona, que fallecería el 1 de abril de 1993, por lo que jamás pudo festejar otro cumpleaños. Juan Carlos de Borbón humilló a Doña Sofía, olvidó a su padre y descuidó sus obligaciones por una mujer con la que ha mantenido contacto incluso después de que su relación sentimental como tal. ¿Ha sido ella el gran amor de su vida?

Y por último, la escandalosa, la que ha puesto en más aprietos no solo a Juan Carlos I, sino a la Corona. Ella es Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una conseguidora alemana con la que el Rey Emérito mantuvo una relación de casi una década. Su relación tiene celos, los que ella sentía por las otras mujeres con las que habría estado durante su romance; tiene venganza, la de ella al acceder a entrevistarse con el excomisario Villarejo y Juan Villalonga y revelar que el Rey Emérito le habría usado como testaferro en Suiza y que habría cobrado comisiones, entre otras informaciones; tiene ambición, como demuestran las gestiones que realizó la alemana para presuntamente haberse llevado millones de euros en comisiones directas a su bolsillo... es una historia de amor, pero también de poder y de mentiras.

Su romance saltó a la luz el 14 de abril de 2012, cuando el antiguo Jefe del Estado se rompió la cadera en Botsuana, país al que había viajado para cazar elefantes. Si el Caso Urdangarin ya había hecho daño a la Casa Real, ese día, y con todo lo que se supo después, Juan Carlos I perdió la Corona. Pronto se conoció que Corinna había vivido en la residencia llamada 'La Angorilla', que Patrimonio Nacional reformó para la alemana y tantas y tantas cosas que tanto daño han hecho a la imagen de Juan Carlos I. La calificada como 'amiga entrañable' del Rey Juan Carlos no ha vuelto a España, aunque su relación con el Rey Emérito se prolongó al menos hasta 2013, cuando estaba todo perdido y ella ya había realizado una tourné por algunos medios hablando de su amistad y defendiéndose de su implicación en el Caso Nóos, porque sí, su nombre apareció debido a que intentó buscar trabajo a Iñaki Urdangarin tras habérselo pedido Juan Carlos de Borbón. Antes, cuando parecía que iban a estar siempre juntos, había pensado en celebrar sus 40 años de reinado, divorciarse, casarse con Corinna y darle tratamiento real, algo que cuenta Ana Romero en 'Final de partida' y que Felipe VI jamás consintió. La Reina Sofía podía saber o no saber, pero lo que nunca olvida es la humillación pública que ha vivido durante años. Con todo ello, le ha perdonado. Al menos, el Rey Felipe no ha salido Borbón, sino Grecia, lo cual es todo un alivio.

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