Demandas, homofobia y pérdidas: la historia real de los dos últimos años de Disney
Disney vuelve a tener como CEO a Bob Iger dos años después tras el despido de Bob Chapek. Repasamos la etapa de Chapek, marcada por las polémicas con la comunidad LGTBIQ+ y Scarlett Johansson, entre otras.
23 Noviembre 2022
|Para película la que se está viviendo en las oficinas de Disney en los últimos días, o más bien en los últimos años. En febrero de 2020, Bob Iger dimitió de su cargo de director ejecutivo de la compañía y fue remplazado por Bob Chapek. Desde que este tomara los mandos, la multimillonaria empresa ha vivido contantes altibajos protagonizados primero por la pandemia, segundo por las polémicas en las que se ha visto sumergida por algunas acciones desafortunadas de su líder y, por último, por unos malos resultados empresariales. Por lo que Chapek, el segundo Bob o, como nos gusta llamarlo a nosotros, el director secundario Bob, ha sido cesado de sus funciones.
Y qué se hace cuando algo no funciona: se puede renovar todo por completo y cambiar desde la dirección hasta la estrategia, lo que genera cierto riesgo, a veces necesario; se puede renovar solo una de las dos cosas; o se puede retomar una relación pasada con vistas a recuperar la chispa que se perdió y esperar a que la cosa tome otra vía esta vez. Para muchos, volver con un ex no será una gran idea, pero como esto va de cine, y todas las buenas películas se construyen en base a un gran conflicto, pues habrá que confiar en las segundas oportunidades.
La historia está llena de reencuentros que salen bien, como los continuos retornos de Voro al Valencia para salvar los muebles, las vueltas de Red Hot Chili Peppers, y de Guns N' Roses, el regreso de Fernando Alonso a Renault... Bueno, la verdad es que no todos salen bien.
Pero esto es Disney, el lugar de las historias con final feliz. Y si hay algún sitio en el mundo en el que confiar en la magia, en el poder del amor, en la amistad y en las segundas oportunidades, definitivamente es en la compañía de Mickey Mouse. Eso mismo ha debido pensar su consejo de administración al renombrar a Bob Iger como CEO.
La tarea que tiene ahora entre manos es bastante complicada, debido a la gestión de su predecesor. Para ver a qué batallas se va a tener que enfrentar, vamos a hacer un repaso de las dos grandes polémicas de Bob Chapek como director ejecutivo de Disney en estos dos años. Ha habido más, pero es que si no no terminábamos nunca el artículo.
La demanda de Scarlett Johansson
Como es sabido ya por todos, la pandemia paró el mundo durante unos meses afectando los negocios de todas las industrias. La del cine no iba a ser diferente, ya que se cerraron los cines, se cancelaron proyectos y modificó diametralmente el calendario posponiendo estrenos y rodajes.
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Todo esto obligó a las compañías del entretenimiento a reinventarse probando fórmulas inexploradas y priorizando por encima de todo a los servicios de streaming bajo demanda. La clásica distribución por ventanas de la industria, consistente en estrenar primero las películas en el cine y luego dar paso a los DVD y a los servicios VOD, fue vulnerada por Disney con el estreno de 'Mulan' y 'Soul' directamente en Disney+, y de 'Raya y el último dragón', 'Cruella', 'Jungle Cruise' y 'Viuda Negra' de manera híbrida, es decir en cines y en la plataforma bajo previo pago.
El problema llegó cuando Scarlett Johansson demandó a la compañía por incumplir el contrato que habían firmado con la actriz. Esta alegaba que de esta manera sus ingresos se habían visto muy perjudicados al reducirse mucho sus ganancias provenientes del porcentaje que habían pactado de la recaudación que la película hubiera hecho en taquilla con un estreno tradicional. La respuesta de Disney ante tales acusaciones fue atacar la insensibilidad de la actriz con los momentos difíciles que el mundo estaba atravesando debido a los "efectos horribles, prolongados y globales de la pandemia", lo que resultó en todo un error de estrategia, ya que la respuesta fue acusada de misógina y todo el mundo se puso del lado de la actriz.
