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12 películas de la década que no puedes pasar por alto
Esta década nos ha dejado mucho más que cine de superhéroes. Repasamos 12 películas imprescindibles de los últimos 10 años que deberías ver sí o sí.
31 Diciembre 2019
|No son pocas las listas de películas, series, libros, canciones y demás que todos y cada uno de nosotros nos encontramos en la recta final del año. Y si encima nos topamos con que para el próximo 2020 cambiamos de decimal, aquello de echar la vista atrás para hacer un repaso a la década es algo que muchos no podemos evitar.
Cinematográficamente hablando, los años comprendidos entre 2010 y 2019 han sido absolutamente satisfactorios, demostrando que todavía sigue existiendo la posibilidad de que veamos películas como nunca antes las habíamos visto, haciendo que la imaginación de cineastas ya consagrados (y otros que han venido para quedarse) y cierto espíritu transgresor se vean representados en el séptimo arte.
A continuación, quien esto escribe hace un repaso a la ingente cantidad de títulos estrenados durante estos diez años, escogiendo 12 que vienen a ser parte de lo más logrado en la industria, los cuales definen a la perfección cómo está el actual panorama cinematográfico y dejan claro que, ya sea hace treinta años o ahora, el culto por parte del público sigue estando más que presente en la cinefilia.
1 'Confessions' (Tetsuya Nakashima, 2010)
Basada en la novela de Kanae Minato, el cineasta japonés Tetsuya Nakashima conseguía en 2010 un reconocimiento internacional con el que no había contado hasta entonces. La Academia japonesa le otorgaría a 'Confessions' los galardones de mejor película y mejor dirección, motivo por el cual llegaría a estar considerada para representar a Japón en los Oscar, algo que no se hizo realidad.
Dicho reconocimiento tampoco le hacía falta a la película, la cual se coronaba como un retorcido thriller psicológico en el que Tataku Matsu daba vida a Yuko Moriguchi, una profesora que anuncia a sus alumnos que se retira de la enseñanza. El motivo no es otro que el dolor que sufre por la muerte de su hija de cuatro años, que perdió la vida ahogada de forma accidental en la piscina del colegio. Sin embargo, el anuncio contiene además un aviso: ella sabe que los responsables del accidente se encuentran en esa clase, anunciándoles que ha dado por iniciada una despiadada venganza contra ellos.
2 'Drive' (Nicolas Winding Refn, 2011)
Convertida en título de culto de forma casi instantánea, a principios de la década Nicolas Winding Refn utilizaba a su antojo las reglas del neo-noir para darle vida a 'Drive', película con la que conseguía ser premiado en Cannes por su labor como director y que convertía a Ryan Gosling en icono pop para toda una generación.
Lo más visto
Envuelta en una tensa calma plagada de silencios e imágenes que hablan por sí solas, en ella el actor daba vida a Driver, un personaje que durante el día trabaja como mecánico y especialista de cine, y que por la noche realiza su otra labor como conductor para criminales. Su vida cambiará en el momento en el que conozca a Irene, una vecina con el rostro de Carey Mulligan cuyo marido está en la cárcel. Al ritmo de la impecable banda sonora de Cliff Martinez, el film irá atrapándonos con su envolvente aura idílica, la cual acabará aprisionando con el estallido de violencia contenida que desde el primer momento Winding Refn nos deja intuir.
3 'The Ballad of Genesis and Lady Jaye' (Marie Losier, 2011)
Desde hace décadas, el nombre de Genesis P-Orridge ha estado asociado al del arte de vanguardia, motivo por el cual sigue siendo un desconocido para muchos sectores, convirtiéndose el documental que llevaría a cabo Marie Losier en una forma idónea para conocer al personaje y la persona que se esconde detrás de esa fachada de transgresión.
A modo de carta de amor, Losier toma un aspecto tan íntimo de la vida del artista como su relación sentimental con Lady Jaye. Juntos habrían creado un núcleo de amor que traspasaba todas las fronteras posibles, lo que les llevaría a someterse a una serie de retoques estéticos y operaciones quirúrgicas con el fin de llegar a ser algo así como dos seres idénticos, dejando claro que en el amor ni hay límites ni somos nadie para interferir en cómo las personas deciden expresarlo al mundo.
