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5 claves para gestionar una vida en continuo estrés
Muchas veces vemos películas y nos preguntamos de dónde sacan tiempo para el desarrollo de la trama con todo lo que el personaje tiene que hacer. En este sentido, nuestra vida es muy similar: trabajo, estudios, gimnasio y mil tramas más que hacen que nuestra vida sea un drama (o una comedia). ¿Cómo podemos conjugar todo esto y sobrevivir?
06 Marzo 2019
|Muy pocas veces ocurre que preguntemos a alguien: "¿qué tal te va la vida?" y que responda: "bien, tío, me lo tomo con calma". Hoy, y más aún entre los jóvenes, es muy difícil encontrar a quienes se toman su día a día con aparente tranquilidad. Generalmente, la rutina se divide en trabajo, estudios (sean del tipo que sea) o proyectos diferentes que nos dejan sin tiempo. Y, por si acaso nos quedara algo, tenemos el gimnasio y la vida social, que también hay que tenerla para no caer en depresión. Todo esto se complica si vivimos solos... ¿de dónde sacamos tiempo para cocinar, limpiar y poner la lavadora?
Es evidente que para la mayoría de las personas la vida es un estrés continuo que nunca parece acabar. Como mucho, encontramos en verano nuestro tiempo de vacaciones y relax, pero que, por cosas de la edad, cada vez es más corto. Vivimos contracorriente las 24 horas del día, sin tiempo para descansar física y mentalmente. Quien no está corriendo mañana y tarde de un lado para otro, está delante de un escritorio 10 horas seguidas.
Esta situación de estrés (que por desgracia hemos acabado por normalizar) acarrea profundos problemas para nosotros. Problemas de sueño, emocionales, de espalda, de alimentación... El estrés es un parásito del que es difícil despegarse. Aquí dejamos una serie de claves para poder afrontarlo de la mejor manera posible:
1 ¡No te quejes!
Cada uno es muy consciente de cuál es su situación y lo difícil que puede llegar a ser lidiar con ello. Pero quejándonos continuamente solo focalizaremos nuestro pensamiento en cosas negativas que no nos ayudarán en absoluto. Además, no podemos estar hablando continuamente de lo dura que es nuestra vida. Desahogarse está bien, pero una hora al día, no quince. Por eso, si en algún momento necesitamos desahogarnos, hagámoslo, y cuando pase, concentrémonos en lo siguiente de una manera más positiva.2 Coge una agenda
Hoy en día está muy bien apuntar todo en el móvil, pero este sigue fallando más que una agenda en papel. Haz listas coherentes de las cosas que tienes que hacer (trabajo, casa, universidad, WhatsApp...) y márcalas conforme las vayas realizando. Apunta todo, incluso lo más mínimo a fin de que no se te olvide. Es una manera muy eficaz de distribuirte el tiempo y te ayudará a que nada se te olvide. Por cierto, los post-it distribuidos por la casa son súper útiles si estamos independizados.3 Racionaliza la situación
Cuando vivimos bajo altos niveles de estrés solemos dejarnos llevar por las emociones. No paramos a pensar nuestras acciones porque vamos a lo loco, ni observamos lo que nos conviene o no. En definitiva, actuamos de manera intuitiva.Lo más visto
Pararse a pensar lo que hemos hecho, lo que tenemos que hacer y hasta dónde podemos llegar puede ahorrarnos más de un disgusto. Esperando al autobús, en el trayecto, mientras nos ponen el café (uno de los mil que nos tomamos al día)... cualquier momento es bueno para, en vez de coger el móvil, pensar en cómo son las cosas realmente.
4 Tener en cuenta nuestra salud mental
Se puede forzar la máquina, pero tarde o temprano nuestro cuerpo va a decir basta. Por eso, es conveniente intentar organizarse bien (vuelve al punto nº2 si no te ha quedado claro este paso) para buscar huecos y relajarnos, hacer deporte, tener algo de vida social. Aunque sea media hora al día, nos ayudará a desconectar y coger fuerzas para lo que viene. Además, el no dormir está sobrevalorado: el descanso es crucial para poder llevar una vida agitada y no morir en el intento.El autocuidado nos ayudará a la hora de gestionar nuestras relaciones personales: estaremos menos irritantes y nuestras amistadas no se verán afectadas por el estrés. Es muy importante (y es algo que tendemos a hacer) no pagar con el resto nuestros problemas propios.
5 Márcate objetivos realistas
No podemos llegar a todo, y eso es un hecho. Por eso, tenemos que intentar ser lo más realistas posibles, y las listas también nos pueden ayudar. Marcarse objetivos realistas a corto, medio y largo plazo puede ayudarnos. Si vemos que poco a poco vamos resolviendo las tareas (por sencillas que sean), podremos afrontar de una manera más positiva el resto.Y si no llegamos a todo, priorizar. Porque a veces, aunque no nos haga mucha gracia, tenemos que dejar cosas apartadas. Y no significa ni que seamos unos dejados ni unos desastres, simplemente que no podemos abarcar cincuenta mil cosas, lo cual no está mal, solo significa que somos humanos.
En definitiva, la organización y el cuidado de uno mismo son claves para poder soportar una vida de relativo estrés (aunque, evidentemente, lo ideal sería no tenerlo); pero la actitud realista y positiva también es clave. Así evitaremos disgustos y malas rachas causadas por estar sometidos a altos niveles de estrés.