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Abramovich, de admirado a perseguido en Inglaterra: ¿qué va a ser del Chelsea?
El Reino Unido ha sancionado a 15 oligarcas rusos con activos en el país por motivo de la guerra entre Rusia y Ucrania. Entre ellos se encuentra Abramovich, dueño del Chelsea y admirado hasta hace un mes por todo el país, poniendo en peligro a la entidad.
11 Marzo 2022
|La guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado una oleada de rechazo total hacia Rusia por parte del bando occidental, y una animadversión hacia todo aquello que esté relacionado con Putin, sin importar si es gente corriente o personas con mucho dinero. Al fin y al cabo, la postura pro-Otan y pro-Ucrania choca frontalmente con el bando contrario, y si ya de por sí existía una mirada negativa hacia Rusia, ahora más.
Esta visión crea en la opinión pública una legitimación del rechazo hacia Rusia. Y ya no solo hacia Putin y los responsables de guerra, sino hacia todo lo que tenga que ver con el país. Las grandes marcas han dejado de comerciar en Rusia y se han dejado de producir en el país, cortando de raíz cualquier tipo de vínculo. Por desgracia, también ha habido ataques a comercios rusos en Europa y han denegado la entrada en universidades a rusos, una campaña de odio de la que debemos reflexionar.
SANCTIONED: 7 Russian oligarchs targeted in £15bn sanction hit - including Abramovich and Deripaska
The List ⬇️https://t.co/j1ehzJCjTq pic.twitter.com/gsLV3KtVxR— Foreign, Commonwealth & Development Office (@FCDOGovUK) March 10, 2022
En este contexto de boicot global, Reino Unido ha impuesto una dura sanción a 15 oligarcas rusos, congelando todos sus activos en el país y poniendo una multa de 15.000 millones de libras esterlinas. A estos oligarcas se les acusa de tener relación estrecha y monetaria con el Kremlin y con Putin. Entre los 15 se encuentra Roman Abramovich, quien tiene un estrecho vínculo con Putin. Se trata de un oligarca conocido por ser el dueño del Chelsea, uno de los clubes ingleses más destacados. De hecho, se ha convertido en una de las figuras más importantes en el mundo del fútbol en el último año.
Antes de conocer la sanción, viendo las orejas al lobo, Abramovich anunció su desvinculación del club y que había puesto en venta el mismo para que no se viese perjudicado ante las posibles sanciones que iba a recibir él. Sin embargo, la venta durante esos días de impasse no se cerró, y la sanción ha caído de lleno en ese proceso. Al quedar congelados todos los activos de Abramovich, el club se considera como uno de ellos y ha quedado totalmente paralizado.
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¿Qué va a pasar con el Chelsea?
Veamos qué implicaciones tiene que el Chelsea se vea envuelto como institución en las sanciones británicas. En primer lugar, el club del barrio de Londres no va a poder ni realizar traspasos de jugadores de otros clubes ni acometer renovaciones de los que ya tiene. Esto hace peligrar a todos los que finalizan contrato este año. Hay que destacar que sí se permite el pago a los jugadores, por lo que eso no supondrá un problema. Por otra parte, el club no va a poder vender nada de merchandising, ni camisetas de su equipo ni ningún tipo de ropa deportiva que aumente los ingresos de la entidad. Además, tampoco podrá poner a la venta más entradas para sus partidos, más allá de los abonos de temporada o las entradas que ya hayan sido vendidas antes de la sanción. Lo que viene siendo un bloqueo en toda regla.
Otro de los impedimentos que va a tener el club a raíz de la sanción a Abramovich es un límite de 500.000 libras en la puesta en escena de los partidos y 20.000 libras de gasto para sus viajes como visitante. Esto puede parecer algo normal, pero fuentes del club han afirmado que en los viajes por Europa se suelen gastar una cantidad de dinero bastante superior a la establecida. Por lo tanto, o busca una forma alternativa de viajar y se quita de lujos, o su presencia en la Champions corre peligro.
Pese a todas las trabas, el gobierno británico es consciente de la particularidad de la situación del Chelsea, y ha mostrado la intención de ser flexible en algunos aspectos. El primero de ellos es el de otorgar una licencia especial al club para que pueda operar hasta final de temporada en los mínimos anteriormente señalados (gastos en desplazamiento, salarios...). Además, aunque por ahora la venta estaba paralizada, es posible que realicen una excepción y permitan que se avance en el proceso, siempre y cuando se aseguren de que ese dinero no acabe en los bolsillos de Abramovich.
Pese a estas ayudas del gobierno, el Chelsea se enfrenta a la posibilidad de un colapso económico. Ya no es solo que vaya a dejar de recibir las inyecciones económicas de Abramovich de las que tanto dependía, sino que esta sanción puede tener derivados catastróficos. Ya se ha comenzado a especular con que Nike rompa el acuerdo que le une a la entidad desde 2016 y hasta 2031, y con el que el club recibiría 640 millones de libras. De momento, quien ya ha anunciado su ruptura unilateral del acuerdo es la empresa 'Three', por lo que ya no volveremos a ver el famoso número 3 en la parte delantera de la camiseta. Hablamos de más de 40 millones de euros anuales que han desaparecido de la noche a la mañana. Si sigue así, no sería descabellado pensar en una posible quiebra.
La hipocresía en el mundo del fútbol
Resulta curioso el acoso y derribo total hacia Abramovich cuando este era aclamado por prensa y gobierno hasta hace unas semanas. Mostrarse en consonancia con la ideología occidental está siendo la decisión de la mayoría de los activos comerciales, y más allá de que sea consecuente o no, sorprende la hipocresía que rodea estas decisiones tan repentinas y duras. Con la compra del Manchester City por el jeque o del Newcastle United por el fondo soberano saudí, país responsable de atrocidades inmensas como la de Yemen, nada de esto ocurrió.
¿Tiene sentido actuar en unas ocasiones sí y en otras no? Parece más bien una forma de arrimarse al sol que más calienta. Para los intereses empresariales de Nike, el prestigio que puedan ganar con la ruptura con el Chelsea vale mucho. Lo mismo ocurre con el gobierno británico, que su sanción a los oligarcas es una forma de demostrar su rechazo y afianzar los ideales de uno de los bandos. Los peor parados, los aficionados del conjunto blue.