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Cómo ser alérgico y no morir en primavera: trucos y experiencias
Más o menos puntual llega cada año el cambio primaveral. En apariencia, todo es bonito y soleado... excepto si no puedes pisar la hierba sin estornudar treinta veces. Te contamos cómo lo lleva un alérgico y qué se puede hacer para sobrevivir a esta etapa.
14 Marzo 2023
|Llega la primavera[/i] y, para muchos, esto significa felicidad. Quienes no sufren el síntoma de la llegada de la primavera, la astenia primaveral, suelen recibir con los brazos abiertos la llegada de la segunda estación del año. Días más largos, empieza el buen tiempo, vemos más el sol, cambiamos de ropa... en definitiva, que, como dice el refranero popular, "la primavera, la sangre altera". Pese a todo esto, hay un sector de la población a la que la primavera pone los pelos de punta, sobre todo al principio. Y es que, cada vez más, con la llegada de esta estación regresa la tan temida alergia.
Cuando pensamos en alergia se nos viene a la cabeza las flores, el polen y moquear como si no hubiera mañana. También podemos asociarlo a las reacciones alérgicas de comidas o picaduras, pero no es de eso de lo que vamos a hablar. Vamos a hablar de hasta qué punto la alergia puede hacernos pasar un muy mal día.
El festival de los estornudos y malestar
Picor, estornudos y dolor de cabeza son solo tres ejemplos de cómo la alergia puede afectarnos. Y tampoco es necesario tener un bosque o parque cerca, vale con un poco de aire o con cómo tengas el día. Las defensas influyen sí o sí. Dependiendo del cansancio o de cómo se encuentre nuestro cuerpo en ese momento, la alergia puede afectarnos más o menos.
El caso es que un día te levantas y ya lo notas: ese picorcillo en la garganta, que te falta tiempo para meterte la mano y arrancártela de cuajo, para qué nos vamos a engañar; o el de la nariz, que sabes que por mucho que aspires o la frotes no se va a pasar. Te falta tiempo para agarrar un paquete de pañuelos (cuando somos previsores y con suerte tenemos un buen arsenal para momentos como este).
A partir de ahí, todo en bucle. Que si picor de ojos, irritación de garganta, los oídos taponados y mocos... muchos mocos. Si durara un par de horas, bueno, podríamos evitarlo. El problema es cuando nos tiramos todo el día así. Acabamos con los párpados como una lija y los ojos más hinchados que un camaleón y una nariz de payaso escocido.
Además de todo esto, y por si fuera poco, tenemos esos comentarios de "oye, tienes un poco de alergia, ¿no?" o... "ay, la primavera, ¿eh? ¿Te da alergia?". Oh, vaya, gracias, no me había dado cuenta de que tengo la cara de un fumado que estornuda 80 veces. A cada persona la alergia le afecta de uno u otro modo, pero a mí personalmente, me deja una 'resaca' al día siguiente de apaga y vámonos.
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Tomar antihistamínicos puede ayudarnos... al alto precio de que nos entre sueño y estemos 'droguis' el resto del día. Al menos la medicina continúa avanzando y ya hay algunos que no tienen este tipo de efectos secundarios. Además, las 'pastis' pueden complementarse con otras tantas cosas: colirio para los ojos, sueros para la nariz, vaselina para las heridas o paracetamol para el dolor de cabeza. Pero, además de esto, pocas más opciones hay aparte de tener mucha paciencia y empezar a pensar que nuestro rendimiento no va a ser el de un día cualquiera.
Como no todo podía ser malo, contamos con los baños de agua fría para aliviar el picor por todo el cuerpo. Y si podéis, recomiendo ir a una piscina cubierta. Unos largos durante un tiempo suponen ese tiempo de alivio, y se agradece.
Cambiarnos de ropa también puede ayudarnos, sobre todo si la alergia nos entra por haber estado en determinados lugares. Y, a los que somos adictos al deporte,vayámonos planteando apuntarnos a un gimnasio conforme llega la primavera, porque lo de salir a correr, complicado.
Y ya, como consejo supremo, pañuelo en la nariz para no estar sonándonos continuamente, botellita de agua para no quedarnos más secos que el Sáhara, ver series y rezar para que llueva un poquito al día siguiente, porque poco más podemos hacer.
Tampoco podemos olvidar que, con la locura de tiempo que tenemos, el cambio climático y los giros de temperatura, la alergia se agrava y puede llegar en cualquier momento y a cualquier persona, incluso aunque no la hubiera sufrido años atrás. Estamos ya en primavera, pero no es extraño que a finales de verano ya hayamos empezado a experimentar síntomas.
Ante todo, mi máximo apoyo a aquellos alérgicos. Intentemos llevarlo de la mejor manera posible.