Sobre David Suárez, la censura, los límites del humor y las abejas de 'Black Mirror'

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David Suárez y las abejas de 'Black Mirror'. ¿Cuál será la siguiente víctima?

¿El humor tiene límites? No. ¿Muchos no lo entienden y atacarán hasta hundir a quien ose salirse de la norma? Sí.

Por Guille Galindo  |  25 Abril 2019

En el sexto y último capítulo de la tercera temporada de 'Black Mirror', 'Hated in the Nation' ('Odio nacional' en castellano), unas abejas inteligentes, fabricadas para mantener el proceso de polinización, son hackeadas y se dedican a matar cada día a una persona que haya sido vilipendiada en redes sociales bajo el hashtag #DeathTo. Los motivos son diversos: desde meterse con una activista con discapacidad a insultar a un fan o tener un feo gesto en un monumento histórico. Quien reciba más #DeathTo, morirá.

Las hordas de haters y ofendidos aprovechan este macabro juego para señalar bajo el hashtag a todos aquellos personajes que hayan cometido un error, o simplemente algo que no les gusta o que no cuadra con sus ideas. Estos días, Black Mirror ha vuelto a estar más cerca de la realidad de lo que hubiéramos podido imaginar. Twitter ha vuelto a sacar todo el odio que llevan dentro sus usuarios, quienes han mandado todas las abejas a una sola persona, el cómico David Suárez. Y todo por el siguiente tweet:

Lo primero de todo, David Suárez nunca me ha terminado de convencer. Pero la defensa del humor, del humor negro en este caso, obliga a salir en su ayuda. Es evidente que el tweet de la polémica es desagradable, pero incluso en esos extremos no deja de ser humor. El humor no tiene por qué ser solo blanco y suave, también puede remover conciencias y hasta sentar mal, porque los límites del humor han de ser inexistentes, incluso aunque nos afecten a nosotros mismos. De lo contrario, nos convertiremos en una sociedad gris a la que todo le moleste y todo lo critique, en una Policía del Pensamiento que dictamine qué está bien y qué está mal y ataque sin piedad a esta última opción. Y cada vez estamos más cerca de ello.

Que tengamos que explicar esto en 2019... El problema es que, en los últimos años, el humor va encontrando cada vez más trabas que dificultan su expansión, más gente ofendida y más censura. Entramos pues en un terreno peligroso. ¿Cuál es el límite del humor para cada uno de ellos? Porque, en caso de poner límites, seguramente estos se terminarían estrechando hasta el punto de que todo lo que pueda molestar mínimamente a alguien sea censurable.

Estamos de acuerdo en el que el humor de abajo-arriba es fundamental, y que hay muchos colectivos que han estado oprimidos y que sufren, y temas que duelen. Si es que eso ya lo sabemos los amantes del humor negro. La cuestión es que el humor negro nunca debería ser tomado en serio. No pretende hundir (que no ofender) a nadie. El propio David Suárez ha aclarado que no tiene nada en contra de las personas con síndrome de Down, como tampoco sería la intención de Iggy Rubín hacer daño a las víctimas de ETA ni la de Broncano burlarse de la memoria de García Lorca, por mencionar dos de los escarnios públicos de aquel 2019.

Para tener humor negro hace falta mucho estómago, ya que todo nos hace gracia hasta que tocan algo que nos molesta. Lo fácil es indignarse ahí y decir: "eh, por aquí no", y liar la mundial. Porque estoy seguro de que los que lograron censurar el monólogo de Iggy Rubin se han reído con cosas mucho peores dedicadas a la izquierda u otros colectivos, y los que sacaron las antorchas contra Broncano han compartido o dicho peores cosas sobre VOX o similares. Lo que pasó con Ortega Lara fue una desgracia, y peor aún fue lo que pasó con García Lorca en su momento. Pero quizás, parte de olvidar tiempos oscuros o de situaciones personales difíciles (en el caso de los chistes hacia colectivos) sea bromear sobre todo ello, y no vivir en una indignación continua y constante.

Pero no, en España lo único que se hace últimamente es iniciar campañas en Twitter de linchamiento público. No ponemos el hashtag #DeathTo (aún), pero hacemos todo lo posible para que despidan a los 'culpables' y que sufran para siempre las consecuencias. Solo cuando les hundimos la vida nos sentimos bien, quizás porque así la suya está igual de hundida que la nuestra.

El último ejército de abejas ha ido dirigido a David Suárez, y el resultado ha sido todo un éxito. Los soldados de la moral y del falso buenismo regresan ahora a las redes sociales en busca de una nueva persona a la que machacar por bromear sin límites. ¿Qué ocurre? Que cada vez compensa menos hacer humor negro. Cuando llegue ese momento, ¿qué pasará con las abejas? Terminad el capítulo de 'Black Mirror' y comprobadlo.

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