5 consejos y reglas de protocolo en una cena de gala

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5 consejos y reglas de protocolo para no desentonar demasiado en una cena de lujo

¿Te acaban de invitar a tu primera cena de gala y no sabes ni por dónde empezar? Estos 5 consejos y reglas de protocolo te ayudarán a estar menos perdido.

Por Juan Pérez  |  09 Agosto 2021

Estamos acostumbrados a las reuniones informales con familia y amigos, y a que lo más 'formal' sea esa cena de empresa en la que terminas haciendo igualmente el ridículo. En general, la mayoría no sabemos cómo comportarnos en una verdadera cena de gala, principalmente porque nunca nos han invitado a ninguna.

Sin embargo, puede que el destino te lleve a acudir a una en algún momento de tu vida, y más vale que sepas cómo actuar si no quieres que sea la última. En una cena de etiqueta hay más normas y restricciones que en un estado totalitario, todo por mantener ese aroma de grandeza, elocuencia y modales. Si no destacas especialmente en ninguno de estos tres factores, te ofrecemos cinco consejos y reglas de protocolo elementales para que, al menos, no des el cante en una cena de alto standing.

Lúcete con el esmoquin

No hay que ser un genio para presuponer que en una cena de gala hay que ir de etiqueta, o si no lo que más se le acerque. Muchas de las cenas siguen un código de vestimenta que debes adaptar si quieres siquiera entrar. Otras no son tan estrictas, pero te mirarán mal si no cumples con la tónica general. En una cena de lujo no hay lugar a la innovación, así que compra o alquila un esmoquin/tuxedo negro con el que no desentonar en el evento.

No comas demasiado rápido, ve al ritmo de todos

No comas tu plato hasta que los de tu alrededor estén servidos. Y una vez te pongas manos a la obra, mantén la compostura, por muy bueno que esté o por mucho hambre que tengas. Tienes que comer despacio y no de manera grotesca, adecuándote al ritmo del resto y conversando a la vez (después de tragar, evidentemente). Si lo consigues, dará la impresión de que estás cómodo y suelto, y que este es tu sitio.

No vayas al baño en medio de la cena

Haz un esfuerzo por mantener tu vejiga a raya, porque en este tipo de cenas no puedes levantarte de la mesa mientras haya comida. El protocolo dicta que al baño se va antes y después de la cena, no durante la misma. Tampoco vale ir entre plato y plato o antes de que lleguen los postres. Aguanta, y ya acudirás después, si no quieres saltarte normas instauradas desde hace mucho tiempo.

Ten cuidado con cómo utilizas los cubiertos

En las cenas con amigos en el bar de toda la vida, en el que hay siempre un tenedor, cuchillo o palillos, no podemos establecer ningún protocolo, no sirve de nada. Pero claro, si llegamos a una cena formal y vemos dos o tres tipos de tenedores, y otros tantos de cuchillos, no vamos a saber qué hacer. En las cenas elegantes, la cubertería queda expuesta al completo desde el principio, y no es sencillo sentarse y ver tantos tenedores diferentes sin tener ni idea de cuál escoger para cada situación.

No obstante, hay un truco para esto. Hay que utilizarlos de fuera hacia dentro según estén colocados. Es decir, los que están al exterior primero, y los que están más cerca del plato, los últimos. Sabiendo eso, tú solo déjate llevar por el orden en que traigan los platos.

También debes tener cuidado con cómo dejas los cubiertos que vayas a utilizar, porque eso dará pistas a los camareros sobre si has terminado o no. Si los dejas en forma de triángulo significa que estás haciendo una pausa. Si los dejas cruzados, que quieres pasar al siguiente plato. Para rizar el rizo, si dejas el mango del cubierto hacia la parte izquierda del plato, significa que este te ha encantado. ¿Por qué no decirlo directamente en vez de hacer estos mensajes cifrados? Cosas del protocolo clásico.

Por cierto, antes de cerrar este apartado, una advertencia fundamental: en una cena de gala, el cubierto tiene que llegar a la boca, y no la boca al cubierto.

El quinto y más importante de los consejos: si te ves perdido, cópiate de los demás

Puede que se te olviden muchas cosas protocolarias en la cena, o bien por los nervios, o bien porque simplemente no tenías ni idea. Si te ves muy en apuros, la mejor opción sigue siendo la misma que utilizabas en el colegio: copiarte de lo que ves alrededor. Haz lo que hagan el resto de comensales, sé una oveja más del rebaño, y nadie notará tu presencia para mal. Observa y dedícale un tiempo al resto de comensales para ver sus gestos y pautas de comportamiento y trata de seguir lo que has aprendido si te ves muy en apuros. Te librará de un mal rato.

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