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5 planes de los que estamos deseando disfrutar cuando acabe el periodo de cuarentena por el coronavirus
Solo nos damos cuenta del valor de la normalidad cuando la perdemos. En esa normalidad se encuentran una serie de planes que no valorábamos lo suficiente antes, pero que ahora, en plena cuarentena y confinamiento en casa, estamos deseando poder volver a hacer.
18 Marzo 2020
|En un momento determinado de 'Las uvas de la ira', dos personajes de la novela, después de meses viajando en busca de un trabajo y un lugar en el que instalarse, se acuerdan de cuando estaban en casa, veían la migración de los patos y, entonces, sabían que iba a llegar el invierno. Un momento banal y mundano mientras lo vivían, incluso propenso a pasar desapercibido, pero que cuando su rutina es parte del pasado, con todos los esquemas rotos, se convierte en parte de lo máximo a lo que aspiran: la normalidad.
La mayoría de nosotros, y pese a estar en un momento complicado, no estamos experimentando estos días ni experimentaremos nunca una situación tan desesperada como la de los Joad en la novela de Steinbeck, pero compartimos problema: también nos han arrebatado la normalidad, la rutina, algo que, como a un viejo amigo, solo valoramos cuando no está.
Ante esa situación, no dejamos de pensar qué haremos cuando esta situación de confinamiento en casa termine. Por eso, hemos decidido hacer una pequeña lista de planes que estamos deseando retomar cuando todo esto acabe.
1 Cualquier cosa que implique estar con los amigos y familiares
Entre otras cosas, el coronavirus nos ha recordado que no somos dioses inmortales, sino frágiles seres humanos cuya situación puede cambiar rápida y sigilosamente. No siempre vamos a estar aquí. Ni nosotros ni nuestros familiares y amigos. De este modo, cuando podamos volver a tener un contacto físico con ellos los valoraremos conscientemente como el esencial aporte de felicidad y de apoyo emocional que son, al menos hasta que nos reacostumbremos a su presencia. Ojalá no solo nos sirva para aprender a estimar sino también para relativizar determinadas discusiones que, a veces, nos distancian más que cualquier virus, nos enfrentan y se convierten en barreras insalvables por nuestro orgullo.
2 Pasear
Dar un paseo por nuestro barrio era algo rutinario hasta hace una semana, y algo que anhelamos ahora con todas nuestras fuerzas. Cuando volvamos a poder salir a la calle seguro que, al principio, nos pensamos dos veces el coger el transporte público para ir a sitios que sean cercanos, y decidiremos ir a pie por el gusto de poder hacerlo. Porque, por culpa de la velocidad impuesta a nuestra vida cotidiana, pocas veces podemos permitirnos (otras directamente lo rechazamos por voluntad propia) dar un paseo, tardar un poco más en llegar a donde vayamos y, a cambio, ir con más tranquilidad. Cuando acabe este periodo de tiempo probablemente valoraremos y recurramos con más asiduidad a esos paseos que no llevan a ninguna parte, sino que se hacen por el simple hecho de andar.
3 Hacer deporte fuera de casa
Es cierto que durante estos días estamos pudiendo ver bastante oferta de canales de YouTube de entrenadores personales para hacer rutinas en casa, así como entrenadores y hasta profesores de pilates y yoga ofreciendo clases a través de directos de Instagram, pero no es lo mismo. Sobre todo, porque ir al gimnasio supone no solo hacer deporte, sino otra cosa igualmente importante que no estamos pudiendo hacer estos días: cambiar de espacio y desplazarnos de un lugar a otro.
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Cuando todo esto acabe y durante un tiempo (aunque seguro que durará poco). la pereza que nos daba ir al gimnasio quedará totalmente olvidada. Estos días estamos constatando el paradójico descanso que suponía para la mente el moverse y sudar. Quizá durante ese periplo de tiempo que dure lo de no perdernos ni un día de gimnasio, se da un fenómeno que no sabemos si tiene antecedente: que nadie se salte ni siquiera una jornada de entrenamiento de piernas.
4 Poder ir a eventos multitudinarios
El hecho de que la gente pueda volver a eventos multitudinarios será un buen indicador de que lo peor de la crisis del coronavirus ha pasado (aunque todavía queda bastante para ello). Poder volver a disfrutar de conciertos en pabellones, de festivales y de partidos en estadios a reventar, en definitiva, poder volver a disfrutar de pertenecer a una comunidad con la que compartimos gustos y pasiones, será una de las cosas más bonitas cuando acabe el periodo de confinamiento.
5 Ir a nuestro bar favorito (y si es con terraza, mejor)
Todos tenemos un bar o un restaurante al que estamos deseando ir después del confinamiento. No solo por el hecho de celebrar que todo ha acabado y de volver a un lugar al que tenemos asociados buenos recuerdos y que sentimos como propio, sino porque también estamos deseando volver a comer esa tapa, a beber esa caña bien tirada, a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Da igual que sea el kebab de nuestra calle o el 'bar Antonio' de turno con su cerveza y su pincho de tortilla. Lo echamos mucho de menos, y estamos deseando volver allí (y más si tiene terraza, que cuando nos dejen salir ya hará bastante calor...).