4 'Her' (Spike Jonze, 2013)
Si hay una película de los últimos años que hable de la soledad que afronta el hombre del nuevo siglo, esa es 'Her', drama de ciencia ficción que nos lleva hasta un futuro no muy lejano, donde la tecnología es parte indisoluble del día a día de las personas, y la cual no podrá llegar a suplir el vacío que emerge de la soledad y de la pérdida del amor.
Joaquin Phoenix era Theodore, un hombre que, tras su divorcio y tras actualizar su sistema operativo, conocerá a Samantha (la voz de Scarlett Johansson en su versión original), su nueva Inteligencia Artificial. Surgirá a partir de entonces una complicidad entre ambos (el hombre y la máquina) que llevará hasta un punto de no retorno, y el cual expondrá a Theodore ante el abismo que supone la pérdida de contacto con la realidad y la falta de interacción real con otras personas. Quién mejor que Spike Jonze para acabar rompiéndonos el alma con su triste y melancólico final.
5 'Under the skin' (Jonathan Glazer, 2013)
Pese a no haber conseguido estreno comercial en muchos países, 'Under the skin' estuvo presente en los festivales más importantes del mundo, y sería tal la trascendencia con la que el público recibió la propuesta de Glazer, que estamos ante otro caso de película que adquiriría la etiqueta de culto en muy poco tiempo.
Lo más nuevo
Basada en la novela de Michel Faber, nos encontramos ante una premisa en la que se nos presenta el cuerpo de Scarlett Johansson como un recipiente en el que se acaba de albergar un ente extraterrestre. En su forma de interactuar con un mundo que se le antoja absolutamente desconocido, será cómo la condición humana se le verá revelada ante sus ojos, a camino entre lo surrealista y una concepción minimalista de la ciencia ficción (incluso el terror), la cual acabará siendo un relato fascinante acerca de cómo los humanos seríamos vistos si fuésemos, por una vez, los conejillos de indias a los que observar.
6 'Mommy' (Xavier Dolan, 2014)
Con tan solo 25 años, Dolan firmaba su quinto largometraje como director, con el cual conseguía coronarse como el ojito derecho del festival de Cannes, donde el jurado le otorgaba su premio ex-aequo por 'Mommy', a compartir con el mismísmo Jean-Luc Godard en un palmarés cuyas intenciones estaban clarísimas: el pasado y el futuro del cine (a ojos del certamen) unidos para siempre.
Sin dejar a un lado el melodrama con el que el joven director se había ido labrando su carrera, en 'Mommy' nos presentará una Canadá distópica, donde la ley permite a los progenitores con hijos problemáticos el poder internarlos en centros especializados. En este contexto, seremos testigos del viaje emocional que supone la relación entre Steve (Antoine-Olivier Pilon) y Diane (Anne Dorval), un hijo y una madre marcados por el trastorno de déficit de atención del joven, lo que en ocasiones le convierte en una bestia de ira incontrolable.
7 'Magical Girl' (Carlos Vermut, 2014)
A modo de historias cruzadas, la vida de tres personas sin aparente conexión tomará un mismo rumbo, marcado por la desesperación y el chantaje, a raíz de la decisión de un padre con la única intención de hacer feliz a su hija.
Con todas las de la ley para acabar siendo considerada una obra de culto (si es que no lo es ya), Carlos Vermut conseguía con 'Magical Girl' que el cine español volviese a ser transgresor, atreviéndose a ir más allá de lo establecido a la hora de componer un desgarrador drama liderado por Luis Bermejo, Bárbara Lennie y José Sacristán, los tres vórtices de un triángulo marcado por la tragedia, que incluye además uno de los fuera de campo más sórdidos y estremecedores del cine de los últimos años.
8 'El club' (Pablo Larraín, 2015)
Desde Chile, y habiendo conseguido el Gran Premio del Jurado en la Berlinale, en 2015 llegaba 'El club', el título con el que Larraín se convertía en el azote de la Iglesia y al que no le faltaba un ápice de mala baba.
