'BoJack Horseman' o el problema de la autocompasión y la carencia emocional

Netflix

'BoJack Horseman' personifica la autocompasión y la carencia emocional, dos problemas cada vez más extendidos

La popular serie de Netflix 'BoJack Horseman', lejos de ser una comedia tradicional, muestra de forma cruda y real las relaciones humanas, la falta de sensibilidad y la autodestrucción de quienes no afrontan su realidad.

Por Celia Varona  |  29 Enero 2019

'BoJack Horseman' es una serie de animación para adultos que Netflix estrenó en agosto de 2014. Está ubicada en un ficticio Los Angeles donde conviven animales antropomorfos y seres humanos. En este primer grupo, un caballo, el protagonista, es una (casi) acabada estrella de Hollywood que sobrelleva su día a día a base de sexo, drogas y autocompasión.

Esta trama innovadora presenta al personaje a expensas de conseguir que sintamos por él una creciente simpatía temporada tras temporada. La serie no solo refleja la otra cara del mundo artístico, la idealización y la deificación hollywoodiense, sino que indaga en las diferentes personalidades de los personajes con un toque sarcástico. Así, cada uno de los personajes está diseñado para que un sector de la audiencia se identifique con ellos. Valores como la igualdad, la humildad o el altruismo están muy presentes en cada capítulo de 25 minutos de duración, pero también lo está el desapego, el oportunismo y la autocompasión.

Es precisamente de este último sentimiento del que queremos hablar, cuya expansión en la sociedad actual es tal que podríamos catalogarla incluso de pandemia. En una sociedad cada vez más individualista es más fácil buscar la compasión hacia uno mismo que pedir ayuda y mostrarnos vulnerables ante otros. Puede que no tratemos de evadirnos a través del alcohol y las drogas, pero aun así es muy probable que nos reconozcamos en algunos comportamientos de BoJack. No obstante, al final se trata de ficción, y la serie radicaliza esta personalidad hasta el punto de que se nos antoje imposible encontrarnos en nuestro círculo más cercano personas tan autodestructivas.

Pandemias emocionales

La constante insatisfacción vital se traduce, tanto en 'BoJack Horseman' como en la realidad, en un "todo me da igual", un pensamiento bastante común que conlleva la progresiva dejadez de cuidados hacia las demás personas. La frase "yo hago daño porque me lo han hecho a mí" es la mejor excusa para evitar ayudarnos, escucharnos y tratar bien a los demás, ya sean familia, amistades, pareja o un rollo de una noche que no volveremos a ver.

BoJack no es feliz con la vida que tiene, y eso repercute en su día a día y en sus relaciones.
BoJack no es feliz con la vida que tiene, y eso repercute en su día a día y en sus relaciones. Netflix

BoJack es el ejemplo perfecto de este tipo de comportamiento, lo que nos lleva a empatizar con él mientras evoluciona a lo largo de la serie, esperando que que acabe mejor de lo que empezó. Pero parece ser un círculo vicioso que no tiene fin. Y es que también es muy fácil caer en eso en el día a día y ser incapaces de ver todo lo bueno que nos pasa. Los llamados 'problemas del primer mundo' no son más que insatisfacciones de cuya banalidad somos conscientes, pero que nos da pereza o miedo tratar de buscar soluciones y terminan estancándose y perjudicándonos seriamente.

Hoy en día parece ideal la persona que pasa de todo sin necesidad de mostrar cualquier tipo de sentimientos (como BoJack), en contraposición con aquellas más sensibles y expresivas, que dicen lo que sienten y se sacrifican por el resto (si habéis visto la serie, se os tienen que venir a la cabeza unos cuantos ejemplos. Si no, se os vendrán ejemplos de personas reales).

La carencia de inteligencia emocional y de empatía es otra de las características del personaje principal. En ningún momento BoJack va a ser capaz de ponerse en la piel de sus compañeros o familiares para comprender cómo se sienten. Bueno, sí, quizás un par de veces, siempre con alcohol de por medio. Nuestras relaciones con las personas parecen haber llegado a un punto de dar lo mínimo para que la relación prevalezca y sin tener una capacidad empática que nos ayude a hacer autocrítica y solidarizarnos con quienes nos rodean.

A falta de alguien que le ayude a entender qué es exactamente lo que le pasa o de implicarse emocionalmente, BoJack continúa haciéndose boicot a sí mismo cada vez que consigue estabilizar su vida. La única manera de estar en relativa paz consigo mismo es quejarse de los problemas que él mismo se causa, culpando al azar o a otras personas de sus desgracias.

El acoso de la prensa ante una estrella en decadencia no ayuda en absoluto.
El acoso de la prensa ante una estrella en decadencia no ayuda en absoluto. Netflix

Ya basta de autocompadecerse

La autocompasión es el sentimiento de pena hacia sí mismo, regocijándonos en el dolor sin intención alguna de poner remedio a los problemas a los que nos enfrentamos. Para ser sinceros, la autocompasión es el camino fácil a los baches que tenemos. Es el optar por resignarnos y quejarnos antes que buscar una solución. BoJack es experto en esto. Lejos de afrontar su carencia emocional, su declive profesional y sus problemas para las relaciones sociales, decide optar por un comportamiento destructivo que daña a todo el que se acerca. Por supuesto, esta autocompasión no viene sola. Animada por la egolatría y la sociopatía, nos autocompadecemos de nosotros mismos y buscamos ser más que el resto. Ya sea más para mejor, o para peor; pero siempre más. Aquí volvemos a notar cómo esa competitividad e individualismo priman en todas las esferas sociales.

Como ya se ha dicho anteriormente, el comportamiento de BoJack está llevado al extremo, pero... ¿si nos pusiéramos a pensar en qué nos parecemos, aunque sea mínimamente, a él, qué encontraríamos? ¿Seríamos capaces de aceptarlo y tratar de cambiarlo? ¿Seremos capaces de cuidar más a los demás y afrontar con endereza las situaciones que no nos gustan?

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