El conflicto se acabó resolviendo con una compensación económica por parte de la compañía que rondó los 40 millones de dólares para Scarlett Johansson. Cifra que no parece nada descabellada si se tiene en cuenta que las pérdidas por piratería derivadas del estreno híbrido de 'Viuda Negra' se estiman en 600 millones de dólares, además de la correspondiente pérdida de los ingresos en taquilla que provocaron los visionados por Disney+.
Al final, todo resultó en un aprendizaje de la compañía, ya que tras los batacazos de todos los estrenos híbridos que realizó Disney en ese periodo, dejaron de saltarse el paso del cine en la distribución de sus largometrajes.
Sus decisiones homófobas
El cine es, en parte, un reflejo de la sociedad. Esto hace que muchas producciones vayan cambiado sus perspectivas, sus protagonistas y sus argumentos acorde a la evolución de la mentalidad de las personas. Queda un largo camino por recorrer, pero parece claro que cada vez son más las ficciones que incluyen temáticas antirracistas, feministas y LGBTIQ+.
Disney, siempre reacia a estos avances, fue todavía más allá bajo el mandato de Chapek, con la cancelación de algunos proyectos que gozaban de estas perspectivas.
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Uno de estos era 'Nimona'. Por lo que se sabe, este largometraje, con temática LGBTIQ+, fue fulminado cuando se encontraba en la fase final de su producción. 'Nimona' no fue la única película que sufrió estas consecuencias. 'Casa Búho' también fue cancelada, según su creadora porque "hay unos hombres y mujeres de negocios que supervisan aquello que encaja en la marca Disney, y una de esas personas decidió que 'Casa Búho' no encajaba en esa marca".
No solo de cancelaciones va la cosa, sino también de cambios de dirección difícilmente explicables. Disney había producido el musical 'Todos hablan de Jamie', protagonizado por un joven drag queen, pero pasó de anunciarla para los cines a distribuirla en Amazon. No en Disney+, no. En Amazon.
Algo parecido sucedió con 'Con amor, Víctor', una serie sobre un adolescente gay que se cambia de instituto. En vez de estrenarse en Disney+ se pasó a Hulu.
Pero la polémica no acaba aquí. Durante la etapa de Bob Chapek, a Disney se le acusó de cambiar escenas con contenido LGTB o incluso eliminarlas de diversas películas en algunos de los países en los que se distribuyeron, como por ejemplo, la famosa escena del beso en 'Lightyear'.
No obstante, la polémica estalló tras conocerse que Bob Chapek había donado dinero a los partidos republicanos del estado de Florida que habían promovido la ley 'Parental Rights in Education Art', conocida popularmente como 'Don't say gay'. Dicha ley promueve la prohibición en el tratamiento de temáticas de orientación sexual e identidad de género en los colegios, además de eliminar ayudas a jóvenes de diversidad sexual.
Su apoyo al 'Don't say gay' hizo que muchos trabajadores de Disney levantaran la voz en su contra, como los animadores y guionistas, que denunciaron cómo la compañía les había tumbado en los últimos años cualquier propuesta de contenido LGBTIQ+.
Chapek, al ser preguntado por esto, comentó que su apoyo era en beneficio de Disney, ya que posicionarse contra la ley podía ser perjudicial para la compañía (no sabemos cómo), y que Disney apoyaba tanto a políticos republicanos como a demócratas. Finalmente, debido a las numerosas críticas y manifestaciones frente su sede de California, Chapek pidió disculpas por no haber sido un "aliado más fuerte en la lucha por la igualdad de derechos". Con estas palabras también anunció que suspendía cualquier tipo de donación al estado de Florida.
Todas estas polémicas, sumadas a la reciente caída en bolsa de la compañía, que el miércoles 9 de noviembre vio desplomarse sus acciones a niveles de cuando tuvieron que cerrar los parques temáticos por la pandemia, ha propiciado la caída de Bob... y el regreso de Bob.
Bob (Iger) parte con la ventaja de que ya tiene experiencia en la dirección de la empresa, y son conocidos por todos sus continuos desacuerdos con prácticamente cualquier cosa que hizo su predecesor. Algo parecido han debido pensar en Wall Street, pues tras el anuncio de su reincorporación como CEO, las acciones subieron un 8% su valor. Sin lugar a dudas, un buen comienzo para su segunda aventura juntos.