En ella, y presentando su espacio como algo puramente claustrofóbico, nos encontraremos con un emplazamiento alejado de cualquier núcleo civil, donde cuatro sacerdotes viven en lo que parece ser una penitencia, siendo en todo momento vigilados por una monja. Es en esa especie de reducto penitenciario donde pueden campar a sus anchas y expiar sus pecados, hasta que la llegada de un quinto sacerdote provocará que todos y cada uno de ellos se remuevan por dentro y vuelvan a florecer sus más oscuros y deleznables actos. Tan cruda como fascinante, con ella Larraín consigue levantar ampollas del mismo modo en que se ríe de la Iglesia y su doble moral.
9 'Mad Max: Furia en la carretera' (George Miller, 2015)
Treinta años después de la la tercera entrega de 'Mad Max', Miller dejaba al mundo completamente atónito con su regreso al universo que había sentado cátedra en el cine postapocalíptico. Con unos niveles de producción que la Academia de Hollywood premiaría con seis Oscar en sus apartados técnicos, la proeza con la que el cineasta se convertía en el rey de 2015 sigue siendo digna de admirar.
Tom Hardy le tomaba el relevo a Mel Gibson, mientras que Charlize Theron y su Imperator Furiosa venían a representar la revolución feminista del nuevo siglo, siendo la máxima exponencia del empoderamiento de la mujer, las verdaderas heroínas de una historia sobre la construcción del matriarcado adornada con carreras interminables por el desierto, tormentas de arena, trapecistas y un sentimiento por el espectáculo que quedaba absolutamente endiosado por Miller.
10 'La llegada' (Denis Villeneuve, 2016)
Consagrado ya como un cineasta clave del cine actual, Villeneuve sorprendía a todos con 'La llegada', propuesta de ciencia ficción reconvertida en película de culto en la que Amy Adams será la principal razón por la quedarse anonadado en su visionado.
Su premisa era sencilla: varias naves de origen extraterrestre llegan a la Tierra sin saber cuáles son sus intenciones. La actriz será quien se meta en la piel de una experta lingüista que acabará siendo uno de los engranajes fundamentales para la comunicación entre la especie humana y esos seres, estableciendo un estudio de su comportamiento y lengua en tiempo récord, hasta que ella logre deducir cuál es la verdadera razón por la que nuestro planeta ha recibido su visita.
11 'A ghost story' (David Lowery, 2017)
Después de morir en un accidente, el fantasma de un músico se quedará en la que había sido su casa junto a su mujer, convirtiéndose en testigo directo del paso del tiempo, y sirviendo como punto sobre el que presentar un trabajo acerca de lo trascendental y lo efímero.
Sin ser uno de aquellos títulos que se le podrían recomendar a todo el mundo, la sensación de melancolía que deja su visionado y la forma con la que juega con las cuestiones más puras del cine de género (el fantástico y el terror, en menor medida), son aspectos que hacen que 'A ghost story' tenga que ser recordada por algo más que por ser "aquella en la que Rooney Mara se come una tarta", como si la ansiedad y la pena no estuviesen bien representadas en ella y dejando claro que una imagen tan trillada como la del fantasma representado con una sábana con ojos, puede adquirir tanta fuerza y llegar a transmitir tanto.
12 'Hereditary' (Ari Aster, 2018)
Vendida al mundo como "'El exorcista' para las nuevas generaciones", el debut en el largometraje de Aster era mucho más que eso, construyéndose como un relato de horror girando en torno a la pérdida y el duelo en un núcleo familiar, a la vez que divagaba sobre las enfermedad mentales y se posicionaba sin tapujos como un título de terror sobrenatural.
En ella, los cultos paganos, las maldiciones, la atmósfera opresora y el aparente desquebrajamiento de la personalidad de una madre sufridora (Toni Collette en cuerpo y alma en una desgarradora interpretación), serán los principales elementos con los que juegue su director, presentados de forma hiperbólica ante el espectador y dejando claro que, como ha pasado desde siempre, en el terror también existe la autoría.